De la asociación Nazareth
La ciudad cuenta con un nuevo centro de atención de adicciones
La flamante sede -en General Paz 6422- funciona como hospital de día: se realizan las admisiones, tratamiento ambulatorio y reinserción social. También se ofrece contención a los familiares de las personas adictas.
La nueva casa atiende a seis pacientes, bajo la modalidad de hospital de día.
Foto: Mauricio Garín
De la redacción de El Litoral
Desde hace 13 años, la asociación Nazareth tiene una casa de internación para adictos en Santo Tomé. Por pedido de familiares de los pacientes de Santa Fe, inauguró una nueva sede -en General Paz 6422-, donde se realiza tanto la admisión como el tratamiento ambulatorio, y funciona el hospital de día.
“Esta casa surge por una necesidad de los familiares que continuamente llaman para pedir ayuda y no tenían un lugar en Santa Fe. Acá se hacen las admisiones, el tratamiento ambulatorio y la reinserción social de los que están internados. Arrancamos con media jornada, de cuatro horas por día. Después veremos si podemos extenderla a ocho horas, pero esto implica un mayor gasto en los profesionales”, explicó Santiago Duso, director de Nazareth.
En este momento, la sede santafesina atiende a seis pacientes y la capacidad se irá ampliando en la medida en que se acerquen más personas.
Antecedentes
Nazareth, una institución católica sin fines de lucro, nació hace 20 años en Cañada de Gómez. Actualmente, cuenta con sedes en varias provincias del país. Este año se inauguró una casa para menores en Rafaela, se está por abrir otra en Casilda y se tiene previsto ampliar la casa de mujeres en Cañada de Gómez.
En Santo Tomé, tienen una capacidad de internación para 24 pacientes hombres. En tanto, con al hospital de día llegan a atender a 33 personas, incluyendo mujeres. Las personas que llegan a la casa tienen entre 14 y 60 años y algunas vienen de otras provincias, como Tucumán, Mendoza y Misiones.
Trabajo con la familia
A diferencia de la sede de Santo Tomé, en la de Santa Fe los pacientes no permanecen internados. Esto incide en la responsabilidad que debe asumir la familia en el tratamiento. “Cuando se da la internación, no se trabaja tanto con la familia porque el paciente está aislado, pero en el hospital de día, el trabajo es cuerpo a cuerpo; la familia es fundamental”, remarcó Santiago.
En este sentido, la nueva casa -que es mixta- pretende ser un espacio de contención para los padres con hijos adictos. “Hay mucha demanda de los familiares. El enfermo no se da cuenta, la adicción es muy silenciosa y con un efecto anestésico; las que piden ayuda son las familias. Estamos armando un espacio para que los padres puedan participar”, señaló. Psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos, asistentes sociales y operadores socio-terapeutas conforman el staff de profesionales que trabajan junto a la familia.
Las variables que se tienen en cuenta a la hora de definir si el paciente necesita de una internación o un tratamiento ambulatorio son sus lazos sociales: si trabaja o estudia, qué contención familiar tiene y si cuenta con un ambiente sano, además de analizar si sufre alguna patología de base.
Drogas son todas
“Cuando se habla de drogas, se hace referencia a las ilegales y se deja de lado el alcohol, que es la peor de todas justamente por está legalizada y aceptada socialmente”, reflexionó el director de Nazareth.
En este sentido, remarcó la necesidad de tomar conciencia sobre el alcohol: “Es la droga de inicio y si los chicos la empiezan a consumir a los 13 años es porque está el aval de los padres. Como está legalizada, no se le da importancia y menos en la ciudad de Santa Fe, donde la cerveza es moneda corriente”.
Al alcohol, le siguen la cocaína, los psicofármacos y algunos casos de paco. Consultado acerca de si hay paco en Santa Fe, Duso se limitó a contestar: “Donde hay cocina de cocaína, hay paco”.
Apoyo económico
Los costos de internación y de tratamiento ambulatorio son cubiertos de manera particular o a través de obras sociales. Si el paciente no cuenta con los medios económicos, se busca que el Estado se haga cargo de su tratamiento. “No queremos que nadie se quede afuera por un problema económico. En esos casos, el Estado le cubre el tratamiento. Incluso, hay muchos pacientes que son derivados por el mismo Estado porque ellos no cuentan con los recursos suficientes para encarar un tratamiento”, remarcó Duso e invitó a particulares y empresas que quieran colaborar como padrinos de la institución.