Obstinado e inexplicable silencio

Matías Causso no saludó a su hermana el día del cumpleaños

Los Causso esperaban una señal de Matías en una fecha cara a sus sentimientos, el cumpleaños de su hermana Priscila, pero el saludo no llegó.

 

José Luis Pagés

Las esperanzas de Alejandro Causso, padre del chico florista que abandonó su casa en Santa Fe el Día de los Inocentes para dejar un último rastro en la terminal de colectivos de Paraná tres días después, se diluyeron el último sábado cuando, contra lo que hombre pensaba, su hija Priscila no recibió el saludo de Matías en el día de su cumpleaños.

El prolongado silencio del adolescente, a dos meses de su inexplicable ausencia, es por demás llamativo y preocupante, más cuando por ninguna vía nadie aporta nada nuevo a la búsqueda que en distintos ámbitos y con diferentes criterios parece ocupar a las familias -paterna y materna-, aunque también a los agentes de la Unidad Especializada en Prevención y Lucha Contra la Trata de Personas de la Policía santafesina.

El padre sostiene que la fuga hallaría explicación en el mal desempeño que Matías tuvo en la escuela Grilli y al ocultamiento que hizo de esa realidad, mientras que sus tíos maternos Andrés Barrena y Malvina Cabrera sostienen todavía que el chico escapó de los malos tratos a los que habitualmente era sometido.

Pero aunque enfrentados, unos y otros centraron la atención en Buenos Aires esta semana, la familia paterna movilizó a sus parientes bonaerenses para saber que había de cierto en una versión según la cual Matías asiste a un comedor comunitario y a un bar -donde gritó los goles de Colón-, entre el puente que cruza el río Luján y la ciudad de Mercedes. No obstante el aviso anónimo no pudo ser confirmado y apenas alguien admitió que un menor parecido a Matías frecuentaba un establecimiento conocido por el nombre de Caena.

Por su parte, Barrena y su esposa viajaron también a Buenos Aires, pero con otro cometido, el de “nacionalizar la búsqueda de Matías a través del Registro de Personas Extraviadas”, dijo la tía política, Malvina Cabrera, quien sigue pensando que el chico está en alguna ciudad entrerriana, a orillas del río Uruguay, o acaso en la propia ciudad de Santa Fe donde, como dijo al juez Nicolás Falkemberg, una familia estaría cuidando de él, según un testimonio recogido por ella.

Matías, conocido por medio Santa Fe como el chico florista que buscaba a sus clientes en las calles y comedores de la Recoleta se fue de su casa del barrio Guadalupe Oeste el 28 de diciembre y en los primeros minutos del 31 una asistente social entrerriana lo despidió de Concepción de Uruguay, ciudad donde fue encontrado por la policía, procedimiento que quedó acreditado con la firma del propio Matías. Luego, el chofer del micro de la empresa San José recuerda que bajó en la terminal de Paraná, y nada más.

Nada se volvió a saber del chico. El persistente silencio que siguió a ese día hizo decir esta mañana a Natalia Urquiza, -actual esposa de Alejandro Causso que cuidó de Matías desde la más temprana infancia, tras el fallecimiento de su madre biológica- que dadas las actuales circunstancias “No quiero pensar lo peor”. Ella, al igual que su esposo Alejandro pensaron en los primeros momentos que el chico había sido llevado por otro florista para hacer su trabajo -el de vendedor ambulante-, en otros puntos turísticos del país, pero ese supuesto nunca se pudo probar.

La pregunta más inquietante que no encuentra respuesta son, qué hizo Matías Causso con sus quince años cuando el último día del año se encontró solo en medio de la terminal de colectivos de Paraná. Se encontró en ese lugar, para él desconocido, ¿con alguien que lo esperaba? Los organismos del Estado no se ponen de acuerdo sobre ese punto en la vecina provincia. Entonces, se puede pensar que Matías siguió viaje solo o acompañado, ¿adonde iría? ¿Regresaría a la costa del río Uruguay contrariando la voluntad de los funcionarios entrerrianos o cruzaría el Paraná para volver a Santa Fe y hacer frente a sus problemas o seguiría adelante en busca de otro destino?