En Nueva York

“Qhapaq Ñan” en fotografías

La muestra montada en el Museo Americano de Historia Natural reproduce en imágenes fracciones de los 40.000 kilómetros de carreteras que constituyeron el Camino del Inca, una obra sin igual, construida a lo largo de seis siglos, que unía el imperio incaico desde la costa del Pacífico hasta el Amazonas.

Elena Moreno

Agencia EFE

Una treintena de fotografías que muestran parte de los 40.000 kilómetros de carreteras y caminos construidos por los incas a lo largo de seis siglos en Sudamérica protagonizan una de las mayores exposiciones de este año del Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.

“Caminos de un imperio: El gran camino inca” es el nombre que el museo ha elegido para esta exposición de 37 fotografías que estará abierta al público hasta septiembre de 2010 y que está respaldada por el consulado de Perú en Nueva York.

La muestra explora el “Qhapaq Ñan” o “Camino del Señor”, en lengua quechua, una extensa e intrincada red de carreteras que se originaban en Cusco, la capital del imperio inca, y se extendía por el norte hasta Colombia y por el sur hasta Chile.

El “Camino del Señor”, también conocido como “el gran camino inca”, se extendía por las montañas del actual Perú, uniendo sus lugares más emblemáticos, desde los centros militares y religiosos a los administrativos, tanto de la costa del Pacífico como de la selva amazónica.

“El camino de los incas fue la manera de expandir el imperio, un mecanismo para mover a los soldados, los productos, los administradores y los gobernadores”, explicó a EFE el comisario de la muestra y profesor de Antropología de la Universidad Metodista del Sur, Alan Covey.

Señaló también que esa red vial “era una parte de la infraestructura imperial que vinculaba la sierra con la costa y la selva amazónica. Para mí, fue el mecanismo más importante que integraba la diversidad del imperio inca”, que comprendía parte de los actuales territorios de la Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador, además del mismo Perú.

El experto subrayó que el “Qhapaq Ñan” fue el “principal mecanismo para integrar la economía, los sistemas de almacenaje y los centros administrativos” del poder inca.

Por esos sinuosos y a veces escarpados caminos, los incas transportaban desde la lana de las llamas hasta los productos de cultivo, pero, “además, tenía un sentido simbólico y religioso en ese sistema: había rituales que unieron a todo el imperio, con gente de las provincias que viajaban a la capital y también ofrendas de las gentes de la capital a otros lugares sagrados”, explicó Covey.

Señaló también que “esos caminos facilitaron la propagación de las enfermedades de los españoles antes incluso de que ellos llegaran. Viajaban más rápido. Los soldados de (Francisco) Pizarro pudieron ir así con sus caballos desde la costa para capturar al rey inca”.

Por su parte, el cónsul de Perú en Nueva York, Ricardo Morote, destacó, en declaraciones a EFE, la colaboración de las autoridades de Lima con las de la Argentina, Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador para “tratar de que este gran tesoro sea inscripto en la Unesco” (Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura) como patrimonio de la humanidad.

Morote indicó que los institutos nacionales o ministerios de Cultura de esos países “están trabajando para catalogar y recuperar los caminos del Inca, así como los puentes, fortalezas y santuarios que conectaban esos caminos”.

Perú presentó la iniciativa a la Unesco en 2001 y a ella se unieron inicialmente la Argentina y Chile, y luego, Ecuador y Colombia, dijo el representante peruano, que especificó que “el próximo año se va a hacer una presentación técnica y esperamos que en 2011 sea añadido por la Unesco” a la lista de lugares que son patrimonio de la humanidad.

El comisario de la muestra opinó al respecto que “los países andinos lo tienen bien ante la Unesco. Es una maravilla de construcción, una obra muy importante y algo que puede explicar la diversidad cultural de la región andina y que, al mismo tiempo, une esa diversidad”.

Morote subrayó que el objetivo del proyecto es la recuperación, salvaguarda y puesta en uso social de la red vial y su entorno, así como su revalorización como medio de desarrollo social, ambiental, educativo y económico de las poblaciones locales.

Agregó que también se busca “el fortalecimiento de la identidad histórica como parte de la región andina”.

De los más de 40.000 kilómetros que conforman el “Qhapaq Ñan”, el más visitado es el “camino inca”, que llega hasta Machu Picchu, “pero lo curioso es que ahora se dice que el sitio donde más utilizan el camino inca es en Colombia, que es el final”, agregó el cónsul peruano.

Asimismo, subrayó que, a través de esa red de caminos, que une diferentes pueblos y permite el comercio y la comunicación entre ellos, se refuerza “la idea de la identidad cultural de los pueblos andinos”.

A ese respecto, Covey señaló que “la gente todavía usa estos caminos en donde no hay carreteras. A veces, es más rápido caminar por ahí que ir en autobús por la carretera”.

“Qhapaq Ñan” en fotografías

Uno de los tantos “tambos” que bordeaban el Camino del Inca, destinados a guardar provisiones para los viajeros. Al momento de su construcción, sobrepasaban en longitud los puentes europeos. El “Qhapaq Ñan” recorría los actuales territorios de Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Argentina y Colombia.

Foto: Agencia EFE

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Uno de los caminos cercanos a Machu Picchu, la zona más visitada del antiguo imperio incaico.

Foto: Agencia EFE

Los cuatro

Los incas hicieron caminos que integraban todo el imperio, a lo largo y a lo ancho. Cuatro fueron los caminos principales: Cusco a Quito (Ecuador), con un ramal hasta Pasto (Colombia); Cusco a Nazca (en el centro de Perú) y a Tumbes (en la frontera Perú-Ecuador); Cusco a Chuquiago (La Paz, Bolivia) y Cusco a Arica y Atacama (Chile), con ramales hasta el río Maule (Chile) y a Tucumán (Argentina).

El camino más importante era el Qhapac Ñan (camino real), con una longitud de 5.200 kilómetros, que se iniciaba en Quito (Ecuador), pasaba por Cusco y terminaba en lo que hoy es Tucumán, Argentina; atravesaba montañas y sierras, con alturas máximas de más de 5.000 metros. El Camino de la Costa (o Camino de los Llanos) tenía una extensión de 4.000 kilómetros; iba paralelo al mar y se unía con el Qhapac Ñan por muchas conexiones. Tanto en el Qhapac Ñan como en el Camino de la Costa existían, cada cierto tramo, tambos en donde se almacenaban granos y otros alimentos que eran usados por el imperialista ejército inca cuando salía en campaña de conquista o para abastecer a las muchedumbres emigrantes durante distintas movilizaciones. El ancho máximo de ambos caminos eran de unos cuatro metros.