Seguridad vial

Conducción en la ruta

Contrariamente a lo que parte del imaginario colectivo se grafica, el manejo en vías rápidas interurbanas requiere mayor atención y pericia que en la ciudad, ya que las distracciones o errores pueden resultar fatales.

Conducción en la ruta

Momento crítico. El instante del sobrepaso debe ser muy bien analizado. Un error de cálculo o una actitud inútilmente temeraria pueden ocasionar graves consecuencias. Foto: Mauricio Garín

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Fuente: www.cesvi.com.ar

Es un hecho comprobado estadísticamente que la mayoría de los accidentes ocurren en zonas urbanas, conforme a las estadísticas sobre siniestralidad. Pero a pesar de que los accidentes en rutas son menos frecuentes, está claro que sus consecuencias son mucho más graves, y en gran proporción resultan fatales. Esto se debe a que las velocidades de circulación son mayores y, consecuentemente, el tiempo para resolver situaciones críticas es realmente escaso.

Los accidentes frontales en ruta son originados, en mayor proporción, por maniobras de sobrepaso mal efectuadas, ya sea por imprudencias o impericia. Aquí van algunos consejos para realizar acciones seguras en este tipo de caminos.

Cómo hacerlo

Primero habrá que entender y admitir que la parte más peligrosa de la maniobra de sobrepaso es cuando se transita a la par del rodado que se quiere dejar atrás, debido a que son escasas las posibilidades de retornar al carril normal de circulación.

Un error muy común es iniciar esa maniobra luego de acercarse considerablemente al vehículo precedente. ¿Por qué es un error? Porque en esa situación, cuando comienza esta maniobra, el auto que va a pasar partirá de la misma velocidad del vehículo de adelante, saldrá de un ángulo ciego y por el escaso ángulo de visión que se tiene hacia adelante (fundamentalmente cuando se intenta sobrepasar a un rodado de gran porte) no le permitirá descubrir los peligros potenciales que le tocará afrontar.

La recomendación es, en primer lugar, discernir si el sobrepaso es necesario o es sólo una acción instintiva. Si realmente es necesario, al estar a 5 segundos del vehículo antecesor, se debe observar por delante de él si no viene alguno de frente; si se tiene el camino libre, hay que acelerar y cuando estemos a unos 3 segundos —previo volver a cotejar el camino despejado— se colocará la luz de giro hacia la izquierda, observando el espejo retrovisor para descartar otro vehículo que nos esté sobrepasando, e iniciar la invasión hacia el carril contrario.

Debido al considerable tramo de aceleración disponible, cuando lleguemos al vehículo a sobrepasar, el nuestro tendrá una diferencia de velocidad respetable que nos permite sobrepasarlo en un breve instante. Una vez sobrepasado se debe poner el giro hacia la derecha y retornar hacia el carril propio cuando sea posible, observando por el espejo retrovisor central la pisada de las ruedas delanteras del vehículo que quedó atrás.