Desafíos educativos

Gloria Compagnucci (*)

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En estos tiempos posmodernos, hay fenómenos que afectan las posibilidades de satisfacer los intereses y demandas educativas de toda la población.

Existen serias exigencias sociales, políticas y económicas para lograr mejorar simultáneamente la calidad y equidad educativa.

Nos encontramos con la existencia de dos lógicas sociales: por una parte una relativa desvalorización del docente y las instituciones educativas, y, por otra, un énfasis en su relevancia y rol estratégico para un crecimiento con equidad (atención a la diversidad cultural).

A diario vemos que el ritmo de los cambios tecnológicos, políticos, financieros, culturales, es de tal aceleración que no deja posibilidades de metabolización.

En este marco, es posible visualizar cómo se están manifestando algunas tendencias centrales de desarrollo destinadas a impactar fuertemente sobre los aspectos básicos de la vida social y, condiciona las posibilidades de acción para sostener políticas educativas que respondan a los intereses y necesidades de aprendizaje que la dinámica social está impulsando.

Ahora bien: a los docentes nos cabe preguntarnos cuál es, dentro del liderazgo democrático, participativo que ejercemos concretamente en el aula, nuestra misión específica; repito, en este contexto de posmodernidad. Además de enseñar los contenidos educativos, debemos otorgar prioridad a los aprendizajes con un profundo sentido ético debido a que existe un cambio de paradigma; cambió la manera de ver el mundo, hay que construir, vivir en condición de humanos, ser una “persona”.

Aprender a ser íntegros, aprender a ser solidarios, impulsar la democratización, la cultura de la paz: incorporar los valores fundamentales del ser humano.

Si no somos capaces de dedicar tiempo en el aula para solucionar problemas relacionados con los valores humanos, somos educadores a medias, porque el conocimiento de las áreas más relevantes es necesario, pero en esta época que nos toca vivir debemos poner énfasis en formar personas respetuosas, responsables, no violentos, que sepan escuchar, rechazar la ansiedad desmedida que provocan algunas tecnologías actuales, enseñarles a vivir en paz.

El compromiso, en este contexto de complejidad puede ser afrontado por los docentes utilizando estrategias de revalorización del conocimiento científico, cultural y tecnológico , adaptándolo a la gestión institucional y refundando las capacidades institucionales que permitan elevar los umbrales de gobernabilidad de las mismas.

(*) Docente del área Tecnología en la escuela Nº 260 (primero y segundo ciclo)