Señal de ajuste

Sólo en domingo

Roberto Maurer

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El público bendijo con 32.5 puntos de rating a un programa de dos horas y media conducido por una mujer desorientada quien, al principio vestida con un batón, intentó coordinar una sucesión dispersa de distintos géneros televisivos mal acomodados en una estantería que tambaleaba. Entre juegos, sketches, reportajes y números musicales, grabados y en vivo, Susana Giménez a cada rato miraba hacia los costados con cara de esto-cómo-sigue, en un debut de temporada de entregas semanales (domingos a las 21.30, en Telefé por la pantalla de Canal 13 de Santa Fe), sin sorpresas, ni ingenio, al punto de que uno de los momentos más divertidos del show fue la partida de truco con socios telefónicos donde la conductora juega con González Oro, ese inexplicable amigo del alma que, aun untuoso como es, posee algunas cualidades histriónicas, al menos jugando al truco.

ESA CHICA

De esas largas horas de un espectáculo sin ideas originales, que parecía un resumen de programas viejos, ha resultado más evidente que nunca que la atracción principal es ella. Ese talante de chica cándida, de barrio pero no bajo, torpe y medio bizquita, nos resulta irresistible, y es indiferente con qué sirven el plato: no lo necesitamos a Francella, con quien, de paso, interpretó un sketch que pudo haber sido escrito en un cuarto de hora, y en el cual, por supuesto, se brinda espacio para que el mejor comediante argentino pueda hacerse el baboso sacando los ojos de las órbitas, es decir, insistiendo con técnicas actorales que ya había desarrollado detrás de un mostrador hacia 1986 en “De carne somos”.

¿Acaso no es simpático el papel de víctima cuya vida amorosa aparece poblada por hombres ambiciosos que sólo la quieren por su fortuna, o que la involucran en negocios turbios? Sus conflictos íntimos y la desenvoltura con la que habla de ellos, puntuándolos con algún mohín de timidez, se convirtieron en parte del personaje, no sin desgaste, ya que necesita descansar la mitad del año en sus residencias de Miami y San Ignacio.

SÓLO EL POSTRE

Antonio Gasalla volvió a casa, luego de su intervención en el programa de Tinelli, con lo que se ganó la acusación de desleal, como si viviera de otra cosa. El encuentro con Mamá Cora o La Abuela duró casi media hora, fue al final, y pareció que, conscientemente, la producción había reservado a Gasalla de postre: la espontaneidad y la gracia atrevida se mantienen intactas, no parecían salir de la cámara de un frigorífico.

En la apertura, luego de un sketch unipersonal, una niña llega desde el pasado y cuenta su sueño de convertirse en diva, aunque sin precisar ninguna predisposición artística en especial: sólo se trata de éxito y glamour. Respondiendo a su versión infantil, Susana le pronostica: “todos tus sueños se van a cumplir”.

Se registró una breve aparición de Mike Amigorena, la nueva estrella de la emisora, y volvió el juego del millón. El nuevo se llama Ba Ba Boom, y no lo entiende ni Susana Giménez. Hubo un delicado homenaje a Sandro, reapareció Miguel del Sel haciendo La Tota, se vio un pasaje apolillado de “El fantasma de la Opera” y fueron reunidos Pastorutti, Palavecino y Los Nocheros, que ahora, como es sabido, han unido sus energías para terminar de demoler la música de raíces folclóricas.

Como es habitual, los estrenos de temporada incluyen un reportaje a figuras muy cotizadas. Esta vez fue Shakira, sólo que no fue en el living de Susana Giménez, sino grabado en el de la casa de la reina del pop latino en las Bahamas, adonde viajó la conductora, recién operada de la cadera, para formularle preguntas que ni por teléfono valía la pena hacer. —¿Qué hacen cuando están juntos con Antonio, juegan a las cartas?, quiso saber Susana. Con una sonrisa algo sobradora, Shakira le respondió:

—Jugamos al papá y la mamá.

Sólo en domingo

En el programa inaugural de esta temporada, Susana Giménez miraba hacia los costados con cara de esto-cómo-sigue.

Foto: Gentileza Telefé