Oficialismo y oposición

Se lanzó la carrera para la presidencia en Brasil

 
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El presidente brasileño junto a su ministra saliente de Presidencia y candidata a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff y al presidente de la Cámara de Diputados, Michel Temer. Diez ministros renunciaron a sus carteras para comenzar sus campañas de cara a las elecciones del 3 de octubre próximo.

Foto: AGENCIA EFE

Télam

La carrera para competir por la Presidencia de Brasil se lanzó ayer con la renuncia de los diez ministros de Luiz Lula da Silva que competirán por distintos cargos, entre ellos, la coordinadora del Gabinete y candidata presidencial, Dilma Rousseff, y del gobernador de San Pablo, José Serra, su principal competidor opositor.

Diez ministros de Lula resignaron ayer sus funciones en el gabinete para postularse a diferentes cargos electivos en los comicios generales del 3 de octubre, en cumplimiento con la ley electoral brasileña, que los obliga a dejar tareas en el gobierno seis meses antes.

Además, Lula firmó la designación de diez nuevos ministros para reemplazar a estos funcionarios, entre ellos la jefa de la Casa Civil, cargo que ocupará ahora Erenice Alves Guerra, quien secundaba a la saliente Rousseff, según informaron los medios locales Estado, O Globo y Jornal do Brasil.

Al abandonar el gabinete y en un emotivo discurso, Rousseff no ahorró elogios para Lula y sus dos períodos presidenciales, y ya en la piel de candidata criticó a gobiernos anteriores, como el de Fernando Henrique Cardoso, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que buscará regresar al poder en octubre a través de Serra.

Algunos candidatos “no tienen orgullo de los gobiernos en los que participaron”, disparó Rousseff contra Serra y afirmó que los opositores “extrañan” la fase de estancamiento de la economía y ahora “tienen miedo” porque “no saben qué ofrecer a un pueblo que hoy es orgulloso y tiene la certeza de que su vida cambió”.

Por el contrario, “nosotros podemos siempre saber que tenemos un patrimonio, el de formar parte de la era Lula”, que “en solamente siete años y medio cambió Brasil”, resaltó.

Siete de los cargos ministeriales serán ocupados por los hasta hoy subsecretarios de cada cartera, en tanto que aún no se definió la situación del presidente del Banco Central, Henrique Meirelles.

El dirigente del PMBD es uno de los posibles candidatos a la vicepresidencia en la fórmula oficialista con Rousseff, pero hasta el momento no obtuvo el visto bueno de Lula, quien pretende su continuidad en el Banco Central para garantizar la estabilidad económica y financiera.

Asesor de campaña

Además, el asesor presidencial para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, aseguró que existe la posibilidad de que deje el cargo para coordinar la campaña de Rousseff.

“El día tiene tres turnos. De mañana y de tarde trabajo en el gobierno y de noche trabajaré en la campaña. Y aún tengo fines de semana que puedo dedicar a eso. Si, en un determinado momento, constatáramos que hay incompatibilidad, evidentemente haré como ya hice en la elección del presidente Lula en 2006”, manifestó.

En tanto, por imperio de la misma ley, Serra se despidió en San Pablo de su gobierno e inició el camino de la oposición para recuperar el poder en octubre.

También en tono de campaña, Serra criticó al gobierno destacando los puntos flojos de la gestión de Lula y en contraste con lo que consideró virtudes propias.

“No cedí a la demagogia, a las soluciones fáciles. Soy considerado un obsesivo, pero mi gran obsesión es servir a los intereses generales de mi Estado y de mi país. Aquí hay honra, no se cultivan escándalos, robos, porque nunca incentivamos el silencio de la complicidad con lo hecho mal”, manifestó Serra, según reportó la agencia de noticias Ansa.

El ex ministro de Salud de Cardoso, y principal oponente de Lula en las elecciones de 2002, desestimó también la importancia del 83% de imagen positiva del actual mandatario.

“Siempre rechazamos el protagonismo sin sustancia que alimenta mitologías. No hay contradicción entre mejorar la condición de los que más sufren con planificar el futuro”, quien definió que busca “ser serio, pero no enojado; realista, pero no pesimista; calmo, pero no omiso; optimista, pero sin ser liviano; monitor, pero sin ser centralizador”.