Después de un largo olvido

Versalles honra al Rey Sol

Luis XIV gobernó Francia durante 72 años con mano recia, a la par que desarrolló una intensa pasión por las artes, las ciencias y la literatura. Mantuvo una relación personal con los artistas y les brindó privilegios especiales.

Versalles honra al Rey Sol

La construcción del palacio de Versalles, una enorme obra de arte en sí misma, fue ordenada por Luis XIV para alojar a su corte que se mudaba de París.

Foto: Archivo El Litoral

Inma Martínez

Agencia EFE

Los gustos personales del monarca francés Luis XIV regresaron hace pocos días al Palacio de Versalles, en la primera exposición dedicada a la intensa pasión del monarca absolutista por las artes, las ciencias y las letras.

“Luis XIV: El hombre y el rey”, que estará abierta el público hasta el 7 de febrero próximo, reúne más de 300 obras excepcionales procedentes de colecciones del todo el mundo, como pinturas, objetos de arte o mobiliario, algunos de ellos nunca expuestos al público.

Este retrato cultural que dedica el palacio a su creador, que reinó Francia durante 72 años (de 1643 a 1715), responde a la inquietud del presidente de la institución, Jean-Jacques Aillagon, de presentar la persona y la obra que promocionó, de una manera original e inédita.

“Era una anomalía y una paradoja que el Palacio de Versalles nunca hubiera dedicado una exposición a Luis XIV (1638-1715), quien originó su creación”, confesó a EFE Aillagon, antes de añadir que no buscaba “una exposición sobre los aspectos militares y sociales, sino sobre la personalidad y la figura del monarca”.

Más allá de su imagen pública, la muestra examina el hombre que existió detrás del soberano, un rey protector de las artes y coleccionista, que rivalizó con otros monarcas europeos, grandes conocedores de arte como Felipe IV en España (1605-1665) o Carlos I de Inglaterra (1600-1649).

“El contacto directo con los artistas le confirió un gusto exquisito por las artes”, prosiguió el comisario de la exposición Alexandre Maral, “y con muchos de ellos estableció vínculos de amistad y mecenazgo”.

Estrechas relaciones con Molière en el teatro, Le Brun y Mignard en la pintura, Le Vau y Hardouin-Mansart en la arquitectura, Le Nôtre en el arte de los jardines y Lully en la música demuestran la sensibilidad del rey más representativo de la monarquía absoluta, que se extendió por toda Europa.

“En las últimas dos décadas, el gusto de Luis XIV ha sido objeto de profundos y exhaustivos estudios”, cuya primera síntesis ha servido de base científica para la muestra, reveló Maral, quien agregó que la ambición de la organización fue “reconstruir el retrato más completo de un verdadero amante del arte”.

Dividida en ocho secciones, la exhibición repasa diferentes aspectos del reinado de Luis XVI, como la gloria, la paz, el cristianismo, la música, la danza, los espectáculos, el arte de los jardines o el mito.

La figura del cardenal italiano Mazarino, padrino del Rey Sol, desempeña un papel importante, ya que legó a Luis XVI el gusto por el arte, además de un buen número de piezas de gran valor, pues el religioso fue considerado “el mayor coleccionista de arte del siglo XVII”, comentó el comisario.

Interesado sobre todo por la arquitectura y por la música, Luis XIV demostró “un gusto muy personal”, que evolucionó del barroco de la primera parte de su reinado al clasicismo de los últimos años, explicó Aillagon, responsable de la institución y ex ministro de Cultura.

“Los muebles de la época de Luis XIV que están en Versalles se pueden contar con los dedos de la mano, porque son cinco, pues a los siguientes inquilinos no les gustaban y fueron vendidos”, continuó Aillagon, “además, cuando finalizó la Revolución Francesa el Palacio de Versalles estaba vacío”.

En la organización de la muestra ha colaborado la Biblioteca Nacional de Francia y el Museo del Louvre, así como colecciones europeas privadas y públicas, como el Museo del Prado de Madrid o el Museo Victoria & Albert de Londres.

El homenaje se completa con un coloquio titulado “Luis XIV: la imagen y el mito”, organizado por el Centro de Investigación del Palacio de Versalles y con un ciclo de conciertos propuesto por el Centro de Música Barroca de Versalles para evocar la banda sonora de la época de mayor esplendor del célebre palacio francés.

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El Rey Sol, en uno de los retratos ecuestres que se exhiben en la muestra desplegada en Versalles.

Foto: Agencia EFE

El Grande

Luis XIV de Borbón (Saint-Germain en Laye,1638-Versalles, 1715), fue rey de Francia y de Navarra desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte, con casi 77 años de edad y 72 de reinado.

Conocido como El Rey Sol o Luis el Grande, fue el primogénito y sucesor de Luis XIII y de Ana de Austria (hija del rey Felipe III de España). Luis XIV incrementó el poder y la influencia francesa en Europa, combatiendo en tres grandes guerras: la Guerra de Holanda, la Guerra de los Nueve Años y la Guerra de Sucesión Española. Bajo su mandato, Francia no sólo consiguió el poder político y militar, sino también el dominio cultural con personajes como Molière, Racine, Boileau, La Fontaine, Lully, Rigaud, Le Brun y Le Nôtre. Estos logros contribuyeron al prestigio de Francia, su pueblo, su lengua y su rey. Luis XIV, uno de los más destacados reyes de la historia francesa, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa. La frase “El Estado soy yo” se le atribuye frecuentemente, aunque está considerada por los historiadores como una imprecisión histórica (si se hace caso de las fechas, Luis tendría cinco años cuando lo dijo), ya que es más probable que dicha frase fuera forjada por sus enemigos políticos para resaltar la visión estereotipada del absolutismo político que Luis representaba. En contraposición a esa cita apócrifa, Luis XIV dijo antes de morir: “Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá”.