No acepta presiones
Redrado se califica como “guardián de las reservas”
Amado Boudou
Foto: DyN
En nota publicada por La Nación, Martín Redrado expone por qué continuará cumpliendo funciones de presidente del BCRA hasta que el Congreso disponga lo contrario. El martes comienza su labor la Bicameral que deberá evaluar su comportamiento al frente del organismo.
De la redacción de El Litoral
Mientras que a nivel institucional continúan las repercusiones de la sentencia del fallo de las Dras. Martha Herrera y Clara Do Pico, integrantes de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal sobre los DNU dictados por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre la constitución del Fondo del Bicentenario con reservas del Banco Central y la remoción del titular de ese organismo, en el plano de la dirigencia política, las opiniones están divididas respecto de si Martín Redrado debe o no volver mañana al despacho de la presidencia del banco.
El viernes por la noche, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, advirtió que la Policía Federal le impedirá el ingreso al Banco Central. Sin embargo, otro parece ser el criterio de Redrado, quien en nota firmada en el diario La Nación confirmó hoy que continuará en cumplimiento de sus “deberes de funcionario hasta que el Congreso disponga lo contrario” e indicó que no había que confundir “coordinación” con “subordinación”, por lo que no aceptará presiones. Además, sostuvo que la máxima autoridad del Banco Central de Argentina debe ser un “guardián de las reservas” del país y que “no puede recibir” instrucciones del Poder Ejecutivo
Su visión sobre el cargo.
Redrado advirtió que la política fiscal no puede recorrer un sendero autónomo y requerir que el resto de las variables -tipo de cambio o inflación- se adapten pasivamente a las necesidades de financiamiento.
Por eso, consideró que “sería de mi parte una irresponsabilidad aceptar presiones que dejen el camino libre a quienes quieren manejar las reservas de todos los argentinos sin seguir los pasos que marca la ley para la remoción de los directores del BCRA. Eso sería delegar mis deberes en quienes exhiben una actitud temible, que proponen medidas que podrían dejar al país expuesto ante los “fondos buitre’”.
“Por todo esto, mantengo mi decisión de seguir desempeñando mis deberes de funcionario hasta que el Congreso disponga lo contrario, para ser leal al interés general, a la misión que me impone la ley y a mis convicciones”, puntualizó Redrado.
En su nota, señaló que, como cualquier funcionario, en un Estado de Derecho el presidente del Banco Central no puede hacer lo que quiere, sino lo que debe, dado que un exhaustivo cuerpo normativo delimita sus facultades y sus deberes. “Si bien no es elegido por el voto popular, recibe un mandato de la ciudadanía a través de sus representantes, los miembros del Congreso, al que debe ajustar sus decisiones”, sostuvo. Y, en ese sentido, aseveró que el presidente del banco “no está expuesto al dilema de obedecer o rebelarse ante instrucciones del Ejecutivo. Simplemente, no las puede recibir”.
Proteger las reservas
Redrado consigna en la nota de su autoría que uno de los deberes esenciales del Banco Central es proteger las reservas internacionales, “que no son un ahorro convencional, sino que sirven como garantía de estabilidad monetaria, cambiaria y financiera” y en orden a esta idea consignó que el presidente de la institución debe ser el “guardián de las reservas’, especialmente en un país con la historia de inestabilidad que caracterizó a la Argentina en los 40 años previos a 2003, donde la sucesión de procesos de inflación y devaluación culminó repetidamente en crisis financieras que atentaron contra el crecimiento y los ahorros de los argentinos.
Asimismo, recordó que desde el momento en que ingresó al Banco el decreto sobre el Fondo del Bicentenario, “se siguieron los procedimientos vigentes para su tratamiento y que informes profesionales señalaron a la intervención y aval de ese decreto por parte del Congreso como condición insoslayable para su puesta en marcha”.
Esa posición, remarcó, fue “exaltada por la Justicia en primera y segunda instancia. Valorar la necesidad de intervención del Congreso en el tratamiento del Fondo del Bicentenario no es la desobediencia de un cuerpo de tecnócratas a la autoridad presidencial, sino una muestra de respeto a la división de poderes”, insistió.
