Europa

El Vaticano deplora

que quiten crucifijos

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, deploró hoy que en la Europa del tercer milenio se promueva la retirada de los crucifijos de las aulas y se permitan las calabazas de la fiesta de Halloween.

En unas declaraciones hechas al margen de una rueda de prensa en el Hospital del Niño Jesús de Roma, que recogen los medios de Italia, Bertone aborda la sentencia de ayer del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra la exhibición obligatoria de crucifijos en las aulas, en respuesta a la demanda de una madre italiana.

“Yo digo que esta Europa del tercer milenio nos deja sólo las calabazas de las fiestas recientemente repetidas antes del uno de noviembre y nos quita los símbolos más queridos”, dijo el secretario de Estado vaticano.

“Nuestra reacción no puede ser más que la de deplorarlo y ahora tenemos que intentar con todas las fuerzas conservar los símbolos de nuestra fe para quien cree y para quien no cree”, añadió.

Bertone explicó además que la Santa Sede aprecia el recurso del gobierno de Italia contra el fallo de la Corte de Estrasburgo, que cree que “la exhibición obligatoria del símbolo de una determinada confesión en instalaciones utilizadas por las autoridades públicas, y especialmente en aulas” restringe los derechos paternos a educar a sus hijos según con sus convicciones.

“Hemos escuchado muchas voces y también el eco del dolor de quien se siente un poco traicionado en sus propias raíces, pensando que éste es un símbolo religioso, símbolo de amor universal, no de exclusión, sino de acogimiento”, dijo Bertone, quien explicó que aún desconoce la opinión del Papa Benedicto XVI sobre el asunto.

El fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos llega después de que Soile Lautsi, una madre italiana residente en Abano Terme (noreste), reclamara en 2002 al instituto público Vittorino da Feltre -al que acudían sus hijos- la retirada del crucifijo de las aulas por ser contrario al principio de laicismo en el que quería educarles.

Ya ayer por la tarde, El Vaticano hizo pública su opinión sobre el asunto a través de su portavoz, Federico Lombardi, quien expresó “estupor” y “pesar” por la decisión de Estrasburgo.

“La religión da una contribución preciosa para la formación y el crecimiento moral de las personas y es una componente esencial de nuestra civilización. Es erróneo y miope quererla excluir de la realidad educativa”, comentó Lombardi.