Está en el Salón de la Fama

Merecido reconocimiento a Jordan

En una ceremonia realizada en Springfield, Massachusetts, el mítico jugador norteamericano aceptó su ingreso al Salón de la Fama de básquetbol.

Redacción de El Litoral

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El mismo día en que el país recordaba de nuevo a las víctimas del terrible atentando del 11 de septiembre, el ex base Michael Jordan daba su discurso de aceptación como nuevo miembro del Salón de la Fama en medio de lágrimas y gracias para todos que hicieron posible su triunfo.

La lista de los que le ayudaron, tanto compañeros, como rivales, e inclusive los periodistas que cuestionaron su valor, se hizo extensa cuando Jordan, recuperando el control emocional, comenzó a describir cómo había sido el camino recorrido hasta llegar al lugar sagrado del baloncesto profesional.

Pero también mostró el mismo espíritu de “lucha” y “reivindicación” que siempre tuvo cuando estuvo en un campo de juego.

De ahí, que no olvidase en su discurso de aceptación al entrenador que lo dejó fuera del equipo colegial por no ser demasiado alto y ni mucho menos a la prensa que durante un tiempo dudó de su capacidad para llegar a ser no sólo buen jugador sino súper estrella.

Más agradecido estuvo a todos los rivales que le ayudaron a “motivarse” para demostrar ser cada vez mejor jugador y convertirse en uno de los más grandes, por no decir el más grande jugador en la historia de la NBA después de ganar seis títulos de liga y cinco de Jugador Más Valioso (MVP) de la liga.

Jordan, que fue el último de los cinco nuevos miembros del Salón de la Fama de la Clase del 2009 que dio su discurso de aceptación, tuvo un recuerdo para todos incluidos sus nuevos compañeros entre los legendarios como Davis Robinson, John Stockton, Jerry Sloan y C.Vivian Stringer.

“El deporte del baloncesto no ha sido todo para mí y no sigue siendo”, declaró Jordan después de haber recuperado la compostura, que perdió cuando antes de subir al escenario habían presentando los momentos más destacados de su carrera de ser uno de los siete jugadores que logró el título universitario, el de liga y el oro olímpico.

Como hacía en el campo cuando jugaba, Jordan deleitó a los 2.600 invitados especiales que se dieron cita en el Symphony Hall, de Springfield, con sus memorias y objetivos cumplidos.

En el recuerdo

Recordó cómo nació para el deporte del baloncesto después de que su primer entrenador colegial en Carolina del Norte lo dejara fuera del equipo porque no era lo suficientemente alto.

“Deseo estar seguro que ha entendido que cometió un error conmigo, sin ninguna duda”, reivindicó Jordan. “También Isiah Thomas cuando me quiso marginar en mi primer Partido de las Estrellas”.

Jordan dijo que deseaba demostrarles a Thomas, Magic (Johnson), Larry (Bird), George (Gervin), a cada uno, que merecía estar en el Salón de la Fama como cualquiera de ellos. “Pienso que durante toda mi trayectoria como profesional conseguí ese objetivo sin que quedase ninguna duda”, subrayó Jordan, que también dijo fue motivado por entrenadores como Jeff Van Gundy y Pat Riley, a cuyos equipos sentía que tenía que ganar por encima de todo.

“Eran grandes equipos, que no hacían ningún tipo de concesiones y sentía una motivación especial para ganarlos”, reconoció Jordan. “A todos ellos, tengo que darles las gracias por la motivación que generaron dentro de mí”.

Jordan recordó cómo le había molestado sobremanera que Van Gundy le acusase de ser amigable con los jugadores fuera del campo para luego tratarlos mal durante los partidos.

“Siento que soy una persona muy amigable, con todo el mundo, pero a la vez, cuando las luces se prendían y salía al campo también era más competitivo que cualquiera”, admitió Jordan. “La prensa me dio fuerza cuando dijo que sería un gran jugador, pero nunca ganador como Bird o Johnson”.

Jordan destacó que todas esas cosas pusieron más leña al fuego que hizo posible que cada día tratase de ser mucho mejor jugador de baloncesto”.

El ex base de los Bulls dio también las gracias a toda la organización del equipo de Chicago, al dueño, Jerry Reinsdorf y al ex gerente general, Jerry Krause, que boicoteó el acto, en apoyo al entrenador asistente Tex Winter, que no ha sido elegido todavía al Salón de la Fama.

“Ambos fueron decisivos en conseguir un equipo ganador con jugadores como Scottie Pippen y el resto de los compañeros que me dieron toda la ayuda del mundo”, señaló Jordan. “De Phil Jackson recibí, como en la universidad, de Dean Smith, todo el apoyo mental para que fuese cada día más fuerte”.

Jordan destacó el apoyo de su familia, pero en especial de su madre, que todavía seguía a sus 47 años, dándole los mejores consejos de cómo debía comportarse en la vida.

“A todos, gracias, por haber hecho posible que hoy haya podido estar aquí, entre los grandes de todos los tiempos del baloncesto profesional, que ha sido mi vida”, agregó Jordan.

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Michael Air Jordan en un momento del discurso de aceptación del ingreso al salón de la Fama.

Foto: Agencia AFP