Mesa de café

De Cobos a Reutemann

Erdosain

—¿Hasta cuándo van a seguir los cortes de ruta? -pregunta Marcial como si estuviera hablando consigo mismo.

—Es el arma que tienen los compañeros para protestar -responde José-, cuando tus amigos del campo cortaban las rutas estaba todo bien, pero cuando los pobres cortan está todo mal.

Marcial lo mira, parece que va a decirle algo, pero a último momento opta por quedarse callado y sonreír.

—La gente tiene derecho a protestar -dice José- le cortan la luz, no le entregan los planes sociales y está claro que si no hacen ruido nadie les lleva el apunte.

—Los que cortan las rutas -pregunta Marcial- ¿alguna vez probaron con trabajar?

José resopla fastidiado, pero en lugar de hablar toma un trago largo de cerveza.

—Yo creo que para todo hay un límite -digo- si cada vez que ocurre algo cortamos la ruta no hay más Nación organizada.

—No seas exagerado -dice José.

—No lo soy -le contesto- en todo caso soy kantiano y considero que cada acto para ser moral debe justificarse en términos universales.

Marcial lo mira a Abel que acaba de llegar y escucha en silencio el debate. Sonríe y le dice: —Cuando Cobos sea presidente todas estas cosas no van a ocurrir.

—Va a ser todo mucho peor -dice José.

—Ustedes lo subestiman a Cobos y cuando llegue el momento se van a sorprender.

—Como nos sorprendió De la Rúa... -dice Marcial.

—O como nos va a sorprender Reutemann -dice José.

—Yo no sé como será -retruca Abel- lo que estoy seguro es que Cobos no nos va a dar la sorpresa de comprar dos millones de dólares para quedarse con la diferencia, ni tampoco va a hacer negociados con las tierras públicas y mucho menos va a multiplicar su fortuna en proporciones geométricas.

—Los gorilas como siempre se quedan en la superficie de las cosas -responde José- se indignan moralmente para disimular lo que en el fondo les molesta: un gobierno nacional y popular.

—Ése es el mejor chiste que escuché en los últimos días -digo.

—Llamar gobierno popular a un gobierno que ha multiplicado la pobreza, ha corrompido las instituciones y ha enriquecido a sus amigos, más que un rasgo de humor es una licencia poética -dice Marcial.

—Los Kirchner declaran su fortuna y lo hacen de frente -contesta José- vos no te olvidés que Reutemann la ocultó y cuando lo descubrieron lo único que fue capaz de decir es que cualquiera tiene un millón de dólares afuera.

—Tanto se equivocó Reutemann para gobernar que hoy es el político con más votos en la Argentina -contesta Marcial.

—Puede ser -dice Abel- pero el otro político con votos es Cobos.

—A ninguno de los dos, los peronistas los van a dejar gobernar -dice Marcial- porque los muchachos cuando están en el poder roban y cuando pasan a la oposición incendian.

—Después se enoja cuando le dicen gorila -le dice en voz baja José a Quito, el mozo que acaba de servir otra vuelta de lisos.

—No sé si a Cobos le quedarán muchos votos -digo- después de la votación del otro día donde terminó reportándose con los Kirchner.

—Lo que hizo fue reportarse en contra de Redrado, que no es lo mismo -dice José.

Estoy por contestarle pero el que agarra el bochín es Marcial.

—A mí, Cobos me desilusiona todos los días un poquito más. Lo mismo no puedo decir de Reutemann que maneja los tiempos como un maestro, gobernó dos veces la provincia y está cada vez más prestigiado y les apuesto a todos, doble contra sencillo, que antes de fin de año anuncia su candidatura presidencial y en el 2011 gana de orejita parada.

—No comparto -decimos al unísono Abel, José y yo.