“El secreto de sus ojos”

La memoria del amor

Rosa Gronda

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Entrar en el rigor que demanda el cine y la literatura negra parece servirle al experimentado narrador de historias cotidianas Juan José Campanella para controlar sus habituales desbordes sentimentales y minimizarlos a certeros chispazos de humor que alternan momentos de intenso dramatismo con risas como válvula de escape.

La trama (basada en la novela policial de Eduardo Sacheri) entrecruza el relato policial con una historia romántica, donde Darín interpreta a un funcionario judicial (Benjamín Espósito), quien a punto de jubilarse, se empeña en escribir una novela sobre un caso criminal ocurrido en su jurisdicción laboral, veinticinco años atrás: el asesinato impune de una joven inocente.

Con enorme solidez narrativa, la historia va y vuelve a través de un cuarto de siglo.

La novela que pretende escribir el protagonista conduce a la turbulenta Argentina de mediados de los setenta, con su carga de violencia fuera de control. El expediente archivado sobre el caso de una mujer hermosa y amada, asesinada en la flor de la edad, resucita procedimientos judiciales equívocos que permitieron al criminal eludir la condena.

Lo que no se perdona

Eludiendo los lugares comunes sobre el tema y los encasillamientos ideológicos, la trama entrelaza los dilemas éticos en torno de la justicia y el castigo, al amor y el desgaste del tiempo.

La mirada al pasado trae al presente no sólo la violencia de un crimen injusto y la incoherencia de que su perpetrador no fuera castigado, sino también una profunda historia de amor entre el personaje central y su compañera de trabajo en el juzgado (Soledad Villamil), a quien éste ha amado idealizadamente y en silencio durante años. Pero no se habla solamente de ese amor nunca consumado sino del amor interrumpido entre el viudo Morales (Pablo Rago) y la joven víctima (Vázquez). Este personaje será para Darín/Espósito un espejo del amor y la memoria.

Virtuosismos y defectos

Sustentado en un guión excelente, una destacada fotografía, montaje y dirección de arte, “El secreto...” conforma una de las mejores películas del cine argentino del último tiempo, aunando solidez artística y complacencia de público.

Uno de sus puntos más fuertes son las notables actuaciones en roles inolvidables. La química de la dupla Villamil-Darín que funciona perfectamente; Pablo Rago, sorprendente como el viudo que envejece en una tarea tan improbable como ver pasar al homicida para atraparlo y un Guillermo Francella, casi desconocido sin el bigote y los tics televisivos, que demuestra su costado trágico.

En la última media hora, el director recae en algunas tentaciones didácticas de su obra previa: en el anhelo de que todos y cada uno de los detalles de la película cierren, Campanella olvida que en el cine existen las elipsis. En este sentido, cuando Espósito presencia el develamiento de un secreto esencial, la puesta en escena hubiese ganado mostrando menos y sugiriendo más.

Con respecto a los desenlaces, Campanella insiste en que sus películas conduzcan hacia un final feliz. Así el protagonista central recorre un itinerario que va literalmente del temor al amor (del “Temo” al “Te Amo”). Porque debajo de tanta negrura, el tema sigue siendo el amor... y su concreción, el gran desafío pendiente para el poco tiempo que aún queda.

La memoria del amor

Sentimientos. Por debajo de una excelente historia policial, el tema del director Juan José Campanella sigue siendo el amor y los sentimientos que se resisten al olvido. Ricardo Darín y Soledad Villamil componen una dupla memorable.

Foto: DyN

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MUY BUENA

El secreto de sus ojos

Origen: Argentina, 2009. Dirección: Juan José Campanella. Guión: Juan José Campanella y Eduardo Sacheri. Fotografía: Felix Monti. Montaje: Juan José Campanella. Reparto: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, José Luis Gioia, Javier Godino, Carla Quevedo y otros. Música: Federico Jusid. Duración: 128 minutos.

Se exhibe en CineMark.