En la campaña 2010

La cosecha brasileña de arroz caería un 15% el próximo año

Esta fue una de las conclusiones que dejó Expointer 2009, la megamuestra de la agroindustria brasileña que se realizó en Porto Alegre la semana pasada.

Gastón Neffen

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Enviado especial

El arroz es un cultivo clave en Brasil. Es el comodín que acompaña casi todas sus comidas, desde la típica “feijoada” hasta las “picanhas”, “costelas” y “fraldihas” de las “churrascarias”. Por eso, cada año los brasileños consumen 45 kilos de arroz por habitante y producen más de 11 millones de toneladas de este cereal (diez veces más que la Argentina).

Pero tienen un problema. A pesar de que su cosecha arrocera ha crecido significativamente en los últimos años —incluso viene dejando saldo exportable—, no siempre alcanza para cubrir las necesidades alimentarias de su propia población (casi 200 millones de personas). Cuando esto sucede, los arroceros argentinos tienen una muy buena oportunidad para vender en el mercado brasileño.

Y eso es exactamente lo que puede pasar la campaña que viene. En Expointer 2009, la muestra agropecuaria más grande del sur Brasil, dos referentes del Instituto Río Grandense de Arroz (IRGA) le confirmaron a El Litoral que estiman una caída de entre un 10 y un 20 por ciento en la próxima zafra.

“Es que se viene un año niño”, explica Luis Antonio de Leon Valente, supervisor general del Departamento Técnico del IRGA. Lo que hay que comprender es que en el caso del arroz un escenario climático con más lluvias disminuye la radiación solar que recibe el cultivo y baja los rindes. También aumenta el desarrollo de las enfermedades relacionadas con los hongos.“Para mí la campaña va a ser un 15% más baja que la que acaba de finalizar”, sostiene Mauricio Miguel Fischer, presidente del IRGA.

Los técnicos de Cooplantio, la cooperativa que nuclea a los productores en siembra directa, hacen un diagnóstico parecido. “Creemos que la productividad por hectárea puede caer unos 500 kilos”, calcula Camilo Oliveira, especialista en arroz de Cooplantio.

“Claro que hay que tener en cuenta que esta situación climática también va a impactar en Argentina y Uruguay, dos países a los que les solemos comprar arroz”, advierte Leon Valente. La diferencia es que los argentinos comen mucho menos arroz (unos 6 kilos anuales por habitante) y exportan el 40 por ciento de su producción.

Las metas

Río Grande do Sul es el estado más arrocero de Brasil y concentra el 61 por ciento de la producción nacional. En los últimos siete años lograran llevar al cultivo de 5 a 8 millones de toneladas con fuertes inversiones y una creciente intensificación.

La productividad media del estado es de 7,28 toneladas por hectárea. Pero los productores más eficientes, por ejemplo en la zona de Uruguayana, logran rendimientos de hasta 9 toneladas por hectárea.

Los técnicos brasileños están trabajando en tres prioridades para los próximos años. En primer lugar necesitan encontrar alternativas a la resistencia de algunas malezas a los herbicidas tradicionales, también los preocupa la persistencia del arroz rojo y quieren estudiar como reducir la emisión de gases efecto invernadero (los cultivos de arroz emiten metano) para que este cultivo sea más sustentable.

Pero el gran desafío es producir más arroz con menos agua. Leon Valente calcula que actualmente usan 1.000 litros de agua para producir un kilo de arroz. La meta es ir reduciendo progresivamente esa cantidad con eficiencia y mejores prácticas agrícolas.

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Menor radiación solar. La mayor nubosidad que se estima para un año niño sería la principal causa de la caída en los rindes.

Foto: Campolitoral

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Menos trigo y mucha más soja

La cosecha triguera brasileña caería en unas 200.000 toneladas por la llegada de las lluvias, según una estimación de la Compañia Nacional de Abastecimiento (Conab). En el principal estado productor (Paraná) esperan que el cultivo sea afectado por los hongos y que se produzcan problemas por la excesiva humedad al momento de trillar. De esta forma, el volumen final de la cosecha sería de 5,8 millones de toneladas contra las más de 6 que se levantaron la campaña pasada. La contracara son los granos gruesos. Casi todos los referentes de la agroindustria de Brasil tiene muy buenas expectativas para las campañas de soja y maíz.