Los tatengues despidieron el año como visitantes, con otra derrota...

Unión se pierde cuando busca la “Gloria” afuera

Penal y gol. En la primera acción, Vera levanta los brazos para cubrir la posición y el balón le da en la mano. En la segunda imagen, Zárate pide disculpas a la gente de Unión, tras convertir el tiro desde los 12 pasos.

Fotos: Gentileza La Voz del Interior

El equipo de Alí perdió con Instituto, en Córdoba, por 2 a 1. Tuvo chances para empatar y su actitud fue irreprochable. El árbitro no le cobró un penal clarísimo.

 

Ignacio Andreychuk

(Enviado especial a Córdoba)

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Si Unión tuviera como visitante algo, sólo un poquito más, de su efectividad como local, seguramente este equipo de Fernando Alí ya estaría tildado de “candidatazo” para quedarse con uno de los puestos de ascenso a Primera División. Lo sigue estando, claro. Pero esa posibilidad hoy está sostenida únicamente por la excelente producción que los tatengues tienen al momento de jugar en su cancha. No es un dato menor que los rojiblancos hayan ganado apenas tres partidos fuera de Santa Fe en todo este año, contando la segunda vuelta de la temporada 2008/2009 y la que se está desarrollando.

Queda muy claro que una campaña para intentar subir de categoría necesita de dos aspectos fundamentales: ganar casi todos los puntos que se disputen en terreno propio y, luego, defenderlos en barrio ajeno. A Unión le cuesta muchísimo salir de su guarida y plasmar en los papeles lo que lleva como “chapa” de la fecha anterior. Desde la séptima jornada, cuando lo goleó a Platense en la avenida, sobre seis partidos (18 puntos) en juego, el Tate se trajo sólo uno —igualdad con Deportivo Merlo—, ya que al resto los perdió todos.

Entonces, la conclusión se cae de madura: si Unión no se enfoca en revertir su condición de visitante y extiende su mala cosecha durante la segunda vuelta del Torneo Nacional B, la intermitencia en los primeros puestos de la tabla de colocaciones lo acompañará hasta el final.

Todo en 45 minutos

Lo más importante para Unión de la caída anoche en Alta Córdoba es que no se guardó nada. Fue con todo, siempre. Ahora, ¿qué es todo?

Durante la primera etapa, el conjunto unionista salió con la propuesta ofensiva en los pies de Paulo Rosales, quien se ubicó casi como un puntero izquierdo y trató de desbordar permanentemente al marcador Bergara. Lo que más le preocupaba en esos minutos al técnico tatengue era la respuesta del equipo del medio hacia atrás, porque en esos metros Instituto lograba una ventaja sobre la visita. Zárate y Romero fueron los ejes del ataje cordobés, pero Zapata y Lázaro se sumaban en todo momento, dándole muchos inconvenientes a la punta defendida por “Tarrito” Pérez, quien cuando tuvo la oportunidad dio un pasito más y achicó hacia la línea de mediocampistas. Ocurría que Matías Donnet se despegaba del carril derecho para conectarse con Rosales y Guerra en la delantera, para llevar así más peligro al arco de Bergara.

Ante un planteo para nada amarrete locales y visitantes, la ecuación es sencilla: mucho ida y vuelva, intensidad y llegadas. Así fue, porque a la primera ocasión clara para marcar la tuvo el volante Gagliardi, que aprovechó el tardío relevo de Maidana y tiró la pelota cerca del parante derecho del arquero Caprio. A Unión le faltaba esa última amenaza para terminar de redondear su propuesta; Guerra tenía una “topadora” encima como Iván Furios, de gran partido, y Rosales se movía bien por las puntas, pero tampoco alcanzaba a generarle un sobresalto al guardameta de la Gloria.

La primera decepción para Unión llegó cuando Baliño vio una mano de Renzo Vera, quien se elevó para marcar a la “Chancha” Zárate dentro del área tras un lateral y tocó el balón. El ex delantero tatengue remató con mucha vehemencia y, a pesar de que el juvenil arquero rojiblanco eligió bien, la pelota dio directo en la red.

A partir de allí, se vieron 10 minutos de desconcierto absoluto para Unión. La dupla de volantes centrales formada con Acosta y Fernández quedó a merced de los mediocampistas de Instituto, que mediante un toqueteo infernal se lució en todo el campo tatengue. Ese fue el instante de mayor preocupación para el técnico, porque si la Gloria conseguía un nuevo desnivel en el marcador, las posibilidades de Unión se podían terminar en los primeros 45 minutos.

Pero el elenco santafesino se despertó, tibiamente. Entendió que su mejor defensa estaba en el ataque y no podía seguir regalando metros. Achicaron los volantes y los laterales (tanto Pérez como Cardozo la pasaron mal en la etapa inicial), se enchufó Donnet, empezó a participar Guerra de la fabricación del juego y la cosa cambió.

Tanto es así que las dudas de Instituto se trasladaron a su propia meta. Otra vez Rosales le ganó la posición a Bergara, tiró el balón a la puerta del área grande y el central Erpen falló en el despeje; Donnet estaba bien atento y llegó lanzado en velocidad para dejar sin chances a Carranza y empatar el partido con un fuerte derechazo.

