Inmuebles

Reactivación de la demanda

Al suavizarse la crisis, existen señales de que los potenciales compradores comienzan a interesarse por invertir. Al disminuir el riesgo cambiario, la compra inmobiliaria vuele a ser una opción

De la redacción de El Litoral

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En paralelo con los signos de mejoría económica, también comenzó a repuntar la demanda en el mercado inmobiliario. Tal es la impresión que aporta Publio Benuzzi, titular de la empresa inmobiliaria que lleva su apellido, quien brinda un ejemplo.

“La torre Piemonte, de 20 pisos, en Rafaela, la empezamos a construir en plena crisis del campo. Comenzaron a demorarse las ventas, pero seguimos construyendo y la terminaremos en marzo de 2010. En el comienzo de la construcción vendimos el 45 por ciento en un mes; cuando vino la crisis del campo no se vendió ni uno más. Sin embargo, desde hace un mes a esta parte comenzaron nuevamente las consultas. Hay quienes están arrepentidos de no haber comprado antes, porque ahora los precios no son los mismos ya que los costos en pesos siguen subiendo”, explica.

El ejemplo, a su vez, se anuda con un concepto personal: “Yo ya pasé cuatro crisis y si uno piensa en la crisis no hace nada. De las crisis que recuerdo ninguna duró más de dos años. Por olfato y por lo que leo, creo que estamos llegando al fondo. Los llamados telefónicos ya comenzaron de nuevo y la gente ha empezado a interesarse por conocer los inmuebles. Los potenciales compradores ya no tienen tanto miedo cambiario y los dólares que atesoraron quiere invertirlos.”

Los proyectos

Esta reactivación de la demanda toma a Benuzzi con proyectos prácticamente concluidos, otros en fase de inicio y aún otros que todavía están en vías de tramitación. Entre los primeros, está el ya mencionado de Rafaela, (en conjunto con la constructora CAM y que cubre unos 10 mil metros cuadrados), y el condominio La Rambla, en Santa Fe, (en asociación con De la Vera Cruz, sociedad de bolsa y CAM, con 8.500 metros) que también se termina en marzo próximo. Entre los segundos, las obras ya iniciadas de Plaza Mayor (una torre de 11 pisos frente a plaza San Martín, con 6 mil metros), que deberá estar lista para junio de 2011.

Finalmente, entre las iniciativas aún en trámite, se suman dos nuevas construcciones para las que ya se adquirieron los terrenos: una en bulevar Gálvez al 1300 (cerca de 4 mil metros cubiertos cuya construcción comenzará en breve) y otra en el mismo bulevar en la intersección con calle Laprida, con un proyecto que superará los 10 mil metros.

“Cada proyecto que empiezo lo hago porque sé que tengo la plata para terminarlo. Nunca pedí un crédito. Por eso ahora nos estamos posicionando en terrenos y en la medida que el negocio se reactive y yo reúna el dinero, construiremos sobre esos terrenos. En una crisis como la de ahora me quedo con muchos departamentos, pero ya se venderán y ese dinero será reinvertido en nuevos proyectos. Alguien dijo que los empresarios inmobiliarios no arriesgan, porque venden antes. No es mi caso. Estoy jugado con edificios que demoran entre 2 y 3 años para hacerlos. Uno no puede sentarse sobre la plata; cuando venga el movimiento, yo tengo que tener 4 edificios hechos.”

Los metros

La mención a la cantidad de metros no es casual y tiene que ver con una estrategia del negocio. “Todos los edificios que estamos haciendo, solos o asociados, son construcciones con muchos metros cuadrados. En general los edificios en torre tienen un promedio de 1.500 a 2.000 mil metros el más grande; los nuestros son de 8 mil a 10 mil metros cuadrados.”

Sin embargo, tales metrajes no responden a las leyes generales del negocio inmobiliario. Benuzzi lo explica así: “Cuanto más inmuebles se sacan sobre el valor de los metros cuadrados de terreno, se gana más dinero. Pero nosotros queremos manejarnos en un nicho donde la rentabilidad tal vez no sea tanta. En el caso de Plaza Mayor optamos por hacer solamente 17 unidades, entre semipisos y pisos. En bulevar al 1300, los departamentos tendrán un solo dormitorio grande y el resto será espacio para vivir, con luz, sin paredes del edificio de enfrente. Todo eso implica que hay que sacrificar muchos metros cuadrados.”

Con una línea de pensamiento similar avanza otro proyecto en un terreno ya adquirido en la avenida Costanera y Salvador del Carril, frente al Santa Fe Lawn Tennis Club. Dice Benuzzi: “Allí no construiremos un edificio grande, (a lo sumo será de 7 ú 8 departamentos), porque las regulaciones no lo permiten. Desde la perspectiva de la rentabilidad no será un gran negocio, pero para nosotros será una vidriera por la calidad estética que tendrá. En todo caso, nuestra mayor rentabilidad será institucional, en la imagen de nuestra empresa.”

Cuando se le pregunta cuánto dinero está en juego en todos los planes que alienta, Benuzzi responde que no tiene una cifra precisa. Ante la insistencia, propone el siguiente cálculo: “Esquemáticamente, la construcción de un edificio sale alrededor de 800 dólares por metro cuadrado, esa suma hay que multiplicarla por la cantidad de metros de las que ya hablamos, más el precio de los terrenos.”

Reactivación de la demanda

Publio Benuzzi. “Los llamados telefónicos comenzaron de nuevo. La gente ha empezado a interesarse”.

Foto: El Litoral

La Santa Fe del futuro

Publio Benuzzi cree que la ciudad capital de la provincia tiene un potencial de desarrollo sobre el cual no se ha reflexionado lo suficiente. Su argumentación parte de entender que, en algún tiempo más, distintas obras viales de acceso a la ciudad estarán concluidas.

“Desde unos 100 kilómetros a la redonda será fácil el ingreso a Santa Fe. Eso incorporará a importantes grupos de personas, con gran poder económico, que antes no venía a la ciudad. Cuando esas obras se terminen es responsabilidad de la actividad privada hacer de Santa Fe un centro económico que atraiga a esas personas. No sólo es la cuestión turística, sino decenas de actividades, entre ellas la inmobiliaria. Está sucediendo que todo los caminos conducen a Santa Fe, pero aquí no estamos discutiendo eso. Yo me estoy preparando para ese momento con lo único que sé hacer: construir edificios”.

Para el empresario, deben reforzarse las iniciativas entre el sector público y el privado. “¿Cómo puede ser que nuestra empresa, que ha participado y participa en tantas cosas, jamás pudo participar en la terminal de la Estación Belgrano o el Mercado Progreso? Siempre intentamos hacerlo y nunca pudimos. He leído que las autoridades municipales están invitando a discutir públicamente sobre el plan de desarrollo de la ciudad. Se les olvidó invitarnos, pero nos encantaría que lo hiciesen para poder debatirlo con hechos, no sólo a nosotros, sino muchos otros como nosotros. Podría ser interesante que el Concejo escuchase nuestras opiniones y que después las instancias políticas evalúen”.