Entrevista al Ing. Horacio Beldoménico

Ecos de un hito en Santa Fe

El Segundo Workshop Latinoamericano sobre Residuos de Plaguicidas, alimento y medio ambiente sentó las bases para instalar un tema clave para el campo: la sustentabilidad.

Campolitoral

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El evento significó una bisagra para la ciudad y la región. Los especialistas más renombrados del mundo expusieron las últimas novedades y reglamentaciones para encaminar el difícil desafío de producir más alimentos cuidando a la gente y al medio ambiente.

En diálogo con Campolitoral, el Ing. Horacio Beldoménico, presidente del comité organizador del evento, destacó algunas de las cosas que este importante congreso dejó para Santa Fe.

— ¿Cuáles son las principales conclusiones del evento?

— Hemos adelantado mucho en este tema. Tuvimos la presencia de 290 integrantes de todo el país y del mundo. Vinieron de todos los centros más importantes y se consumó una presencia de laboratorios que conformaron una exposición de instrumental con más de 15 stands, los que implicaron una movilización de vendedores y representantes, lo que habla de la jerarquía del evento. Lo más importante de todo fueron los contenidos, con la presencia de los representantes más importantes de la especialidad.

La ciencia de pesticidas estuvo representada a nivel mundial en la medición en el ambiente y en los alimentos. Muchos de los panelistas se encargaron de mostrarnos acerca del hito que representaba el evento por la calidad, la convocatoria y por las conclusiones. Se discutieron varios temas muy amplios, desde la protección laboral hasta la toxicología, y la evaluación de riesgos.

— ¿Cuáles son las recomendaciones para nuestra producción?

— Todo estuvo contenido en las ponencias y las mesas redondas en la discusión y el aporte dedicadas al monitoreo a nivel mundial y a nivel país. Los representantes de Francia, Inglaterra, Alemania dieron sus puntos de vista. Nosotros expusimos las normas del Senasa y del Mercado Central, quienes contaron su trabajo con gran participación de la gente. Las conclusiones son claramente dos: La primera tiene que ver con cómo se mide y controla mejor el uso de estos agroquímicos, que hemos convenido que son necesarios para la producción de alimentos, pero que tienen que ir de la mano con muchos esfuerzos de todo el mundo en controlar y seguir de cerca los efectos en la salud de la gente. El otro punto es la protección del trabajador, un capítulo a tener en cuenta y que requiere muchas aplicaciones que ya están tipificadas y que conforman una cantidad de conocimientos en la formación de profesionales. Hay que incentivar las buenas prácticas agrícolas en el uso de plaguicidas y aumentar la inversión en los equipos de protección para los aplicadores.

—¿Cómo estamos catalogados a nivel mundial?

— En general nuestra producción está muy avanzada, no por casualidad tenemos tanta inversión y producción de alimentos. Sin embargo, no se la ha prestado la misma atención a algunos temas. Pese a que estamos destacados a nivel mundial, el tema debe llevar un correlato en inversión para reforzar todos los mecanismos de control. Un gran desarrollo agrotécnico debería llevar una correlación de los efectos para atenuarlos, trabajando con el mismo énfasis. Ahora hay más conciencia de eso, hemos visto consignas interesantes al respecto. En el congreso de Aapresid se hablará de esto, hay una conciencia agroecológica mucho más desarrollada. La mayoría de las técnicas llevará de la mano una protección de estos temas.

Un tema estratégico. Una gestión responsable y segura de los plaguicidas es clave para una provincia con un claro perfil agroindustrial.

Foto: Archivo