El entretiempo se veía venir con un resultado que estaba bien, a pesar de que los locales habían insinuado con mayor intensidad, sobre todo mediante el contraataque. Pero todavía faltaba: el hábil Silvio Romero se metió al área en el sector izquierdo de la defensa tatengue y cuando amagó para la línea de meta, Derlis Cardozo le cometió una clara infracción.

Baliño no dudó en sancionar el penal y el propio Romero ejecutó con certeza para poner el 2 a 1. Esa fue la segunda decepción de Unión y el técnico Alí, quien seguramente tenía un discurso armado para el descanso y, tras la desventaja, la charla habrá sido otra.

Lluvia... sin goles

Empezaron a caer unas cuantas gotas sobre el estadio Juan Domingo Perón. El segundo tiempo se largó y los planteos fueron exactamente iguales que al término de la primera parte.

Por su parte, Unión salió a lo Unión, como lo hizo durante todo el torneo cada vez que sonó el silbato, con muchísima enjundia del medio hacia arriba, por momentos asfixiante. Del otro lado, este Instituto cordobés que comanda Marcelo Bonetto, tiene varios jugadores de buen pie y sus contras seguían llevando zozobra a la defensa tatengue.

La dupla ofensiva del local (Zárate-Romero) estaba muy concentrada al momento de anticipar a los marcadores Correa y Vera.

Sin embargo, la polémica se instaló por completo en Alta Córdoba: centro bajo desde la derecha y clarísima mano de Facundo Erpen que el árbitro Baliño no sancionó. Fue un momento de gran enojo para todos los futbolistas de Unión, lo mismo para Alí y el cuerpo de colaboradores, que se metían a la cancha para reclamarle al juez.

Todos opinaron, luego del partido, que “si cobró la de Vera, ¿cómo no va a cobrar la de Erpen?”. Esta jugada, cuando corrían 6 minutos del complemento, fue muy notoria, hasta para los plateístas cordobeses, que se reían del error del árbitro. Aquí se pone en discusión la intencionalidad del jugador, que queda a criterio del árbitro mediante su interpretación. La pregunta sería cómo interpretó que Vera tuvo intención y Erpen no.

En definitiva, el cotejo continuó y Unión no aflojó en lo más mínimo. Alí mandó al “Cuqui” Márquez a la cancha para pivotear arriba y lo hizo bien, con lo cual el Tate quedó con un 4-3-3.

Minutos después llegó la acción de mayor claridad para los santafesinos, porque Márquez le ganó el balón a los defensores cordobeses, Guerra se lo llevó hasta la zona de “fusilamiento” y amagó el remate, allí lo tocaron pero el delantero siguió y remató de zurda, directo al caño izquierdo de Carranza. La jugada siguió y Maidana le puso la redonda en la cabeza a Donnet, que impactó cerca del otro parante. Baliño tuvo la oportunidad de cobrar penal, al momento que se tiraron al pie de apoyo de Guerra, pero otorgó la ventaja correctamente (el jugador quiso continuar).

Todo era más emotivo que al principio. Se jugaba al palo y palo. Hasta daba la sensación de ser un cotejo que en cualquier momento perdía todo tipo de orden. Unión ya había dejado la táctica en segundo plano y sólo le interesaba el arco cordobés. Pero Instituto juega y tiene dos delanteros muy complicados: primero Zárate por dos le erró a la valla tatengue cuando enfrentó a Caprio, y Romero armó un jugadón que terminó en el palo izquierdo; también Lázaro estuvo cerca de anotar con un zurdazo que tapó el arquero.

Con el correr del segundo tiempo, el equipo unionista se apagó en el grado de energía que manifestaba en ataque. Entraron el “Coqui” Torres y Weiner, pero pudieron hacer poco para generar peligro; Alexis Fernández corría más que nadie en el medio, aunque las piernas ya pasaban factura. El que sí sacó ventajas físicas sobre el final fue otro ex Unión, el “Chapa” Zapata, que se comió la cancha en los últimos minutos.

Ese espíritu tatengue que tan encendido estuvo en la segunda mitad casi encuentra su premio en la última acción del partido. Otra vez Guerra eludió la marca y su remate de zurda salió arriba del travesaño, cuando quizás podría haberse adelantado un paso antes de rematar.

Se fue la primera ronda como visitante para Unión. Queda el último cotejo de 2009, en Santa Fe, con lo cual las aspiraciones estarán puestas en ese compromiso. Pero el técnico Alí tendrá un desafío para el primer semestre de 2010: romper las nefastas estadísticas de su equipo cuando sale del 15 de Abril.

Termina bien el año. Donnet empezó bajo y culmina el 2009 en alza, con goles incluidos. Ayer corrió y metió mucho, pero jugó menos que ante Italiano. Aquí, junto a Pérez, le roban el balón a Godoy.

Foto: Gentileza La Voz del Interior.

“Cuando estaba por rematar, el jugador de Instituto se resbala y toca abajo. Fue penal. El árbitro dejó seguir, pero había falta. Él puede retrotraer la jugada. Me voy tranquilo por el partido que hicimos, porque dejamos todo y no nos guardamos nada”.

Claudio Guerra

Delantero de Unión.