Humboldt

Crimen de la embarazada

De la Redacción de El Litoral

La policía del departamento Las Colonias, junto con la Justicia de Instrucción competente continúan investigando la muerte de Vilma Guisone, una mujer de 36 años y embarazada de tres meses, que la tarde del 17 de julio fue hallada sin vida en la cocina de la casa que compartía con su última pareja, en la localidad de Humboldt.

Una comisión policial de la Unidad Regional XI se entrevistó con el juez José Manuel García Porta la semana pasada, para disponer las medidas tendientes a esclarecer el crimen que conmociona a varias localidades del interior provincial. La víctima era oriunda de Videla, un pequeño poblado ubicado 80 km al norte de Santa Fe, sobre la Ruta Nº 11, pero vivía en Humboldt junto a Daniel Gerardo Infantino, un cuestionado vendedor de autos del lugar. A su vez, Guisone había estado casada con un hombre de la ciudad de Esperanza, con quien tuvo una hija de unos cuatro años.

El día del asesinato, la nena se encontraba con su padre, en coincidencia con lo establecido en el régimen de visitas dispuesto por la Justicia de Familia de la provincia. Asimismo, el “Chano” Infantino -así se lo conoce a su compañero- estaba de viaje de negocios en inmediaciones de Santo Tomé cuando recibió una llamada a su celular.

Primer sospechoso

Al regresar a su casa, habría sido él el primero en encontrarse con el cuerpo de su pareja, tendido en el suelo, en medio de un charco de sangre. También fue Infantino el único en quedar arrestado por la policía de Esperanza, que creyó tener motivos para plantear las sospechas.

Horas más tarde y tras prestar declaración ante el personal de la División Judicial de Las Colonias, el juez García Porta lo dejó en libertad. Al parecer, el hombre pudo acreditar que ese viernes se encontraba a una distancia más que suficiente para pensar en su participación en el crimen atroz.

Guisone recibió tres disparos de arma de fuego, al parecer de un calibre 32, en el antebrazo izquierdo, en la región malar y en la base del cráneo. Aunque una de las pistas que se sigue apunta al “intento de robo”, resulta sugestivo que en la habitación en la que se encontraba el cuerpo habían encontrado billetes de $ 2 esparcidos por el piso; además de 400 euros, 36.000 pesos y 3.000 dólares que directamente no fueron tocados.

La hipótesis de una “venganza” o “crimen por encargo” no parece nada descabellada si se consideran los negocios en los que alguna vez se lo vio involucrado a Infantino.

Antecedentes

En octubre de 2004, el juez de Instrucción tercera, Julio César Costa, procesó a los hermanos Daniel Gerardo y Gerardo José Infantino por “encubrimiento y falsedad de instrumento privado”, tras la venta de un auto robado en Buenos Aires y vendido por ellos en el que se adulteró el boleto de compraventa. En ese caso, dos policías del departamento Las Colonias fueron incriminados de los delitos de “cohecho pasivo y encubrimiento”, lo mismo que a otro particular implicado en el caso.

La pareja vivía desde hacía algún tiempo en una lujosa vivienda ubicada a la vera de la Ruta Nº 70, alejada 1.500 metros de la entrada al pueblo, que a su vez dista 14 kilómetros al oeste de Esperanza.

En la última comunicación telefónica que mantuvieron Infantino y Guisone, la mujer le habría contado que dos hombres habían estado preguntando por él y manifestaron intención de comprar un auto. No obstante, no hubo testigos que confirmaran el dato, puesto que la víctima estaba sola y no hay vecinos cercanos en varios metros a la redonda.

A pesar de la tarea de búsqueda desplegada en la zona rural que circunda el caserón, lo mismo que en el jardín y en todas las habitaciones, la policía no pudo encontrar aún el arma con la que mataron a la joven madre, ni el celular utilizado para realizar las llamadas.