Una esperanza para miles de llamados desesperados

“Lo nuestro es una lucha de toda la vida contra la obesidad, ya que nunca podés bajar los brazos”, admitió una de las fundadoras de la asociación civil Obesos, Familiares y Amigos (OFA), de reciente creación en nuestra ciudad.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTOS. EL LITORAL.

Una esperanza para miles de llamados desesperados En primera persona  Homenaje

OFA hizo su presentación oficial en noviembre de 2009, pero desde antes ya venía trabajando con voluntarios autoconvocados.

Salir del aislamiento, contar lo que les pasa, mejorar anímicamente para poder encarar un tratamiento que les permita recuperar su calidad de vida. Éstos son los objetivos de una asociación civil recientemente creada en nuestra ciudad que reúne a personas obesas e hiperobesas, pero también a sus familiares y amigos: OFA.

Sabina Moya fue una de las impulsoras de esta idea, que viene dando vueltas desde hace cuatro años en la cabeza de quienes formaban parte de un grupo de obesos autoconvocados con problemas de salud derivados de esta enfermedad, junto a los afectos de su entorno inmediato que también estaban preocupados por su padecimiento. Con el esfuerzo de muchos, la Asociación Civil OFA (Obesos, Familiares y Amigos) vio la luz a fines del año pasado y lleva el número de registro 1.127.

“Veíamos que el grupo se conocía por el boca a boca pero era importantísimo que los medios difundieran nuestra actividad. Desde la presentación en sociedad de OFA recibimos “gritos desesperados’ pidiendo ayuda de personas de Ceres, Santa Rosa de Calchines, y Vera y Pintado -entre otras localidades- por este tema. Se empezó a comunicar con nosotros gente desesperada, a la que en estos momentos no le podemos dar una respuesta inmediata, pero sí servir de nexo para informarla sobre los tratamientos que se dan en el Cullen y el Iturraspe”, aseguró.

la voluntad de poder

En este sentido, recordó que “una señora nos decía que ella compra la comida de la dieta pero que hay un segundo en el día que abre la heladera y se come todo. Por eso querría poder tener alguien con quien hablar en ese segundo. Son gritos desesperados porque somos adictos, no sé si científicamente se puede considerar así, pero nosotros tenemos la conducta del adicto: en un segundo perdés el control, te inundás de comida y después caés en la angustia y la depresión. Es un ciclo, por eso es que el tratamiento debe ser interdisciplinario, sobre todo atendiendo a la parte psíquica y anímica para poder mantener la parte clínica”.

PROTAGONISTAS de su salud

Sabina Moya contó que “durante la presentación en sociedad de la institución, agradecí a los miembros de OFA que salieron de sus silencios y pasaron a ser protagonistas. Una de las características de los gordos es aislarnos. Somos pocos los que salimos, pero cuantos más seamos más fuerzas vamos a tener y más podremos vencer las inhibiciones. Dentro del grupo hay gente que hizo mucho esfuerzo para salir a la luz, dar la cara. A todo esto lo trabajan por ellos mismos, para salir adelante”.

“Somos gordos porque estamos enfermos y no pensamos que somos gordos porque no nos entra la mini o el vaquero. No pensamos en las várices y la estética, sino que nos preocupamos por la diabetes, la presión arterial, la apnea de sueño que tenemos... Nuestro objetivo es la calidad de vida y eso no tiene que ver con no tener celulitis sino con que tu organismo esté apto para vivir. Son 30, 40 ó 50 kilos los que tenemos que bajar y no 5, y nos tienen que ayudar a bajar de peso -puntualizó-. No es que sólo uno está angustiado y deprimido y no quiere salir de su casa, sino que la sociedad no está preparada para recibirnos. Entonces, no salís para no amargarte, para ver que no te podés sentar y te tenés que volver de un evento. Los obesos o hiperobesos tienen que ser considerados, para muchas cosas, personas con capacidades diferentes porque no tienen la misma movilidad que el resto”.

