Tribuna política

Interpretaciones y agresiones

Raúl Lamberto (*)

Luego de un proceso electoral, que culmina cuando las que hablan son las urnas, se abre una etapa que debería caracterizarse por el sosiego y la mesura, por la interpretación de números, en definitiva. Sin considerar esta premisa mínima de respeto a la manifestación de los ciudadanos santafesinos, el economista y diputado nacional electo Daniel Germano, en la nota “¿Qué festeja el Socialismo?” (El Litoral, 5 de octubre de 2009) realizó una lectura demasiado poco objetiva sobre el resultado electoral de las pasadas elecciones del 27 de septiembre, además de permitirse conceptos sumamente agraviantes, indignos en quien los vocifera.

Para hacer un resumen muy breve de la cuestión electoral, cabe señalar que en el total provincial el Frente Progresista Cívico y Social superó al Partido Justicialista por 105.678 sufragios (el FPCyS obtuvo 562.109 votos y el PJ 456.431), ganó en 16 de los 19 departamentos de la provincia, obtuvo 85 bancas de concejales de las 174 que estaban en juego, triunfó en 31 de los 50 municipios -entre ellos en 18 que gobierna el PJ- y aumentó de 112 a 154 el número de comunas que gobernará en los próximos dos años. Son datos objetivos que no pueden negarse.

El diputado electo y ex ministro de Reviglio y Reutemann interpreta estos datos sesgadamente, comparándolos con las elecciones a cargos ejecutivos de 2007 y refiriéndose sólo a un distrito electoral, a la ciudad de Rosario. Es obvio que estas elecciones tienen, entre sus componentes, una relevancia de lo local y que, sin lugar a dudas, manifiestan la capacidad de los ciudadanos para distinguir qué se juega en cada compromiso electoral -basta señalar, como ejemplo, las decenas de miles de votos que en Rosario perdió el PJ entre la elección primaria y la general-.

Los resultados finales del Tribunal Electoral en toda la provincia evidencian cómo se va consolidando en la provincia el proceso de transformación que eligieron los santafesinos en 2007, y muestran que los ciudadanos evalúan y asumen en cada localidad la defensa de valores fundamentales para la democracia como la solidaridad, la participación, el diálogo y la transparencia.

Pero lo más grave de la opinión señalada no está en la interpretación de un resultado electoral sino en los improperios que vierte el ahora diputado electo. Dice, al pasar, que “En Rosario, la ciudad en la que viven, hacen política y votan los principales dirigentes socialistas: Binner, Lifschitz, Bonfatti, Zabalza y un gran número de funcionarios que han tomado por asalto las estructuras administrativas de Santa Fe (...)”. Agrega, más adelante, que “los resultados muestran (...) un repudio (...) a la mediocridad de un gobierno tibio e irresoluto”. Ciertamente nos sorprendería si el diputado electo compartiera la línea política que inspira al gobierno del Dr. Hermes Binner. Nos enorgullece haber defendido la lucha de docentes y demás empleados estatales que debieron sufrir las agresiones a su bolsillo y a la dignidad de su tarea, cuando este ex funcionario mandaba a los docentes a “darles de comer a los chicos o que renuncien”, que instauró la lógica del presentismo, que usufructuó la emergencia económica y los recortes a activos y jubilados, es decir, un digno representante de las lógicas neoliberales en Santa Fe.

El actual gobierno del Frente Progresista Cívico y Social ha iniciado un proceso de cambios y transformaciones que tienen como prioridad la salud, la educación, la seguridad y la justicia, la participación ciudadana y la transparencia, lo que fue respaldado por la ciudadanía el 27 de septiembre último.

Está claro que se puede opinar distinto, pero ese disenso no puede superar el límite de la legitimidad democrática nacida de las urnas. Sin tomar por asalto nada, la actual administración seguirá gobernando la provincia hasta entregarle el gobierno al próximo ciudadano que resulte electo en 2011, mal que le pese al Sr. Germano.

(*) Diputado provincial. Presidente del Bloque del Frente Progresista Cívico y Social.