Mesa de café

Ley de medios

Erdosain

Marcial ha retornado a su fe reutemanista. Nunca fue peronista, más bien todo lo contrario, pero es reutemanista de la primera hora y ahora disfruta del voto socialista a favor de la ley de medios propuesta por los Kirchner. —Ahora queda claro quién es el verdadero aliado de los Kirchner -dice mientras le hace señas a Quito para que le sirva el té.

—A mí me parece que han actuado como corresponde a un partido democrático -dice José- han discutido, han hecho algunas observaciones que fueron escuchadas y después votaron.

—Me llama la atención verte tan republicano -dice Abel-, te desconozco.

—Ustedes los radicales son unos gorilas incorregibles -refuta José- deberían aprender de sus aliados socialistas que se diferencian del gobierno pero respetan las instituciones.

—A mí lo que me resulta gracioso -agrega Marcial- es que los señores socialistas nos hicieron la vida imposible por el caso de la senadora Latorre y un par de semanas después levantan la mano juntos con el oficialismo para apoyar una ley que es peor que la de Videla.

—¿No te parece que estás exagerando? -le pregunto yo a Marcial.

—Algo, pero no mucho -responde sin dejar de sonreír.

—A mí me parece por lo menos sospechoso que los peronistas santafesinos se transformen en los opositores a Kirchner cuando a todos nos consta que han vivido arreglando con ellos y están dispuestos a seguir arreglando con ellos porque en definitiva están todos en el mismo partido -dice Abel.

—A vos te parece sospechoso -contesta Marcial- a mí no tanto.

—Yo creo -dice José- que las aguas se están dividiendo y así como hay un peronismo conservador hay un peronismo revolucionario. Los conservadores como Marcial están con Reutemann y los revolucionarios están con nosotros.

—¿Los revolucionarios serían -pregunta Marcial- Scioli, Pichetto y Díaz Bancalari?

—Los revolucionarios somos los que apoyamos esta ley de medios -refuta José.

—Si ser revolucionario es concentrar el poder y decidir qué se hace con él en materia de medios de comunicación estoy de acuerdo que son revolucionarios -digo- tan revolucionarios como Chávez y como todos los revolucionarios que en nombre de la revolución suprimieron la libertad de prensa.

—Si la libertad de prensa es permitir la libertad de empresa y la libertad de armar monopolios, sigo estando con los revolucionarios -insiste José.

—Lo que yo no entiendo es por qué decidieron tratar una ley ahora y, además, por qué están tan apurados -dice Abel.

—Siempre que se hace algo nuevo los gorilas dicen que no es el momento o que estamos apurados -contesta José-. Pues bien, es cierto, los revolucionarios estamos apurados, la revolución se hizo para los apurados no para los lentos.

—Todo está muy lindo -digo- siempre y cuando me convenzan que ustedes son revolucionarios.

—Estamos haciendo una ley de prensa que termina con el monopolio de Clarín, que permite que las ONG puedan tener sus propios medios, que le otorga al Estado facultades para proteger al pueblo de la desinformación de algunos medios...

—Eso ya lo escuché -dice Marcial- no es muy diferente a los que decían Perón y Visca en los años cincuenta cuando cerraron La Prensa.

—Era un diario gorila -insiste José.

—No comparto- responden al unísono Marcial y Abel.