Señal de ajuste

Martín Fierro: el grito de la cautiva

Roberto Maurer

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La lengua más entrenada de la tele no puede soltarse ante el festín corporativo de los Martín Fierro, ya que es del oficialismo: Jorge Rial pertenece al canal que transmite el acontecimiento, así que su función es la del exégeta. El conductor de “Intrusos” y sus panelistas constituyen el consejo de ministros de la señal América en cuestiones vinculadas con la farándula; en ellos se delegó la operación Alfombra Roja y, al día siguiente, el análisis del acto, sin rozar los intereses que los involucran, y de difundir las imágenes exclusivas que solamente el dueño de casa puede capturar, por ejemplo, las obtenidas en el baño de damas, donde las invitadas mostraban si la ropa interior hacía juego con el vestido que llevaban puesto.

Pero Jorge Rial debe respetar la ceremonia de Aptra tanto como un cura la misa, aunque sí le está permitido hacer comentarios periféricos sobre el escote de las feligresas y comentar sin cansancio el tema del día, o sea, el estado del corazón de Carla Peterson, regado por arterias que alimentan el francés y, últimamente, Mike Amigorena.

Por suerte, cruzando la calle está Viviana Canosa, sin compromiso, alimentada por el odio que le inspira Jorge Rial, y alineada en el canal que compite con América por el tercer puesto. Ella no se refiere a Aptra, sino a “la siniestra Aptra”, en relación con la misteriosa secta organizadora de las premiaciones y el negocio de la venta de los derechos de transmisión.

Repican las otras campanas

Al otro día, entonces, en “Los profesionales de siempre” resultaba posible escuchar a la otra campana, como se suele decir, que, tañida por Viviana Canosa, repicó con furia. Empezó denunciando que la elección de la invitada más elegante había sido un “fraude total”, ya que el diseño pertenecía a Benito Fernández, que “labura ahí”, refiriéndose al canal América. Razones la asistían: con la creación de Fernández, a Natalia Lobo no la habrían dejado entrar ni al carnaval de Gualeguaychú.

En cuanto a la alfombra roja, “fue un horror”, igual que “ese canal, todo tongo”. Al pasar, a los conductores Mariana Fabbiani y Guillermo Andino se los calificó de “lavados”. La cantidad de premios concedidos al canal oficial habría sido interesada, ya que el 7 transmitirá la entrega de los Martín Fierro del llamado “interior”.

“Che Leuco, che Aliberti”, interpeló Canosa mirando a cámara, para reprochar a los periodistas premiados por no haber mencionado en su discurso a Cromañón en el día de los veredictos, ellos, que “son comprometidos y levantan el dedo”. En cambio, ese día, en “Los profesionales de siempre” habían tocado el asunto, y debían tenerlo en cuenta “los estúpidos que creen que somos frívolos porque nos ocupamos del mundo del espectáculo”.

Aunque sin relación con los Martín Fierro, vio una oportunidad de criticar a Martín Ciccioli por desalmado. “Lo vi en América, en la puerta de una veterinaria, riéndose de una señora que lloraba la muerte de su gatito. A mí, por suerte, la gente me quiere mucho”.

A esa altura, la llameante Viviana Canosa -no estuvo invitada a la fiesta, aclaró, por si hacía falta- y los suyos ya estaban tomando champán, alegres y chuscos como un grupo de linyeras que se compró un tetra y se ríe del mundo.

Gato caro, gato barato

Otros dichos:

* “Ayer había mucho gato barato y mucho gato caro”.

* “Ese pibe no gasta en desodorante” (criticando el desaliño de Facundo Arana).

* “Siempre ganan los mismos”.

* “Algunas de Aptra todavía llevan los vestidos de los ‘90”.

* “La mesa de la hipocresía estaba servida”.

* A Tortonese lo llaman “Tontonese”, en tanto que Elizabeth Vernaci, sin nombrarla, es “esa locutora que parece una letrina”.

* “Cuando mencionan a los muertos, sólo se paran Mirtha y Calabró, de quienes deberían aprender los chicos cool. Los demás siguen chupando como beduinos”.

En lo mejor, sin aviso, abruptamente, desaparecieron Viviana Canosa y su troupe, y sin transición el brillo y el oropel fueron reemplazados por la imagen opuesta de un auditorio opaco, donde, en fin, se presume, tampoco faltaban la falsedad y la hipocresía. Se había cortado la transmisión, dejando el espacio a la cadena nacional que difundiría un acto destinado a comunicar el salvamento de asociaciones civiles quebradas que sirven de fachada a negocios ilícitos y patotas violentas, y cuyas operaciones ahora continuarán bajo la protección del Estado en nombre de una pasión popular.

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Carla Peterson y Mike Amigorena en la entrega de los premios de Aptra. Fueron protagonistas del tema del día, por el corazón de Carla regado por arterias alimentadas otrora por un francés y, después, por el excéntrico Mike.

Fotos: Agencia DyN

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