Textos de Alba Yobe y Edgardo Ábalo

Dos libros “separados por un océano”

De la Redacción de El Litoral

El Sirio Libanés fue el escenario ideal para la presentación de dos libros de autores santafesinos, ante la inusual cantidad de 150 personas que siguieron con atención las disertaciones. Hasta allí, se trata de un acto más de los muchos que se realizan, relacionados con el rico movimiento cultural local. Pero la “novedad” en este caso es que se trata de una madre y un hijo: Alba Yobe, conocida escritora santafesina, y Edgardo Ábalo. Y la otra “novedad” es que Ábalo reside desde hace años en España y estuvo “presente” en la sala con una gigantografía con su foto y con unas palabras suyas grabadas y emitidas por las facilidades tecnológicas que esta era de la comunicación ofrece.

Así es que se presentaron “Objetos amados”, de Yobe, y “Fragancias, ilusiones y abismos de tristeza”, de Ábalo, con “un océano” de por medio.

En el caso del libro de Alba Yobe, fue presentado por la Prof. Belkis Larcher de Tejeda y Dra. Norma Battú de Retta; mientras que Néstor Fenoglio y Natalia Gutiérrez de Olivera se refirieron a la obra de Ábalo. Ofició la locución del acto, con cálido profesionalismo, Carlos Mehaudy.

Emigraciones y desarraigos

Norma Battú -no estuvo presente pues se recuperaba de una operación- señaló que “al relatar historias de objetos del pasado y del presente, Alba Yobe nos conecta también con un tema de rigurosa actualidad: las emigraciones que se llevan a cabo en estos tiempos, de las cuales la autora habla con conocimiento de causa. Parte de su descendencia partió de la patria, como en siglos pretéritos lo hicieran sus ancestros, fructificando también en tierras lejanas. Cambia el decorado, pero la naturaleza humana tiene ciertas actitudes constantes. Una de ellas consiste en aferrarse a objetos amados para atemperar la añoranza”.

Por su parte, Belkis Larcher de Tejeda precisó que “el nuevo libro de narrativa breve de Alba Yobe de Ábalo está estructurado en base a 17 relatos, relacionados por el hilo unitivo que les da el título y explicitado en el prólogo por la autora. Desde el vamos, todos aparecen atravesados horizontalmente por la dolorosa espada del desarraigo, de la añoranza, del extrañar la tierra, la gente, los lugares, las cosas que se tuvieron en un momento y se perdieron.

A su vez, cada capítulo es un relato en sí mismo, es una espina punzante buscando recuperar algo de ese ayer abandonado en tiempo y espacio. Constituyen un intento de mantener latente el recuerdo de lo que ya fue”.

Natalia Gutiérrez de Olivera fue compañera en la facultad de Edgardo Ábalo y rescató impresiones y referencias del perfil humano del joven, cuya vocación literaria estaba “bien guardada”.

Néstor Fenoglio señaló que Ábalo, a través de la poesía, encontró un canal para encontrarse y para abrazar a los suyos, “como una fragancia, como una Ilusión capaz de indagar en el abismo de tristeza, para poder luego por sobre el mar, sobre la distancia y sobre las espesas olas, generar una especie de abrazo común en que nos reconocemos todos”.

Luego actuó con su habitual brillo el Conjunto de Danzas Folclóricas Árabes Salaam, bajo la dirección del Arq. Gabriel Hamoui -también se exhibieron preciosas artesanías, muebles e instrumentos árabes-, mientras las hermanas Yobe, anfitrionas de un presentación inusual, entregaron a los asistentes ricos chocolates artesanales.

Dos libros “separados por un océano”

Presentaron “Objetos amados” y “Fragancias, ilusiones y abismos de tristeza”.

Foto: Flavio Raina