Abrupto final de una reunión con vecinos sobre seguridad

Papelón en Rosario crea

mal clima en el Senado

Era una reunión en la que los senadores provinciales iban a escuchar las demandas de mayor seguridad en Rosario. Se convirtió en el escenario de acusaciones entre oficialismo y oposición. Los familiares de víctimas de la delincuencia pidieron respeto.

De la redacción de El Litoral

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La Comisión de Seguridad del Senado provincial fue el escenario de un papelón en la ciudad de Rosario. Una reunión celebrada en la sede de la ciudad del sur -en la que los senadores previeron escuchar las quejas por la inseguridad de familiares de víctimas de delincuentes- terminó abruptamente, en medio de un escándalo.

Alberto Crosetti (PJ), presidente de la Comisión, pretendió echar a su par el senador Juan Carlos Zabalza (PS), que no forma parte de la misma. El socialista advirtió que además de poder concurrir como legislador también podía hacerlo como ciudadano.

“Vinimos a escuchar a los vecinos y no haremos eso si hay senadores que no integran la comisión”, interpretó Crosetti. Y Zabalza contestó: “No me retiro nada, me parece una falta de respeto; además de senador soy ciudadano de Rosario y vengo a escuchar la problemática de la inseguridad, que es lo suficientemente dramática como para que nos vayamos”.

Las exposiciones de entidades rosarinas como Víctimas de la Inseguridad, Ciudadanos en Alerta y la Asociación Empresaria se frustraron. “Quienes no fueron invitados que se retiren”, dijo un vecino, mientras otros -también integrantes de las entidades que reclaman más seguridad- hacían la V de la victoria, sonrientes para las cámaras de los medios de Rosario.

Un mujer pidió con angustia “respeto” por los muertos por la inseguridad y reclamó que la clase política esté a la altura de las demandas de la gente. Recordó que en lo que va del año hubo 87 asesinatos.

Tras suspenderse la reunión, las acusaciones entre el oficialismo y la oposición siguieron: el titular del PJ Ricardo Spinozzi, también titular del bloque de senadores de la mayoría, dijo que la actitud de Zabalza fue “despreciable”. Dijo que el senador y los diputados Alicia Gutiérrez, Raúl Lamberto y Joaquín Blanco (todos de la ciudad de Rosario) “vinieron con la intención de evitar el debate”.

Zabalza habló de “una maniobra del justicialismo encabezada por el senador Crosetti: se planteó una incompatibilidad, nos dijeron que era una reunión a puertas cerradas. Eso es un disparate”, abundó.

Una bronca de arrastre

Los insultos entre los senadores Crosetti y Zabalza son públicos desde la semana pasada.

En el plenario de la Cámara de Senadores del jueves 10, el socialista pidió al justicialista que consultara “con un psicólogo”, ante sus afirmaciones sobre la supuesta “discriminación” del gobierno provincial para con las comunas peronistas.

Empleados y asesores de distintos bloques relataron que tras la sesión, el senador por Belgrano no cabía en su sitio y que quería enfrentar a Zabalza para reclamarle airadamente explicaciones.

Lo ocurrido en Rosario -en realidad es común que senadores concurran a reuniones de comisiones, las integren o no- parece una continuación del mal clima.

Para las 15 de hoy, estaba citada la reunión del Senado, seguramente la última antes de las elecciones generales de concejales y presidentes comunales del 27 de septiembre.

Campaña insegura

Germán de los Santos (*)

Diego Giuliano, candidato del reutemanismo, quien tras las internas abiertas quedó en segundo lugar de la lista que encabeza Héctor Cavallero, planteó hace dos meses como principal premisa de campaña el problema de la inseguridad. Propuso: “la Guardia Urbana Municipal a la comisaría y los policías a la calle”. El eslogan fue muy efectivo en el plano político, y desde ese momento el eje principal de la campaña en Rosario pasó por la seguridad, un tema que también retomó el postulante del radicalismo Jorge Boasso.

Los carteles que actualmente están desparramados en distintos puntos de la ciudad reafirman las ideas de los dos aspirantes a una banca de concejal, y se destacan los verbos “cuidar” y “defender”. Aunque el debate roza lo ficticio, porque el Concejo Municipal tiene escasas atribuciones y herramientas para abocarse al tema, el Frente Progresista está en una situación incómoda, sobre todo porque desde que Hermes Binner ganó la gobernación las críticas por el incremento del delito tienen receptores del mismo color político.

La GUM fue creada por el propio Miguel Lifschitz en 2004, cuando las marchas de Juan Carlos Blumberg atiborraron la plaza frente al Congreso con los reclamos por mayor seguridad. En ese momento se dio una respuesta coyuntural con un proyecto novedoso.

Pero el plan inicial, que apuntaba a la creación de un cuerpo integrado por 140 miembros que no portan armas ni pueden detener a personas, sino que su rol apunta a la “prevención y persuasión en incidentes o conductas que afecten la convivencia urbana” comenzó a desdibujarse en la demanda de logros concretos y efectivos, que pasan por el “combate” del delito.

(*) Corresponsal de El Litoral en Rosario.

Ñoquis y policías

Las tensiones del Concejo Municipal de Rosario, y los ejes de la campaña electoral para su renovación parcial (ver aparte) se han trasladado al Senado provincial.

El candidato reutemannista a concejal en la ciudad del sur es Diego Giuliano, actual secretario parlamentario de la Cámara Alta provincial. Como propuso que la guardia urbana creada por el socialismo en Rosario vaya a ayudar a la policía en tareas de oficina, el intendente de esa ciudad Miguel Lifschitz no encontró mejor forma de responderle que con una nota al Senado santafesino, que impulsa lo mismo para el “personal ocioso” de la Cámara Alta.

En una nota dirigida a la vicegobernadora Griselda Tessio el intendente rosarino le pide que “transmita a ese cuerpo la solicitud de que se asigne personal ocioso que cumple tareas en la Legislatura y/o como asesores de los distintos bloques o senadores para realizar dicha actividad en las comisarías de la ciudad de Rosario”.

De inmediato los medios del sur comenzaron a hablar de los ñoquis de la Legislatura. Lo que mereció una respuesta de la titular del Senado. Aseguró que “no hay ñoquis” en el cuerpo y vinculó la propuesta del intendente de Rosario de pasar el personal ocioso de la Cámara Alta a las comisarías como una respuesta “ofuscada” a la propuesta de Giuliano.