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Otra mirada sobre el conflicto del Jockey Club

Los Dres. Martín González Taboada y Marcelo Ventura Roca, ex presidente y vicepresidente del Jockey Club de Santa Fe, remitieron a El Litoral, con pedido de publicación, una nota referida al actual problema laboral que mantienen la institución y su personal, más precisamente “a los comentarios de la Sección Deportes, página 4 de día 27 de febrero y página 11 del 4 de marzo de 2010, especialmente del periodista de ese medio señor Juan Raúl Moncada y la Asociación de Propietarios de Caballos de Carreras.

“El señor Moncada - dicen- realiza comentarios críticos respecto de las últimas gestiones; especialmente la que encabezáramos durante más de cinco años, a la que le imputa la venta de la sede social de calle San Martín, omitiendo informar, aunque es de su conocimiento, que la misma se produjo debido a que estaba con fecha de remate por un crédito hipotecario ejecutado por el Banco Francés y Río de la Plata tomado por gestiones anteriores.

“Queremos recordar al señor periodista que durante el lapso de nuestra gestión los sueldos se pagaron dentro de los primeros diez días hábiles del mes y se cancelaron las deudas salariales de períodos anteriores, correspondiendo aclarar el importante aporte de los empleados de la institución que voluntariamente resignaron parte de sus acreencias para la normalización; obran en la institución los respectivos comprobantes.

“Durante nuestra gestión, más precisamente en el mes de octubre de 2002, se concesionó la explotación del hipódromo de Las Flores a una empresa de la que el señor periodista participaba -o cuanto menos era entusiasta impulsor- por el término de diez años, fundándose el Nuevo Hipódromo de Las Flores que duró exactamente seis meses, atento a que, tras la inundación del 27 de abril de 2003 que afectó seriamente la pista, la empresa Ángel de Venecia SRL rescindió unilateralmente el contrato reconociendo la imposibilidad de la reconstrucción.

“El Jockey Club de Santa Fe ante esa situación concertó una entrevista con el director de Actividades Hípicas de entonces, Dr. José Luis Martín, a efectos de ver la posibilidad de obtener alguna colaboración para la reconstrucción, consiguiendo un subsidio de pesos setenta mil ($ 70.000).

“Al mismo tiempo se solicitó asesoramiento del Hipódromo Argentino de Palermo que puso a nuestra disposición personal capacitado al efecto, combinación que permitió contra todos los pronósticos que el 15 de noviembre del mismo año se corrieran el tradicional Carlos Pellegrini y una reunión de carreras mensual hasta la finalización de nuestro mandato; todas estas afirmaciones pueden verificarse en la hemeroteca del diario del período mencionado.

“Esta pequeña reseña tira por la borda las aseveraciones con respecto a que los cómodos socios del club quieran deshacerse del hipódromo; si había una oportunidad para ello y realmente justificada era ésa: aprovechar el incumplimiento de la concesionaria y la falta de recursos para la reactivación.

“En el club hace más de quince años que la comisión de carreras no tiene un solo propietario de SPC y esto no es porque los socios de las otras actividades lo impidan, sino porque los propietarios no son socios, y desde otra posición pretenden dar consejos y sugerencias en lugar de asociarse a la institución y plantear desde la comisión directiva sus iniciativas; con el Jockey Club deben colaborar desde dentro y no como meros observadores o críticos.

“Por último, con respecto al conflicto gremial queremos hacer las siguientes reflexiones: es la primera vez en la historia que se desarrolla un paro, privando al club de la percepción de sus recursos regulares, cuota social y venta de carreras foráneas; siempre, aun en la época en que cobraban sus sueldos con cuentagotas conforme los ingresos diarios, los empleados administrativos y de foráneas trabajaban a efectos de asegurar la recaudación.

“Tenga presente el gremio que el club existirá mientras tenga socios y, si a los socios no se les brinda la posibilidad del uso de las instituciones, muy fácil les resultará buscar otro; pero los empleados sin los socios sólo tendrán un predio que rematar y para cobrar una indemnización, pero la fuente laboral se habrá perdido.

“A los empleados y asociados, verdadero activo de la institución, solicitamos el reintegro a las tareas habituales y el pago de la cuota societaria respectivamente, mientras se desarrolla la negociación; no creemos que un contrato de la magnitud del que nos ocupa pueda realizarse en estas circunstancias y bajo semejante presión”.