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Un polizonte llamado Giuseppe

Un polizonte llamado Giuseppe

Oscar Tessa se puso en contacto con De Raíces y Abuelos para compartir la historia de su abuelo paterno, a quien homenajearon en una reunión familiar que se realizó en Coronda.

Textos de Mariana Rivera

Oscar Tessa -un lector oriundo de la localidad de Gálvez- se refirió a la vida de su abuelo, Carlos José Tessa, quien vino a la Argentina en el año 1883 “solo, escapando, como polizonte, cuando tenía 18 años, pero en realidad se llamaba Giuseppe Carlo Di Doménico, según consta en el pasaporte que conservo”, aclaró.

También comentó que “vino por una invitación de la familia Masino de la localidad de Oroño y paró en la casa de éstos mientras trabajó en la construcción de la iglesia de Gessler. Posteriormente, consiguió algunas concesiones de campo en Oroño”.

Por otra parte, mencionó que su bisabuelo, a principios de 1886, pudo viajar a Italia y regresó el 9 de diciembre de 1886, procedente de Marsella, en el buque Poitou, con toda la familia. Ésta estaba integrada por sus padres, Doménico y María Anna Bergeretti, y sus hermanos Juan, Nicolás (casado con Benita Dovis), Alejandro, Felisa, Carolina y Darío. Todos se radicaron en la localidad de Rigby, hoy López.

Según pudo averiguar que la información que le proporcionó su padre y un primo, ya que él no conoció a su abuelo, Doménico era hijo de Giovanni Tessa y Giuseppa Moschetti, y en la familia hubo varios episodios anecdóticos: Carlos se puso de novio con Margarita Camussi, pero el futuro suegro no le permitió casarse si no hacía el servicio militar. Por este motivo, viajó nuevamente a Italia en 1890 y regresó luego de 4 años de milicia, el 4 de noviembre de 1894.

Otro caso -agregó Oscar Tessa- fue el del hermano Juan, quien se había casado con una señora de apellido Melica, quien enviudó al poco tiempo, y resolvió volver a Italia para casarse con una prima hermana, llamada Pierina Tessa. Este último, al morir la esposa de Carlos Camussi, María Ferrero, suegro de Carlos Tessa, se casó con la hermana de éste último, Carolina Tessa.

Respecto del matrimonio de Doménico Tessa y María Anna Bergetti, Oscar Tessa agregó con quién se casaron los hijos: Carlos con Margarita Camussi; Juan con Pierina Tessa; Alejandro quedó soltero; Felisa se casó con Juan Busso; Nicolás con Benita Dovis (en Italia); Carolina con Carlos Camussi; y Darío con Antenisca Colombatto.

Gran descendencia

La familia Tessa es originaria de Selvaggio, una borgata ubicada a un kilómetro de Giaveno, provincia de Torino, en Italia, localidad donde figuran los nacimientos. Del matrimonio de Carlos Tessa y Margarita Camussi, nacieron 12 hijos: Mariana (casada con Gaspar Rosso), Domingo (con Catalina Garnero), Elisa (con Juan Garnero), Rosa (con Alberto Mamy), María (con Francisco Garnero), Carlos (con Agüeda Battistutti), Roberto (con Berta Ceje), Leonilda (con Pablo Botelli), Amalia (con Juan Poncio), Emilio (con Elena Appendino), Luis (con Amalia Arce), Adela (con Servando Olivero).

En varias oportunidades, distintos familiares viajaron a Italia visitando la casa, donde aún moran familiares lejanos. Está construida totalmente de piedra, incluso los techos con lajas de color negro.

Tiene planta baja y primer piso. En la parte de abajo está ocupada por distintos animales, como vacas, cerdos, y cuenta con un gran depósito de leña, dado que los inviernos suelen ser muy rigurosos debido a las grandes nevadas.

El terreno está constituido por montañas de baja altura, si bien Los Alpes no están a mucha distancia, cultivados por grandes extensiones de viñedos. Selvaggio depende de Giaveno donde se encuentra el municipio y también de Coazze (donde está el cementerio), y está ubicado a 25 kilómetros de Torino, que da el nombre a la provincia.

Una poesía

A continuación, transcribimos una poesía que escribió una tía de Oscar Tessa, que complementa la investigación que realizó sobre los orígenes de la familia: “Vino del Lejano Torino, un día/ cruzando los agrestes mares/ para “hacer la América” aquí/ en esta, la Patria mía. Sus ojos tenían del cielo el color, / cuántas esperanzas y tristezas traía,/ se llamaba Carlos, era guapo y un día/ aquí, en esta tierra, conoció el amor. Dios aquel hogar bendijo:/ primero Mariana, después Domingo, Elisa, Rosa, María,/ luego Carlos, Roberto, Leonilda, Amalia,/ Emilio, Luis y Adela. ¡Sus doce hijos!.

Presurosa la joven Margarita/ por casa iba y venía sin cesar/ ¡Que trabajo daban todos!/ ¡No podía ni un instante descansar!/ Y el abuelo campesino/ la tierra trabajaba con afán,/ mucho trigo cosechaba/ para que no les faltara el pan. El tiempo pasó, los hijos grandes vinieron/ y la labor campesina/ en esta tierra Argentina/ a todos unidos los encontró./ Pero la mesa grande, un día/ se fue quedando vacía.../ algunos al cielo fueron/ y los otros a formar su hogar./ Así nacieron muchos nietos/ y los demás descendientes/ de aquella feliz parejita/ que ilusionados formaron Carlos y Margarita”.