Fue en San Jerónimo Norte en febrero de 1974

A 36 años de una histórica concentración de tamberos

Debido a la acuciante situación que se vivía por esa época -que poco difiere de ésta- los tamberos de todo el país se reunieron en las instalaciones del Club Atlético Libertad, para debatir en asamblea los pasos a seguir. Al encuentro llegaron delegaciones de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba.

José Zenclussen

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El pasado 8 de febrero se cumplieron 36 años de la primera concentración nacional de productores tamberos, en la localidad de San Jerónimo Norte. La jornada -como se lee en el periódico La Semana de esa fecha- se realizó bajo una intensa llovizna ante más de 5 mil productores que llegaron desde distintos puntos del país. La reunión sirvió como punto de partida a una serie de protestas -que comenzarían unos meses más tarde- en busca de mejores precios para la producción.

El encuentro que se realizó en las instalaciones del Club Atlético Libertad, contó con la participación de delegaciones de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba, como así también de localidades del interior de la provincia. Además estuvo presente el entonces Ministro de la Agricultura y Ganadería de la provincia, Manuel Aguirre, quien llegó a la asamblea acompañado por funcionarios de su cartera y el presidente comunal local, Gumersindo Albrecht.

Luego de entonar las estrofas del Himno Nacional y de izar la Bandera Argentina, comenzaron los discursos de los dirigentes tamberos y de los productores quienes exhortaron a trabajar unidos, como única forma de hacerse fuertes y de lograr que esa rama de la producción sea próspera.

Uno de los primeros en hablar sobre la realidad tambera de aquella época fue Aldo Crescini, por entonces vicepresidente de la Federación de Centros Tamberos de Santa Fe quien señaló “esto no puede fracasar y si ello ocurriera buscaremos trabajo en la industria donde conoceremos lo que son los sábados, domingos y feriados ya que en el tambo eso no se conoce. Nosotros los tamberos medianos y pequeños si esto quedara en la nada nos fundiríamos y el único delito que hubiéramos cometido es el de ser productores del primer alimento humano”.

Desde todo el país

En representación de la Ligas Agrarias Bonaerenses estuvo Domingo Paulucci quien en ese momento enfatizó que “el gobierno nos pidió colaboración y se la hemos ofrecido, no queremos entrenamientos pero sí que nos escuchen y es por eso que solicitamos que le gobierno ponga precio a la leche”. Oscar Lorenzo Farconi, también dirigente bonaerense, manifestó que los problemas eran similares a sus colegas de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.

El encargado de llevar los reclamos entrerrianos fue Benjamín Chiappino -Ligas Agrarias Entrerrianas- quien con conceptos claros habló sobre la explotación que sufría el hombre de campo en aquellos años. “Quienes nos dirigen desde arriba y siempre caen bien parados sean de la ideología que sean. Estamos de pie para pedir justicia y debemos estar unidos como hoy y participar todos por igual para exigir y entonces vamos a ver como se arregla todo de una vez por todas”.

La provincia de Córdoba también tuvo represente en aquella histórica asamblea, fue José Luis Reybet, dirigente de la Federación de Ligas Tamberas de Córdoba y de la Confederación Nacional de Productores de Leche, quien destacó la importancia de la asamblea pero también criticó durante su amplia oratoria el individualismo en que algunos productores se encierran.

En la crónica de aquella época también se reflejó la palabra de los productores presentes en la asamblea quienes aseguraron no estar en contra de nadie, de ninguna empresa, ni instituciones, sino que el dialogo estaba abierto para todos. “Si estamos contra los malos dirigentes que dicen que los estamos llevando por el mal camino. La juventud del campo se va a la ciudad encandilada por sus luces; nosotros los productores decimos que se va por el miedo a la oscuridad que tiene el campo.”

Un cierre no alejado de la realidad

Sobre el final de aquella fecha histórica, se redactó una declaración que si uno esta despistado y la leyera, creería que es un documento actual. “De no lograr las bases mínimas que garantizan una justa retribución al productor , será imposible evitar la paulatina acelerada desaparición de esta actividad. La falta de respuestas nos decidirá retirar la colaboración prestada y defender nuestros justos reclamos con medidas que no queremos tomar pero que la dramática situación que vivimos y la incomprensión de quienes tienen la responsabilidad de decidir nos obligaran a asumir”, finalizaba el manifiesto redactado por aquellos productores que se juntaron en febrero de 1974 para lograr una mejor producción, pero que por estos días sufre los mismos problemas de aquella época.

Agradecimiento: Periodico La Semana. Familia Rauch.

La jornada se realizó bajo una intensa llovizna ante más de 5 mil productores que llegaron desde distintos puntos del país.

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No daban los números. Los problemas por los que atravezaba el sector en aquellos años originaron la concentración que intentó buscar la unidad de todos los productores.

foto: archivo

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Declaración de la asamblea

Luego de la asamblea se dictó un documento de la Confederación Nacional de Productores de Leche, que nucleaba a los tamberos asociados en la Federación de Centros Tamberos de Santa Fe, Federación de Ligas Tamberas de Córdoba, Ligas Agrarias de Entre Ríos, Ligas Agrarias Bonaerenses, Asociación de Tamberos del Oeste de la provincia de Buenos Aires y la Asociación de Tamberos de la Cuenca de Mar y Sierras. Entre los puntos más importantes se destacaba lo siguiente: -Que la arcaica estructura en que debe desenvolverse el productor tambero por imperio de las decisiones en las que no ha tomado parte, es obsoleto e inaceptable, motivo de vergüenza para una nación que reúne sobradas condiciones para adecuar esta actividad a un ritmo constante.

-Que pese a la presunta vigencia del llamado “pacto social” es evidente el aumento de innumerables insumos que presionan taimadamente sobre la endeble estructura económica del productor siendo por ello necesario destacar la necesidad de una periódica revisión de los costos para adecuarlos a la realidad del momento.

-El sistema de fijación de precios convierte a esta actividad en una verdadera “cenicienta” condicionada a decisiones políticas o a la suerte de especulaciones de otro carácter que someten al productor a una perpetua dependencia y lo imposibilitan de tecnificar su explotación mejorando al mismo tiempo su producto.

-La constante arbitrariedad del trato conspira permanentemente contra cualquier alternativa de progreso destruyendo paulatinamente esta preciada e incomparable fuente de alimentos.

-Los productores deben convertirse en factor principal de cualquier resolución respecto a los precios y demás condiciones generales del producto.

-La legitimidad de los reclamos queda avalada por presencia masiva de los auténticos productores de las cuatro provincias exigimos una clara definición de parte de quienes han asumido la responsabilidad de convocar a los productores para que en el área de política concentrada entre el estado y el sector , generar a través del análisis y la discusión nuevas instancias de capaces de lograr objetivos concretos.

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