Pocas novedades tras los últimos crímenes

Tiempo que pasa... verdad que huye

Tiempo que pasa... verdad que huye

Un teléfono celular podría ser la pista del caso Marino.

Foto: Danilo Chiapello

Aún no cayeron los asesinos tanto del caso Toniutti como del caso Marino. También están prófugos los imputados del caso Gutiérrez. En cambio se logró aclarar el asesinato de la mujer ultimada en el motel.

 

Danilo Chiapello

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“El tiempo que pasa es la verdad que huye”. La cita de Edmond Locard (1877-1966) bien puede aplicarse a la situación local donde aún no cayeron los autores de los últimos asesinatos.

El notable criminalista francés plasmó su frase como una sentencia: el transcurso del tiempo juega en contra del esclarecimiento del caso.

Cuanto más urgente se realice la pesquisa, mayor posibilidad de lograr algún resultado, una aproximación al menos. El tiempo dilata o torna borrosos los recuerdos.

Caso Marino

Personal de la sección Homicidios cumple por estas horas jornadas sin descanso en procura de resolver los recientes sucesos.

* En lo que refiere a la muerte de Alberto Marino se sabe que los investigadores andan detrás de un teléfono celular que fue sustraído desde el interior del domicilio de calle Francia 2701.

Quienes comandan la pesquisa tratan de determinar, mediante distintos soportes tecnológicos, si dicho aparato fue accionado en estos días. Trascendió también que están tratando de rastrear ciertas comunicaciones que se habrían producido.

A su vez una fuente calificada confirmó que hasta el momento ésa es la única sustracción confirmada. “Si bien el inmueble estaba todo revuelto, no tenemos aún otro faltante”, indicó.

También se supo que algunas personas que tenían asiduo contacto con Marino fueron llevadas hasta dependencias policiales para ofrecer su testimonio.

De estos trámites no ha surgido ningún elemento vital para la investigación. Por caso, un vecino que antes de las 7 pasó por la vivienda, no observó nada extraño. Sólo que el tablero de electricidad del inmueble estaba fuera de su lugar.

Caso Toniutti

En sintonía con lo precedente, son escasas las notas que pueden destacarse respecto a la investigación del crimen de Carlos Luis Toniutti.

Si bien se realizaron algunos allanamientos en la zona de la costa y en el sector norte de la ciudad (barrio Chaqueño), tales procedimientos no derivaron en novedades de importancia.

En principio se llevó a un sujeto, de 24 años, en calidad de detenido. Con el correr de las horas llegaron las precisiones del caso y el joven quedó en libertad.

Allegados a la pesquisa señalaron con especial énfasis la dificultad con la que chocan a la hora de intentar encontrar un dato.

“Si bien el hecho ocurrió en un horario y en un lugar donde había muchas personas, no se logró aun dar con una voz que indique alguna precisión. “Se contesta con generalidades, vacilaciones”, dijeron. Es evidente que el miedo también hace lo suyo en este sentido.

Caso Gutiérrez

Respecto al crimen de Mónica Gutiérrez -hecho ocurrido en barrio Abasto- los investigadores detuvieron a una mujer, de 42 años.

Se trata de una tal Margarita, que sería la concubina del imputado, a quien se le achaca también ser partícipe principal. Además el hecho fue calificado por el abuso de arma (se utilizó una escopeta) y la intervención de otras personas.

El principal sospechoso del asesinato está prófugo junto con su yerno. La policía ya los tiene identificados y confía en atraparlos en un futuro no muy lejano.

De estos últimos se supo que habían sacado “patente de guapos” en el barrio Cabal. Bajo esa “chapa” entonces no fueron pocos los episodios violentos en los que se vieron envueltos.

Caso Buslemen

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Los mensajes de texto enviados desde el motel la noche del crimen, fueron la clave que permitió resolver el caso Buslemen.

Foto: Danilo Chiapello

Por último los investigadores consideran totalmente aclarado el caso de la mujer que fue encontrada muerta en el interior de un motel de nuestra ciudad.

La resolución de los pesquisas tuvo dos consecuencias directas: la detención del ex marido de la joven (que quedó como principal imputado del hecho) y la posterior liberación de un colectivero que había entrado en relación con la mujer antes del desastre.

Los agentes de Homicidios de la UR I avanzaron sobre los resultados de los peritajes que fueron concretados en la escena del crimen, tales como informe del médico policial, huellas y rastros, fotografía y planimétrico.

Pero el detalle crucial de la historia surgió a partir de los mensajes de texto, enviados desde el teléfono celular de Ivana Soledad Buslemen.

Aquellos anuncios telefónicos (enviado a un familiar directo y a una amiga, donde afirmaba que su vida corría peligro) no fueron más que un infantil ardid ejecutado por quien ahora aparece como el hombre más comprometido.

“Auxilio.... (fulano) me quiere matar”, decían los mensajes de texto. “Eso era escrito por el ahora único detenido. Lo que hacía era poner el nombre del hombre que frecuentaba a la mujer”, confirmó un alto pesquisa.