EDITORIAL

Una semana clave

para la gripe A

Fue sin dudas un julio muy particular. Durante cuatro semanas, el gobierno de la provincia resolvió suspender las clases como una forma de frenar el avance incesante que evidenciaba la gripe A. La medida llegó poco después de las elecciones del 28 de junio pasado, que desataron la polémica nacional sobre la conveniencia de haber convocado a los ciudadanos a votar en medio de la emergencia sanitaria.

Los resultados de la suspensión de clases fueron sin dudas positivos. Más allá de los inconvenientes organizativos familiares provocados por la permanencia de los chicos en sus casas durante todo un mes, los números de enfermos y de víctimas fatales pronto comenzaron a evidenciar un amesetamiento. Resulta imposible determinar cuántas vidas se salvaron con estas medidas, pero seguramente fueron muchas, sobre todo si se tiene en cuenta la manera en que durante varias semanas crecía la nómina de víctimas fatales en la provincia de Santa Fe.

El titular de la ONG Red Solidaria, Juan Carr, calculó que se evitaron cerca de 900 fallecimientos por gripe A en todo el país gracias a la decisión de suspender las clases por quince días antes del receso invernal.

La presente semana será clave para evaluar de qué manera se comportará el virus. Alrededor de diez millones de niños de todo el país regresarán a las aulas y, de esta manera, las posibilidades de contagio crecerán.

Esta semana será importante para tener realmente en claro si la circulación de la enfermedad ha disminuido a tal punto que es el momento adecuado para retomar las actividades normales. También será clave para saber si la ciudadanía en general asimiló las pautas de conductas recomendadas para la prevención.

El rol de los maestros será fundamental en este sentido. La ministra de Educación de la provincia, Elida Rasino, aseguró que confía en el desempeño de los docentes no sólo para intentar recuperar el tiempo perdido, sino para asegurar el respeto por las normas de higiene imprescindibles para evitar un posible rebrote.

Las recomendaciones son simples: lavado permanente de las manos, evitar que los chicos compartan utensilios, enseñar a los niños de qué manera deben cubrirse la boca en el momento de toser y estornudar. A todos estos hábitos se deberá añadir un estado de permanente atención por parte de los maestros, de tal manera que puedan detectar cualquier tipo de síntoma en los alumnos.

En caso de que se detecte algún caso en el aula, seguramente el Ministerio de Salud pondrá en marcha los mecanismos que se venían aplicando hasta antes del receso escolar. Es muy probable que en los próximos días se escuche hablar de algún aula cerrada por prevención. No habrá que alarmarse, sino acostumbrarse a convivir con el virus que afortunadamente demostró ser menos agresivo de lo que se temió en algún momento.

Todo indica que para el año que viene la vacuna estará disponible y, es de esperar, que al alcance de todos.

Las autoridades deberán hacer todo el esfuerzo necesario como para que la ciudadanía en general comprenda que el problema no pasó. No habrá que relajarse, pues la posibilidad de rebrote masivo está latente.