Sabina dijo estar satisfecha porque en la presentación de OFA participó la subsecretaria de Salud del municipio, María Cristina Carmelino. “Nos llenó de orgullo por una cuestión de respeto hacia nosotros. Es la primera vez que pasa en 4 años de trabajo que alguien se interesó por nuestra labor. Ese hecho significó para nosotros un “comienzo a estar’. Sería buenísimo que empezara a funcionar este Programa Municipal de Obesidad con un equipo interdisciplinario para trabajar con las vecinales, los barrios periféricos y los planes sociales”.

COMPROMETIDOS con la institución

OFA cuenta con 14 miembros (de entre 30 y 60 años), pero posteriormente incorporó a unos 80 socios, para poder contar con recursos económicos a fin de organizar diferentes actividades.

Sabina destacó que “los integrantes nuevos de OFA empezaron a comprometerse con esta gente que empezó a salir a la luz. Nos dicen a los más antiguos del grupo que ahora hay que empezar a hacer las cosas en serio, como que empezaron a tomar conciencia. Hay gente dentro de la entidad que ya está jubilada y tiene más tiempo disponible. Los de alrededor de 60 años están buscando un lugar en la institución para ver qué rol desempeñar. Se ofrecieron para hacer la llamada telefónica o atender el teléfono. Esto tiene que ver con la afirmación de la identidad. Hay miembros que dicen estar felices de hacer algo por otros, luego de haber hecho algo por ellos, a partir de acercarse. Se sienten protagonistas”.

“Queremos que la asociación sea un espacio social, para que la gente se obligue a salir, adonde se pueden volcar los bajones con los otros gordos, pero también las alegrías -definió-. No tenemos coordinadores: cada uno cuenta sus logros; por ejemplo, uno empezó a ir a una pileta y fue todo un desafío quedarse en short; y otro contó que empezó a trabajar (el tema laboral es muy complicado)”.

La necesaria actividad física

En tanto, comentó que “también proponemos desde la institución realizar actividad física, para lo cual ya nos habíamos puesto en contacto con la gente del Iturraspe. Nosotros hacíamos caminatas en el Parque del Sur o Garay, en la Plaza Escalante; íbamos rotando los lugares, sábado por medio. Buscamos sitio donde haya sillones para que las personas que pueden caminar muy poco puedan descansar.

Ahora empezamos a ver la posibilidad de que la municipalidad nos ceda profesores porque la gimnasia para las personas obesas es distinta a la del resto de la población”.

Por último, en nombre de la asociación, Moya agradeció a Gustavo Papili, asistente social del Programa de Obesidad del hospital Iturraspe, “porque se acercó y destinó su tiempo para informarnos sobre muchas cosas que desconocíamos”; y al Foro Santafesino, “adonde nos reunimos todos los martes, ya que nos ha cedido desinteresadamente el lugar”.

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OFA incorpora socios para juntar fondos de manera de poder encarar diversas actividades.

En primera persona

“Los obesos estamos doblemente presos: dentro de nuestro cuerpo, que con barrotes de grasa asfixia nuestra cabeza, nuestro corazón y nuestra alma; y dentro de nuestras casas, porque hay barrotes sociales que no nos permiten integrarnos a distintos ámbitos públicos.

Faltan bancos cuando hay que hacer colas (al anciano, la embarazada o la persona en sillas de ruedas se les da el lugar) pero al hiperobeso (que está imposibilitado de estar mucho tiempo parado) se lo mira pensando “deja de comer, gordito’; los colectivos tienen escalones altísimos; los remises y taxis no nos paran; las ambulancias no tienen elementos y ni siquiera camillas para cargar a un hiperobeso; las salas de guardia tienen camillas donde el gordo entra de costado; las sillas y los baños de los lugares públicos (ni hablar de los privados) no están aptos para nosotros.

Todos son impedimentos que colaboran con nuestro aislamiento y nos imposibilitan de interactuar en sociedad. Todo esto está complementado con la falta de políticas públicas de salud que no tratan interdisciplinariamente a la obesidad”.

Sabina Moya, integrante de OFA

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El grupo de clownterapia Vivir en Positivo realizó algunas actividades con la institución, en República del Oeste.

Un desafío de vida

Mabel Gauna es una de las integrantes de OFA y accedió a dar su testimonio. “Entré al grupo invitada por Esther, una vecina, porque ella concurría y me cambió la vida. Venía haciendo tratamiento para bajar de peso porque desde los 30 años empecé a subir y bajar, pero desde hacía un año que ni me movía de mi casa.

