SOBREVIVIÓ A UN SECUESTRO

Belluscio relató el drama de su cautiverio

Télam

Pablo Belluscio, el joven que en 2003 estuvo 43 días secuestrado, realizó un detallado relato sobre los principales momentos de su extenso cautiverio, durante el que le cortaron dos falanges de su mano izquierda.

El joven estudiante de Biología, que hoy tiene 31 años pero tenía 25 en el momento de su secuestro, comenzó el relato contando que aquel 22 de septiembre de 2003 por la noche, y luego de entrenar con su equipo de hockey junto a su hermano y unos amigos en el Perú Beach Club de San Isidro, fue capturado por tres delincuentes que le cruzaron el auto y al grito de “¡Policía, policía!”, lo traspasaron de auto y se lo llevaron cautivo.

Pese a que en ese momento se produjo un tiroteo en avenida Del Libertador y Perú entre sus secuestradores y dos policías que terminaron heridos, Belluscio dijo hoy que no se dio cuenta de ello y que sólo sintió que el secuestrador que estaba en el asiento del acompañante disparó su pistola.

La víctima contó que los delincuentes “parecían muy profesionales” y que vio dentro del auto un chaleco que decía “Policía”, pero en un primer momento pensó que venían huyendo de la policía y que lo habían capturado para poder huir.

“Me pidieron la tarjeta de débito, les di la clave. Pensé que me iban a soltar”, dijo riéndose en una reacción -la de la risa- que luego repetiría por nervios a lo largo de su relato.

Belluscio contó que así lo llevaron a lo que fue su primer y más breve sitio de cautiverio, una casa donde lo dejaron encapuchado con una gorra de lana, atado por la espalda con su cinturón y de pies con los cordones de sus zapatillas.

En ese lugar escuchó por primera vez a quien a lo largo de su relato luego definiría como “los muchachos” o “los malos” y señaló particularmente que quien sería el jefe tenía una voz “particular, muy nasal, como gangoso”.

“El Gangoso” es un mítico personaje en la historia de los secuestros que nunca pudo ser identificado y cuya voz aparece en la mayoría de los principales secuestros resonantes de esa época, incluso en las grabaciones de las negociaciones de los casos Belluscio, Mirta Fernández y Ernesto Rodríguez, todos hechos atribuidos a la denominada banda de “Los Cortadedos”.

Belluscio relató que, ya desde la primera noche, quien sería el jefe y tenía voz gangosa lo amenazó con una amputación. “Me dijo: “Portate bien porque, si no, te vamos a cortar estos dedos’ ”, dijo la víctima mientras le mostraba al tribunal los dedos amputados, el mayor y el anular de su mano izquierda.

“No intentes hacer nada raro, porque no podés hacer nada contra dos fusiles”, agregó otro de los delincuentes.

Belluscio dijo que en ese momento comenzó “un interrogatorio como el de las películas”, en el que los delincuentes parecían saber todo pero querían comprobar que él no les mentía.