El casamiento no es nada, la ollita...

 

 

Hay un viejo dicho popular que expresa: “El casamiento no es nada, la ollita es la condenada”, pero pese a los innumerables dichos contrarios y al paso de las épocas, la boda pervive aún.TEXTOS. ZUNILDA CERESOLE.

Hurgando en el viejo arcón de la historia, encontramos datos que nos sorprenden, que esclarecen algunas de las costumbres que sobrevivieron a través del tiempo y nos informan sobre otras que han fenecido, en relación a la boda.

El blanco vestido que lucen las novias fue adoptado en Europa. Por ejemplo, las jóvenes romanas, hacia el siglo IV. a.C. en el día de su boda lucían el “flammeun”, un velo amarillo chillón que estaba prendido con alfileres y cubría su rostro como signo de sumisión al marido. Mas cuando esta costumbre fue decayendo, las mujeres continuaron velándose el rostro para preservarse de que una bruja les echara un mal de ojo a su matrimonio antes de que éste se consumara. Se creía que los contrayentes eran más vulnerables a los hechizos antes de que el ritual fuera bendecido.

¿Debido a qué no eran blancos los vestidos de novia en la antigua Roma? El blanco, en ausencia de todos los demás, simboliza la pureza. Era un color sagrado, que sólo podían usar las sacerdotizas o vestales y también los políticos que utilizaban tejidos blancos con el fin de presentarse “impolutos” ante su electorado, ataviados con una capa blanca o “cándida”, origen esta última de la palabra candidato.

En la actualidad sigue de moda una costumbre asiática, como es la de lanzar arroz a los novios una vez que ha concluido la ceremonia de casamiento, porque los blancos granos de este cereal son símbolo de fertilidad y prosperidad.

Casamiento judío

En el judaísmo la ceremonia de casamiento es pública, se requiere que haya un mínimo de diez personas (Minian) y el acta matrimonial se firma ante dos testigos. Ellos también firman la Ketubá, que es un documento (pacto matrimonial) redactado en arameo (idioma parecido al hebreo, hablado antiguamente por los judíos).

Ese documento especifica las obligaciones de los contrayentes que son asumidas en el momento de la boda y que rubrican con su firma los novios.

Las bodas judías pueden realizarse en la sinagoga, en la casa de alguno de los contrayentes, al aire libre o en algún salón. A la

ceremonia la realiza un rabino bajo una Jupá (Palio nupcial de tela, sostenida por cuatro parantes que simbolizan un techo y la creación de un nuevo hogar). Bajo la Jupá se ubican también los contrayentes.

En este rito se lee la Ketubá. En el momento central de la ceremonia el novio coloca un anillo en el dedo de la novia y recita una bendición.

Ella lleva la cara tapada por un velo, al cual levanta cuando se brinda por una larga unión. Al final de la ceremonia se rompe una copa de vidrio para cumplir con el juramento de generaciones según el salmo CXXXVII, donde se promete “elevaré a Jerusalem a la cabeza de mi alegría...”. Su sentido es recordar la destrucción de Jerusalem y del templo, y memorar que aún existe mucha tristeza en este mundo. Luego se exclama “Mazal Tov” (buena suerte) y se saluda a los novios y a sus familiares.

Prácticas mágicas para casarse y ser feliz

Para consolidar el cariño de los esposos, hacer durante la bendición tres nudos en un pañuelo y repetir varias veces “ribal, nobal, vanarbi...”. Québec atesora un conjunto de leyendas, prácticas y creencias antiguas, traídas de Francia por las familias de este país que llegaron a esa región de Canadá en 1608.

A manera de ejemplo citamos dos de ellas:

- “El hurto de los zapatos”: los hermanos, las amigas y la familia, horas antes de la boda debían robar los zapatos a la novia y esconderlos muy bien. La novia, al buscar inútilmente sus zapatos y no hallarlos, debía llamar a su novio y pedirle que los buscara y encontrara. Él se apresuraba con desesperación a complacer el pedido de su amada. Si los encontraba a tiempo, el matrimonio sería muy feliz según la creencia general.

- “La novia escondida”: existía una costumbre muy simpática y singular que se practicaba el día anterior a la boda, cuando la novia invitaba a sus amigas a su casa para disfrazarse. Cuando todas estaban preparadas convenientemente se ocultaba en una habitación.

Posteriormente, acompañado por sus hermanos y amigos, el novio golpeaba la puerta de la casa de su futura esposa y reclamaba un corderito perdido. Una voz le respondía que en el lugar no había ningún corderito que le perteneciera. El insistía a viva voz hasta que lo hicieran pasar al interior de la vivienda. Una vez allí comenzaba a buscar en todos los cuartos a su novia, haciendo la misma pregunta. Al llegar a la puerta del salón donde estaban escondidas, salía un familiar diciendo que no había encontrado corderito alguno pero haciendo desfilar una a una las mujercitas disfrazadas. El novio bailaba con cada una de ellas. Si al terminar el baile no había podido reconocer a su novia, era objeto de burlas durante toda la velada, si en cambio la descubría, era un augurio de que la felicidad matrimonial acompañaría a la pareja por siempre.

Para abrigar el lecho

En Suecia, cuando una joven estaba por casarse, sus amigas se reunían para hacerle una colcha. Cada una llevaba un trozo cuadrado de género acolchado, bordaba en él su nombre y cuando todos los trozos estaban bordados se unían para formar una colcha que era para la novia un hermoso recuerdo de sus amigas y también un augurio de felicidad porque cada puntada había sido hecha con cariño.

En Noruega al casarse la novia debía aportar para el nuevo hogar un plumón, es decir un acolchado relleno con plumas de ganso extraídas del cuello y parte del pecho del ave que son las más pequeñas y suaves. Debido a ello las madres noruegas ni bien nacían sus hijas, comenzaban a juntar estas plumitas para poder cumplir en el futuro con esta costumbre tradicional.

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Ramillete de refranes

- Antes que te cases, mira lo que haces. Previene de una decisión apresurada.

- Casar, casar que bien, que mal. Indica que el matrimonio es el estado natural del hombre y de la mujer.

- Casar, casar suena bien y sabe mal. Se refiere a que en la teoría es bueno el matrimonio pero que en la práctica tiene sus inconvenientes.

- El que se casa por todo pasa. Señala las grandes obligaciones, cuidados y vicisitudes de la vida conyugal.

- Quien lejos va a casar o va engañado o va a engañar. Manifiesta la importancia del conocimiento mutuo de la pareja.

Proverbio árabe: Este profundo y bellísimo proverbio es digno de ser reflexionado por las futuras esposas: “Si no puedes ser estrella / que ilumine en el lejano firmamento. / Sé al menos lámpara hogareña / que inunde la mansión con sus reflejo”.

Fuentes: Para este especial Bodas, hemos consultado las siguientes fuentes:

- www.fiestasdebodas.com

- www.bodahoy.com

- www.sxc.hu.com

- www.peinadosvirtuales.com

- www.veronik-sexywear.com

- Pronovias.com

- revistas Nubilis, Hola y Novias Magazine.