Las enfermedades y plagas de la campaña

Una campaña para no sacarle el ojo a la mancha de la rana

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¡Para que sigan así! Hay que monitorear en forma constante y utilizar fungicidas si se detectan infestaciones con la mancha ojo de rana.

Foto: Juan Manuel Fernández

Hay que tener cuidado porque el hongo permanece latente en los rastrojos y en las semillas de la campaña anterior. Las claves técnicas para controlarlo con eficacia.

 

Campolitoral

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Cada año, la presión de enfermedades cambia por los desafíos que plantea el clima. Al final de la campaña pasada la gran protagonista fue la mancha ojo de rana (MOR) que produjo pérdidas de hasta 900 kilos por hectárea en algunas zonas de Córdoba.

Este hongo es característico del NOA y el NEA porque necesita altas temperaturas para desarrollarse y atacar los lotes. La enfermedad reduce el área foliar y baja la capacidad de la planta para captar radiación solar, un factor esencial para el rinde. En el verano pasado, las condiciones de sequía favorecieron la emigración del hongo hacia al sur. Por eso se lo detectó en plena zona núcleo.

El problema es que la mancha ojo de rana sobrevive en los rastrojos y hasta en las semillas de la campaña precedente. A partir de esta situación, Syngenta realizó un trabajo de investigación para determinar los beneficios que se pueden obtener de una protección temprana. La experiencia, que se realizó la campaña pasada, puede aportar herramientas útiles para controlar la enfermedad en este nuevo ciclo.

Los campos analizados están ubicados en La Carlota, Noetinger y Monte Buey (en Córdoba); Villa Cañas y Venado Tuerto (en Santa Fe), Las Lajitas en Salta, Banderas en Santiago del Estero.

A tiempo

El Ing. Federico Sampaoli es productor en el establecimiento La Carlina, ubicado en Noetinger, provincia de Córdoba. Durante la campaña pasada sembraron en diciembre soja de segunda sobre lotes de trigo que habían rendido 20 qq/ha. En la zona llovieron 543 mm desde la siembra a cosecha.

Mientras la soja estuvo en estado vegetativo constataron poca incidencia de enfermedades, ahí que sólo habían programado aplicar triazol en R5 para mejorar la calidad de semilla. Pero detectaron alta incidencia de la mancha ojo de rana. La decisión que tomó Sampaoli fue adelantar la aplicación realizándola en R4 dejando un testigo transversal al lote.

Usó un pulverizador terrestre con 90 lts de agua/ha para una dosis de Amistar Xtra 0,25 + nimbus 0,5 lt/ha. La reacción a tiempo arrojó resultados fueron muy claros. En ese lote puntual obtuvieron una diferencia de 9,5 qq/ha, que realmente no esperaban cuando vieron semejante avance de la enfermedad.

En Córdoba, Jorge y Gerardo Mazzieri poseen una consultora que gestiona un área de 15.000 hectáreas de soja implantadas en la zona núcleo. El año pasado hicieron soja sembrando durante la segunda quincena de noviembre. En diciembre, los hermanos Mazzieri detectaron la primera variedad infectada con MOR. En los primeros días de enero arrancaron con los tratamientos.

“Aplicamos mayoritariamente Amístar Xtra. Teníamos muchas dudas sobre si la dosis de 250 centímetros por hectárea era la ideal, porque hasta ese momento todos los ensayos eran para septoria, cercóspora kikuchi y otros patógenos, no estábamos habituados a tratar mancha de ojo de rana”, reconocieron.

Su conclusión fue que la dosis debió haber sido mayor para prolongar la residualidad. Por esta razón hicieron un nuevo tratamiento (con Taspa) para proteger los últimos dos nudos.

Los resultados del uso de fungicidas fueron muy positivos, dependiendo de los ambientes. Obtuvieron entre 800 y 1200 kilos más por hectárea entre lo tratado en R2 contra un testigo sin tratamiento.

Aplicación fija

En Villa Cañas (Santa Fe), el Ing. Ariel Germán Chaya comenzó a monitorear su soja en V5 y detectó la presencia de septoria. Cuando ese cultivo llegó a estados reproductivos ya había indicios de otras enfermedades así que decidió aplicar Amistar Xtra. De esa manera logró controlar las enfermedades de fin de ciclo (EFC) y obtuvo buenas diferencias entre tratado y testigo.