No tenía vergüenza para salir o vestirme (uso soleras turquesas y vestidos floreados) pero empecé a no poder caminar. Además, se me juntaron muchas cosas, porque en enero de 2008 iba a ser el cumpleaños de 15 de mi única nieta, hija de mi única hija.

En septiembre de 2007 decidí entrar al grupo y a comer menos. Mi médica de cabecera me controlaba todos los meses para ver cómo iba bajando, además de la presión y otras cuestiones, y llegué a bajar 50 kilos sola. Esto se complementó con ejercicio: vivo en un pasillo y primero caminaba alrededor de la mesa del comedor, luego por el pasillo de 22 metros, hasta la esquina y después daba la vuelta a la manzana, sabiendo dónde había un banco para descansar.

Ir a OFA me permitió salir de mi casa, me obligó a hacerme más ropa (lo que me gusta mucho) y superar muchos desafíos porque, por ejemplo, para ir a a las reuniones tengo que tomar dos colectivos. Además, visito a quienes no pueden salir de sus casas por su problema de peso.

Creo que la decisión de bajar de peso es solamente de cada uno. Abrirme, sin vergüenza, aunque reconociendo mis limitaciones y hablar de mi problema con otras personas que pasan por lo mismo fue muy importante. Por eso, agradezco a mi familia por ayudarme y a mis compañeros de OFA. Además, perdí el miedo y me pude operar de cataratas. Y lo más importante: pude disfrutar mucho el cumpleaños de 15 de mi nieta”.

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La institución organiza caminatas conjuntas y charlas para reflexionar sobre esta problemática.

Homenaje

El 3 de diciembre del año 2006, El Litoral informó sobre la reunión que habían mantenido los integrantes del primer grupo de autoconvocados obesos -formado en abril de ese año- con legisladores provinciales. Desde entonces, “peleaban” con las obras sociales para ser tratados como enfermos y para que se considere a la obesidad como una patología.

Entre ellos, se contaba a Sara y Sandra (esta última era secretaria de lo que luego sería OFA), quienes posteriormente fallecieron por esta causa. Sin embargo, los integrantes de la organización quisieron rendirles un reconocimiento porque “no bajaron los brazos hasta último momento; lo que logramos hoy fue también consecuencia de su lucha”.

+info REUNIONES

El grupo se reúne todos los martes, a las 20, en Junín 3542 de nuestra ciudad. Los interesados en más información pueden llamar a los teléfonos: 156-980348, 4558118 y 4886577.

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Una ordenanza, poca respuesta

Sabina Moya admitió con humildad: “armamos OFA a pulmón por estos gritos desesperados y por no querer quedarnos. Pero la política de salud debe tomar este tema con seriedad y trascendencia, más allá de los gobiernos y las gestiones, porque tienen que darse cuenta de que es un problema de salud”.

Recordó que “en el año 2008 colaboramos con el concejal Carlos Suárez en la redacción del proyecto de ordenanza que declara a la obesidad como una enfermedad y crea un programa municipal que debe atender esta problemática. Ocurre que los gordos nos atendemos problemas cardiológicos, de presión, respiratorios, entre otros. Pero tiene que haber un equipo que nos atienda la obesidad, sobre todo la cabeza, porque somos enfermos. Este proyecto finalmente fue sancionado en el Concejo Municipal y es la ordenanza Nº 11.495/2008”. “Rescato la humildad de Suárez al consultarnos para la elaboración del proyecto de ordenanza. Quién mejor que el que padece este flagelo puede llegar a transmitir sus vivencias o pequeñas realidades”, apuntó Moya. “Santa Fe es pionera en el país en este tema y muy poca gente lo sabe -explicó-. Cuando tuvimos esta ordenanza pensamos que nos faltaba otro tipo de norma jurídica y por eso empezamos a hacer las gestiones para crear la institución. Una abogada nos ayudó y asesoró gratuitamente porque no tenemos fondos. Ahora somos una asociación civil nueva, pero que puede trascender a nuestras personas. Va a empezar a tener vuelo propio y eso es una gran alegría que tenemos”.