En Santa Rosa de Calchines y Arroyo Leyes
Las lluvias dejaron secuelas en la producción hortícola costera
José Baucero, de la Cooperativa de Productores de Arroyo Leyes, consideró que la gran cantidad de agua afectó una superficie importante de las áreas sembradas en la zona. Estimó que la zanahoria y el zapallito fueron los cultivos más dañados.
Anegados. Una fuerte tormenta dejó el pasado viernes 19 de marzo a los campos de la zona de Santa Rosa de Calchines directamente bajo agua.
Foto: Gentileza Comuna de Santa Rosa de Calchines.
Juan Ignacio Novak
Las extraordinarias lluvias que hicieron de éste un verano atípico pegaron duro sobre la producción regional. Por ejemplo, las precipitaciones superiores a los 200 mm que cayeron hace una semana en la zona de Santa Rosa de Calchines fueron impiadosas con la producción hortícola, provocaron mermas significativas y configuraron un cuadro de situación que, según José Baucero, de la Cooperativa de Productores de Arroyo Leyes, es “muy preocupante”.
Para el dirigente, el excedente de lluvias provocó la pérdida de “todos los cultivos que se habían preparado o sembrado” y “el exceso de humedad hizo que lo quedó se pudriera”. En definitiva, las intensas lluvias “se llevaron un 80 ó 90 por ciento de lo que estaba sembrado”, estimó.
Otro de los efectos del clima tiene que ver con los atrasos generados en la siembra, “porque los terrenos estaban muy blandos y no se podía entrar con el tractor”. “Encima, los días de sol son cada vez más cortos, las horas de luz son menos, y eso atrasa los días de germinación. Si antes terminabas en cinco días, hoy demorás trece o catorce”, consideró Baucero.
De acuerdo al diagnóstico trazado por el referente de la Cooperativa en diálogo con El Litoral, la zona de Santa Rosa de Calchines y Arroyo Leyes “fue afectada en su totalidad”. Entre los cultivos más afectados figuran la zanahoria y el zapallito “con el agravante de que en los terrenos que estaban listos para sembrar, no se pudo entrar”, explicó. No obstante, Baucero pudo rescatar algo dentro de un panorama ciertamente difícil. “Por ahí, los que producimos frutillas, nos hemos salvado por el simple hecho de que todavía no teníamos nada preparado”, manifestó.
La complicada situación de los campos de la zona se generó principalmente por la combinación de una serie de factores: las lluvias de gran intensidad, las napas muy altas que hacen que el piso no tenga capacidad de absorción y el río Paraná crecido. Circunstancias que conspiraron para que los excedentes hídricos demoren en escurrirse. “Hasta hoy día hay agua”, consideró el productor, aunque reconoció que “ahora el río ha bajado y las compuertas de las defensas se están abriendo”. “Eso es alentador, porque por más cantidad que llueva escurre” igual.
Panorama complejo
En el curso de la última semana hubo buenas condiciones climáticas, que dieron una tregua. Esto, además de terminar de evaluar las pérdidas, permitió analizar las perspectivas. “El que tiene algún respaldo económico, va a poder sembrar de nuevo, pero el resto no”, reflexionó Baucero. Y puso sobre el tapete otras variables que harán mella en las posibilidades del productor, como el precio de los combustibles. “Hoy, con un gasoil a 3,40 ó 3,50 el simple hecho de mover un tractor implica empezar a gastar bastante plata”, explicó.
“El que tiene el dinero suficiente para volver a sembrar intentará de nuevo con zanahoria, y no sé si se hará algo de lechuga, porque en los otros cultivos ya no te da el tiempo, porque se viene el invierno y las heladas”, evaluó. En este sentido, recordó que “lo que es zapallito y ese tipo de cultivos ya no se pueden hacer”, precisamente, porque los plazos no son suficientes, de cara a los meses fríos.
Por último, el dirigente adelantó que se va empezar a hacer algo de plantines, aunque en vísperas de primavera. “Pero, estamos hablando de septiembre, octubre o noviembre” para lo que faltan varios meses, “con todos los agravantes que eso tiene para la zona”, consideró. “El tiempo no se puede manejar y lo sufre el que está en la producción”, concluyó.
