Rubén Giustiniani

“Ahora las mayorías van a depender

de las leyes que se vayan tratando”

El senador socialista admitió que la paridad de fuerzas potencia del valor de los votos “volátiles”. Pero dice que la diferencia es que el oficialismo ya no puede “cajonear” temas.

 

De la redacción de El Litoral

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Después del traspié de ayer en el Senado, la oposición da por perdida la votación para rechazar el pliego de Mercedes Marcó del Pont y confía en poder imponerse en otros temas emblemáticos, comenzando por el rechazo del DNU presidencial que dispuso el pago de deuda con reservas del Banco Central y la coparticipación de la totalidad de lo recaudado en concepto de impuesto al cheque.

En diálogo con El Litoral, el senador socialista Rubén Giustiniani confirmó que ésta es la percepción en el aglomerado anti-kirchnerista, basada en “cómo se han expresado públicamente los senadores y las senadoras”.

Sobre esa base, admitió también que -como quedó demostrado ayer-, no podrá hablarse de una mayoría automática de la oposición, similar a la que le permitió imponerse en la distribución de comisiones en las dos cámaras del Congreso.

“Yo lo dije siempre. El 28 de junio la ciudadanía le quitó la mayoría al kirchnerismo, como se expresó en la constitución de comisiones y autoridades de ambas cámaras. A partir de ahí, todo va a depender mucho de las distintas leyes que se vayan tratando, y se podrán conformar mayorías diferentes. Lo más importante es que el gobierno no va a poder mandar a cajonear ningún tema”, aseguró.

En ese contexto, expresó que el sólo hecho de poder tratar la semana que viene la ley del impuesto al Cheque, y avanzar luego con la reforma del Consejo de la Magistratura y el Indec, son muestras elocuentes de la nueva realidad.

—¿Pero no hay riesgo de que, cuando no tenga mayoría, cada grupo decida restar quórum (como hizo ayer la oposición) y se termine paralizando el Congreso?

—Eso no va a poder ser así, porque quien intente hacerlo va a tener que darle explicaciones a la sociedad. El recurso de restar quórum puede usarse una vez, pero abusar de eso creo que no sería tolerado por la sociedad.

—Y esto corre tanto para el oficialismo como para la oposición.

—Naturalmente.

—Y en este contexto ¿hay espacio para el diálogo? Porque algunos opositores apuestan a él, y otros los acusan de hacerle el juego al gobierno.

—El oficialismo en estos seis años nunca mostró vocación de diálogo. Lo que enseña la realidad de todo este tiempo es que ésto sólo se va a lograr cuando exista una posición de firmeza de los distintos sectores de la oposición. Es necesario el diálogo, sobre todo para la definición de políticas de Estado. Así como votamos por unanimidad una ley de mi autoría, para establecer la mayoría de edad a los 18 años, lo mismo tiene que correr para la ley de Educación o los sueldos de los jubilados.

—¿Lo tomó de sorpresa la posición de Roxana Latorre?

—A mí sí. Me enteré ayer por la mañana.

—¿Y a qué la atribuye? Porque se ha dicho de todo...

—Yo creo que ella expresó sus fundamentos. Es a la sociedad santafesina a la que le corresponde juzgar el sentido de su voto.

Impuesto al cheque

La modificación de la coparticipación del impuesto al cheque quedó ayer en el tintero por efecto del fracaso de la sesión, derivado del caso de Marcó del Pont. Sin embargo, la semana que viene llegaría al recinto, y la oposición espera lograr la media sanción en el Senado.

Si se aprueba la norma, ya no se distribuirá solamente el 30 % de lo recaudado, sino la totalidad, lo que significaría para las provincias una masa de recursos conjunta de 10.800 millones de pesos.

El presidente del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Pichetto, anticipó que la bancada oficialista se opondrá al proyecto, porque “vamos a seguir los lineamientos del gobierno nacional”, y que tiene asegurados 32 votos para ello.

Según la oposición y algunas fuentes del bloque oficialista la iniciativa sería acompañada por unos 40 legisladores, ya que a los 35 opositores “permanentes” se sumarían Roxana Latorre y María José Bongiorno (que ayer ayudaron a impedir la destitución de Marcó del Pont), además del neuquino Horacio Lores y los dos fueguinos que responden a la gobernadora Fabiana Ríos. Incluso podrían adicionarse algunos kirchneristas que, ante la contundencia numérica de los antikirchneristas, estarían más motivados a favorecer a sus respectivos distritos que a sostener la fidelidad al mandato gubernamental.

En Diputados podría reiterarse un panorama similar, aunque ha quedado demostrado que resulta sumamente riesgoso aventurar pronósticos definitivos. Por otra parte, si la ley se aprueba, el Poder Ejecutivo podría optar por vetarla.

