Severo conflicto religioso

Malasia: ataques contra los templos cristianos que usaron el nombre Alá

La protesta musulmana en Malasia a raíz del fallo judicial que autoriza el uso del término “Alá” por la minoría cristiana provocó hoy un nuevo ataque -el noveno- contra una iglesia del país, que no causó heridos.

Malasia: ataques contra los templos cristianos que usaron el nombre Alá La protesta musulmana en Malasia a raíz del fallo judicial que autoriza el uso del término “Alá” por la minoría cristiana provocó hoy un nuevo ataque -el noveno- contra una iglesia del país, que no causó heridos.

Esta mañana se produjo el último ataque que han conmovido a todo el país en los últimos cuatro días.

Foto: Agencia EFE

 

EFE

Nueve son ya los templos y centros cristianos que en cuatro días han sido víctimas de cócteles molotov, pintadas y otras acciones vandálicas en una nación de mayoría musulmana y dominada por la comunidad malaya, que representa el 57 por ciento de la población, y donde no existe una división clara entre lo sectario y religioso.

El último asalto sucedió esta mañana, cuando un artefacto quemó la entrada principal de una parroquia de la Iglesia Evangélica de Borneo, en el Estado de Negeri Sembila.

La mayoría de la comunidad cristiana de ese territorio proviene de la isla de Borneo y en sus oraciones en malayo llaman “Alá” a su Dios.

El subdirector de la policía del Estado, Abd Manan Hassan, señaló que la investigación apunta a que los agresores utilizaron petróleo para incendiar la puerta del templo a primeras horas de la madrugada y añadió que “afortunadamente” el fuego no se propagó ni causó heridos.

El inicio de las agresiones

Las agresiones comenzaron el viernes pasado en tres iglesias, una de ellas protestante y que fue incendiada, mientras que en las otras dos estallaron cócteles molotov.

Un templo luterano en Kuala Lumpur fue el siguiente blanco de los agresores, el sábado, y al día siguiente dos bombas incendiarias reventaron en sendas parroquias del Estado de Perak y se produjo la primera agresión en Borneo, en el Estado de Serawak.

Ese mismo día, la fachada de un edificio cristiano amaneció con manchas de pintura negra en la península de Malaca.

El Ejecutivo del primer ministro, Najib Razak, ha prometido defender la armonía racial y perseguir a los delincuentes, aunque la oposición política acusa al propio gobierno de avivar la violencia.

Anwar Ibrahim, ex viceprimer ministro y principal opositor, afirmó a través de un comunicado que “mucha de la culpa de los recientes ataques es de la coalición gobernante” y condenó la “incesante propaganda racista sobre el asunto de Alá” que llevan a cabo las autoridades.

La coalición de partidos que gobierna Malasia desde su independencia ha formado su base electoral con leyes que, desde los años setenta, conceden beneficios especiales ante la Administración a la mayoría malaya sobre las demás etnias.

Prohibiciones y fallos

Hace dos años, las autoridades prohibieron que los no musulmanes equiparasen a “Alá” con el Dios cristiano después de que apareciese esa comparación en un artículo publicado en el semanario The Herald , al que revocaron la licencia de edición.

La dirección de la revista aseguró que no pretendía ofender a nadie y afirmó que la Biblia en lengua malaya utiliza “Alá” para referirse a “Dios” y “Tuham” para “Señor”.

El pasado noviembre y tras dos años de litigio, la revista recuperó la licencia de publicación. Al mes siguiente, el 31 de diciembre, el Tribunal Supremo anuló la normativa gubernamental que impedía a los no musulmanes emplear la palabra “Alá”.

La legislación de Malasia prohíbe el proselitismo entre los musulmanes, que integran el 60 por ciento del total de 29 millones de habitantes, y ampara la libertad de culto. Aunque las autoridades lograron suspender el fallo del Supremo presentando un recurso, las protestas no han cesado de cobrar fuerza, número y violencia.

El viernes pasado, varios miles de personas se concentraron frente a la mayor mezquita de Kuala Lumpur para exigir el uso exclusivo de “Alá” y después comenzaron las agresiones.

No todos los musulmanes siguen este parecer y desde anoche voluntarios de varias organizaciones no gubernamentales islámicas se turnan para vigilar iglesias católicas e impedir que sean atacadas. Unos 2,5 millones de cristianos, entre ellos 850.000 católicos, viven en Malasia, además de budistas e hindúes, según el censo oficial.