Ahora, se viene el agua

Según pronósticos mundiales, el efecto del “Niño”, estarían adelantando grandes lluvias y crecidas. Un nuevo problema para nuestra ganadería.

 

Campolitoral

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Parece mentira. Luego de dos años de sufrir la sequía más inclemente de nuestra historia moderna, los pronósticos anticipan una anticipada crecida del río Paraná. Según el periódico Epoca, la corriente del niño sería este año mayor que en año 1982. Según expertos reunidos en Ginebra, sus consecuencias podrían notarse con más rigor en América Latina. Se espera que las primeras lluvias se registren en el Norte del país con el inicio de Octubre.

Es más, el presidente del Instituto para el Medioambiente y la Sociedad, Jagadis Shukla, indicó que, según los modelos de previsión, el calentamiento de las aguas en la zona tropical del océano Pacífico, donde se origina este fenómeno, ha alcanzado niveles nunca registrados anteriormente.

El fenómeno conocido como “El Niño” es una anomalía tanto oceánica como atmosférica que tiene su origen en la zona tropical del Pacífico y que se caracteriza por un calentamiento masivo de las aguas del mar a causa de las corrientes y los vientos.

En nuestro país, la corriente de “El Niño” se hizo sentir con una fuerza devastadora durante 1982 y 1983, cuando sequías, tifones y lluvias atípicas azotaron distintas partes del planeta. La provincia de Santa Fe, en particular, registró la peor inundación del siglo XX, con efectos que aún hoy se mantienen vivos en las retinas de todos los que la sufrimos.

Los productores ganaderos del corredor costero, se muestran preocupados y aceleran todo lo que pueden el cronograma de vacunación contra la aftosa pautado. Quieren tener la hacienda lista para sacarla campo afuera, tan pronto como puedan, sobre todo si estos pronósticos nefastos se cumplen.

El otro aspecto preocupante, es que los campos tierra dentro, luego de sufrir los estragos de la sequía, no están en condiciones de recibir mucha hacienda. Es cierto que las últimas lluvias beneficiaron a gran parte de la geografía provincial, pero no lo suficiente como para generar un volumen suficiente de pasturas que brinde una alternativa a esta situación.

Por lo pronto, la cordura llama a moverse con precaución en una zona -la ruta Provincial Nº 1- que volverá a verse sacudida por un movimiento inusual de hacienda. De cumplirse estos sombríos pronósticos, la zona de islas, otrora refugio obligado para nuestra hacienda, volverá a ser una trampa de agua.