“Desentusiasmo”

El senador Carlos Reutemann “está mortificado” por el apoyo de su par y ex aliada Roxana Latorre al oficialismo a la continuidad de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central, pero es “un desánimo momentáneo” y sigue en pie su idea de ser candidato presidencial en el 2011.

Así lo aseguró hoy la presidenta del bloque Federal de la Cámara de Diputados de Santa Fe, Alejandra Vucasovich, luego de que el ex gobernador santafesino respondiera que se sentía “más desentusiasmado que nunca” por la situación y admitiera que “la oposición es tremendamente frágil”.

En tanto, los diputados nacionales santafesinos del Peronismo Federal, Celia Arena, Jorge Obeid, Carlos Carranza, Daniel Germano, Walter Agosto y Juan Carlos Forconi, integrantes del bloque Peronismo Federal, repudiaron en forma categórica las expresiones vertidas ayer por la senadora, cuando habló de legisladores “con espíritu golpista” en la oposición.

“No nos consideramos ni golpistas ni destituyentes, ni toleramos ninguna de las imputaciones que vienen de una persona que durante la campaña de Santa Fe Federal afirmó expresiones que en la práctica no se vieron acompañadas en los hechos y que aún antes de asumir su mandato como senadora nacional defraudó al grueso de los ciudadanos de Santa Fe, avalando con una actitud poco clara un mandato del gobierno nacional, que motivó su expulsión del bloque de senadores nacionales de Santa Fe Federal. Y si Latorre considera que hay representantes golpistas o destituyentes que no lo haga como simple operación mediática, sino que se presente a la Justicia brindando nombres y acciones”.

“Ahora las mayorías van a depender de las leyes que se vayan tratando”

“El recurso de restar quórum puede usarse una vez, pero abusar de eso creo que no sería tolerado por la sociedad”.

Foto: Archivo El Litoral

/// análisis

Levedad

Emerio Agretti

El fracaso de la sesión de ayer en el Senado desnudó la insoportable levedad de la mayoría opositora. Hasta el punto de obligar a repensar los términos, y convenir finalmente en que esa pretendida mayoría no existe como tal. En todo caso, habrá que hablar de una paridad de fuerzas tal, que permite establecer preeminencias circunstanciales. Y éste es el esquema imperante -al menos de momento-, en reemplazo de la hegemonía permanente que antes ejercía el kirchnerismo.

Estas preeminencias circunstanciales -así, en plural- le permitieron al llamado “arco opositor” torcer el brazo al oficialismo en el reparto de comisiones, y distribuirlas entre la disparidad de sectores que lo componen. Sus referentes confían en que también alcanzarán para modificar la coparticipación del impuesto al cheque, rechazar el DNU sobre las reservas del BCRA, e introducir cambios en el Indec y el Consejo de la Magistratura. Pero bueno, la misma confianza los alentaba con respecto al rechazo del pliego de Marcó del Pont.

“Mi voto no está cautivo”, estableció ayer Roxana Latorre, y lo mismo será aplicable a muchos de sus pares (aunque quizá no pueda decirse lo mismo de otra de sus frases de ayer, “a mí no me compró nadie”). En su trayectoria puede advertirse con bastante claridad la impronta que caracteriza al actual esquema político. Llegó a la banca de la mano de Reutemann y luego de hacer campaña por Cristina Kirchner, cuando aún la resolución 125 no había dividido aguas y borrado pasados, y ambos posicionamientos eran compatibles. Después fue expulsada del bloque, por haber habilitado el tratamiento de las facultades delegadas (que, entre otras cosas, permitieron sostener las retenciones agropecuarias) con una oportuna firma “disidente”. Luego votó las comisiones con la oposición y asegura que hará lo mismo con otros proyectos.

Dice no ser kirchnerista, pero tampoco el reutemanismo la reconoce ya como propia. Asegura formar parte del agrupamiento opositor, a pesar de haber denunciado -con pasmosa ligereza- la existencia de golpistas en esas mismas filas. Y se convierte finalmente en una envidiable especie de “paria” política, con un inestimable valor táctico.

Y es que el “voto de conciencia” -o de lo que la reemplace en cada caso- cotizará mucho en el reclutamiento de voluntades que, de manera recurrente, deberán hacer oficialistas y opositores al momento de dirimir cualquier punto. Sobre esta base, los acuerdos y las estrategias también estarán insoportablemente sujetas a una congénita levedad. Que, para mal de la república, parece automáticamente trasladable además al propio funcionamiento del Congreso, rehén de un quórum mucho más difícil de obtener que de retacear.

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