El tratado dio 5 quintales más que el testigo según los lotes y según las variedades. “Hace 4 años que empezamos a incorporar el uso de fungicidas foliares en soja. Los primeros años sólo aplicamos sobre el 25% de las hectáreas sembradas para evaluar resultados. Cuando empezamos a constatar las diferencias de rindes empezamos a aplicar sobre el 100% de la producción”, contó Chaya.

En Monte Buey (Córdoba), los Ing Agr Martín Sanchez y Sebastián Muñoz sembraron diferentes variedades de soja entre finales de octubre y principios de diciembre. En esa zona cayeron más de 700 mm de siembra a cosecha. Como en toda la región ellos también sufrieron la presencia de mancha ojo de rana, acompañada en menor medida de mancha marrón (septoria) y mancha bronceada (cercospora kikuchi).

“Si bien los ensayos estaban planteados para seguir midiendo respuestas a control de EFC, cuando observamos presencia importante de mancha ojo de rana decidimos aplicar sobre gran cantidad de lotes de producción. Usamos equipos terrestres y en los lotes sembrados antes llegamos a aplicar en R4”, explica Sanchez. Con esta decisión lograron una diferencia de 408 kilos más por hectárea.

No confiarse

La mancha ojo de rana está concentrando la atención de los productores pero sería un error descuidar las otras enfermedades. Los especialistas advierten que no hay que confiarse con el tizón de la hoja, la mancha púrpura, la mancha marrón, la antracnosis, el tizón de la vaina y tallo, el mildiu, la alternaria, e incluso con la temida roya.

/// el dato

El servicio “Infoplagas” del INTA San Francisco hizo un relevamiento de las principales plagas que están atacando a los cultivos en los lotes cercanos a esta ciudad cordobesa. Es una buena referencia para los productores santafesinos de esa zona.

En cuanto a las orugas defoliadoras, los recuentos más importantes siguen siendo de oruga medidora, con conteos en trampa de luz que indicarían muchos nacimientos en esta semana y principios de la siguiente. Por ahora en los lotes de soja su presencia es despareja de acuerdo a distintas zonas y según los tratamientos realizados, así como también el daño que producen.

Oruga “bolillera”: se incrementó su número en monitoreos a campo, los conteos registran de 2 a 4 bolilleras por metro, en conjunción con medidora. Se sugiere monitorear en forma exhaustiva las sojas en estadio reproductivo donde se encuentre su presencia, porque si bien por el momento las orugas tienen menos de 1,5 centímetros, su crecimiento y daño se incrementa rápidamente.

Oruga militar tardía: hasta ahora las defoliaciones producidas por esta isoca son leves.

Oruguita del “yuyo colorado”: sobre todo en lotes de soja tardía. Su presencia y su daño aún es leve en comparación con otras orugas.

También continúa la difusión de hongos patógenos, parasitoides como avispitas y predadores como carábidos (catanga), que realizan un buen control natural en lotes con baja presión de isocas y nos ayudan a mantener los umbrales de las mismas en bajo nivel.

En cuanto a chinches se observa todo el complejo de las mismas pero por ahora su número es reducido.

 /// en relación

 

¡Bien atentos a las orugas!

Otros cultivos

En lotes de alfalfa se encuentran en forma conjunta oruga “militar tardía”, “oruga medidora” y “oruga de la alfalfa”, las mismas en gran número y provocando intensas defoliaciones. En cultivos de sorgo de hasta un metro de altura se aprecian ataques de “oruga cogollera” produciendo distintos niveles de daño, así como también en los lotes de moha, en los cuales se suma la mencionada “oruga militar tardía”, la cual tiene preferencia por las gramíneas.

El informe de “infoplagas” fue realizado bajo la coordinación y edición del Ing. Agr. Eduardo Cortes (INTA San Francisco). El equipo de trabajo estuvo integrado por Florencia Guizzoni, Gabriel Bonetti, Gerado Carignano, Graciela Fernández y Alejandro Centeno.