Junto a Censorshit y Blender

ContraGolpe festeja

sus 13 años de carrera

Será esta noche en Wow! Disco, cerrando el año y abriendo caminos para el futuro. Nico Gaspoz repasa la trayectoria de la banda.

Ignacio Andrés Amarillo

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Esta noche desde las 21.30, en Wow! Disco (25 de Mayo 3340) ContraGolpe festejará sus 13 años de trayectoria, junto a los juveniles Censorshit y Blender (Buenos Aires).

La banda integrada por Nicolás Gaspoz (voz y guitarra), Marcelo “Flaco” García (guitarra y coros), Pablo Prosello (batería) e Iván Gedzius (bajo y voz) despedirá así el 2009 junto a sus seguidores de siempre. En la previa, Nicolás le contó a El Litoral las alternativas de la fecha y repasó la carrera de la banda.

—¿Qué va a pasar en el show del sábado?

—Este sábado es para nosotros más que un show... varios son los motivos: hace mucho que no nos presentamos en Santa Fe, tuvimos algunas recaídas de por medio, vinculadas a problemas personales de algunos de nosotros; y estamos cerrando una etapa. Bah, eso es lo que nos propusimos... dar un concierto pensando que luego nos reuniremos para replantear los caminos a seguir con ContraGolpe.

—¿Qué destacarías de estos 13 años de carrera?

—Destacaría los “recis” en que compartimos escenario con las bandas que nos gustan, los viajes que hicimos para “salir a rockear”, toda la gente que conocimos en esta trayectoria, la que nos siguió incondicionalmente (algunos ya veteranos rockeros) y los que desde un medio, un espacio cultural, o un simple cariño nos dieron una mano para hacer esto que tanto nos gusta.

Los cambios

—¿Cómo fue mutando y evolucionando la banda, desde los comienzos en trío con el Emi, la incorporación del Flaco y la entrada de Pablito?

—La incorporación del Flaco García como viola principal, allá hacia fines del 98, nos dio una apertura de sonido y de capacidad para componer que directamente nos completó. Ahí entendimos la necesidad de crear canciones con una instrumentación más elaborada que la que veníamos haciendo desde hacía dos años.

Con la partida de Emi de la batería, en 2007, luego de que grabó las pistas para el disco “Juntemos Fuerzas”, nos hizo entrar en una etapa de concentración en la producción de ese álbum, y nos llevó un buen tiempo dar con el nuevo integrante: Pablín Prosello.

Con Pablo dimos en la tecla en muchos aspectos, porque además de ser un gran músico, es un tipo que es de nuestra generación, y tiene las pilas de un pibe de 17. Nos llevó tiempo ajustar los engranajes, pero ahora la máquina marcha a todo vapor.

—¿Cómo se sostiene un proyecto así durante tanto tiempo?

—Creo que lo que nos mantuvo tanto tiempo juntos es la idea de que la banda está por sobre nuestra relación. Con lo cual los vínculos internos se acomodan para el disfrute del interés común que es ContraGolpe, y que nos engloba a los cuatro. Obvio que entre nosotros tenemos las discusiones y diferencias que hay en toda relación de larga data, pero la piloteamos muy bien, y eso también se aprende con los años.

La movida

—¿Qué cambios notorios ves en la escena rockera local desde hace 13 años a esta parte?

—Bandas nuevas, bandas disueltas, nombres nuevos... a veces faltan referencias más firmes. Hace un tiempo nos sabíamos los nombres de todas las bandas santafesinas, porque una radio en particular le daba manija, por afiches callejeros, por volantes y, obvio, por los recitales a los que íbamos sin preguntar quién toca. Ahora (hablo por mí) se ha perdido un poco el punto de referencia... Ya no se capta tan fácilmente qué banda compone mejor que otra, qué grupo trabaja para progresar, cuál toca sólo por diversión... Pareciera como que todo entró en una especie de merma, de la que es difícil salir.

Abriendo las puertas

—¿Qué se viene para el futuro de CG?

—No hay planes... luego de este cumpleaños dejaremos que el destino nos encuentre y ahí tomaremos la decisión de qué camino seguir... Producir, componer, grabar, tocar, una o todas, no sabemos... El 2010 no prendió las luces aún, así que no sabemos qué hay detrás de la puerta.

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Nico fundó la agrupación junto a su hermano Emiliano e Iván Gedzius en su casa de Guadalupe, en 1996.

Foto: Archivo El Litoral