“Cristina”

La computadora más potente del país está en Córdoba

(C) La Voz del Interior Conicet Bs. As. - Conicet Sta. Fe El Litoral

Esta supercomputadora ya está lista para funcionar. Fue gestionada por el Instituto de Investigaciones en Físico-Química de Córdoba (Infiqc/Conicet/UNC), perteneciente a la Facultad de Ciencias Químicas, pero por falta de espacio el equipo está instalado en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Costó 1.520.000 pesos, aportados por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y, en menor medida, por el Conicet. La utilizarán dos grupos cordobeses y tres de Buenos Aires.

“Cristina”

Así se llama la computadora, en honor a María Cristina Giordano, una de las pioneras de la investigación en Fisicoquímica en Córdoba. Pesa 1,5 tonelada y se compone de circuitos y cables, la mayoría de ellos similares a los que tiene una computadora común. Esto se debe a que las supercomputadoras actuales son, en realidad, “clusters” o agrupamientos de procesadores comerciales. Lo que la distingue es la interconexión entre los procesadores, a través de la tecnología Infiniband, y el procesador central que controla los núcleos.

Características técnicas y propiedades

Cristina está compuesta por 560 núcleos Intel Xeon 5420 (que usa una PC común). La memoria RAM es de 1,1 terabyte (un terabyte equivale a 1.024 gigabytes y una PC buena tiene cuatro gigabytes). El disco duro es de 32 terabytes, frente a los 120 gigabytes que tienen en promedio las computadoras personales. Puede realizar 5 billones de cálculos por segundo... Un poder tal (y más) es necesario para estudiar el nanomundo, esto es, las propiedades que tienen los materiales a la escala de una mil millonésima parte de un metro. A este tamaño, tan diminuto, las sustancias se comportan de manera distinta que a una escala visible. “Si tengo un kilo de hierro y lo divido en dos, tengo dos medios kilos de hierro con las mismas propiedades. Pero si tengo 100 átomos y los divido en dos, esas mitades se comportarán de manera diferente”, asegura el Dr. Ezequiel Leiva, uno de los responsables del proyecto. Estas propiedades tienen muchas aplicaciones aún por descubrir. En Medicina, se podrían crear formas precisas para suministrar drogas o detectar enfermedades. En nanoelectrónica, se podrán construir circuitos en una sola molécula. También se podrá almacenar energía en forma de hidrógeno en nanorredes. Pero manipular partículas tan pequeñas en laboratorios es difícil y caro. Es más fácil realizar simulaciones, y es entonces cuando se requieren las supercomputadoras.

El color de los átomos

Cristian Sánchez, investigador del Infiqc y uno de los responsables de “Cristina”, estudia el color que tienen los materiales a escala nanométrica. En realidad, busca predecir el color a partir de las simulaciones. ¿Para qué sirve saber el color? “Una nanopartícula se puede pegar a una célula con un cáncer específico. Se puede iluminar el tejido con una luz que es transparente para las células, pero no para las nanopartículas. Otra aplicación es la tinción de vidrios”, explica. En tanto, Leiva trabaja en la caracterización de las propiedades magnéticas de nanopartículas: “Con magnetismo se podrían localizar y movilizar nanopartículas en el cuerpo humano. Las potenciales aplicaciones terapéuticas son muchas”. Patricia Paredes es otra investigadora responsable de la supercomputadora, y estudia las cualidades de las capas superficiales de diferentes estructuras. “Con “Cristina’ voy a poder predecir cómo van a interactuar estas capas con el ambiente. Una aplicación posible es la creación de biosensores para medir glucemia, por ejemplo”, concluye.

Fuentes: Diario La Voz del Interior (Cba.) y Comunicación Institucional y Prensa del Conicet/Bs. As. Adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).

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Cristina, la supercomputadora más potente de la Argentina.

Foto: Gentileza Dr. Cristián Sánchez -Infiqc/UNC.