EL VATICANO DEBIÓ SALIR A REFUTAR TAL AFIRMACIÓN

Comparan las críticas al Papa con los ataques antisemitas

Lo hizo el predicador de la Casa Pontificia, ayer frente al Sumo Pontífice. El vocero del Vaticano aclaró rápidamente que esa “no es la línea de la Santa Sede”, pero las repercusiones internacionales ya se habían producido.

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El Papa Benedicto XVI quedó nueva e imprevistamente enredado en una controversia, pues los polémicos dichos del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, se produjeron ante su presencia.

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Los ataques a Benedicto XVI y a la Iglesia por los casos de curas pederastas recuerdan “los aspectos más vergonzosos del antisemitismo”, dijo ante el Papa el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, al leer una carta que afirma haber recibido de un amigo judío a quien no identificó.

El franciscano, que pronunció la homilía del rito del Viernes Santo en la basílica de San Pedro del Vaticano, condenó la violencia contra los niños, “de la que -dijo- se han manchado desgraciadamente no pocos miembros del clero”. No insistió más sobre esos casos, porque -dijo- “ya se está hablando bastante estos días fuera de aquí”.

Tales palabras fueron como arrojar combustible al fuego. Tanto es así, que el portavoz de Benedicto XVI, Federico Lombardi, salió rápidamente a aclarar que la comparación entre las críticas al Papa por los casos de curas pederastas con el antisemitismo “no es la línea del Vaticano”.

Lombardi, en una declaración por Radio Vaticano, afirmó que “asemejar los ataques a Benedicto XVI por los escándalos de abusos sexuales de sacerdotes a niños con el antisemitismo no es la línea mantenida por la Santa Sede”.

El jesuita Lombardi agregó que el Predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, sólo quiso hacer pública la solidaridad al Pontífice expresada por un judío, habida cuenta “la experiencia de dolor sufrida por ellos”.

“Ha sido una cita que puede dar pie a malas interpretaciones”, reconoció Lombardi.

Carta polémica

El Viernes Santo, durante la homilía de la celebración de la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro del Vaticano, Cantalamessa dijo que había recibido una carta de un amigo judío en la que le hablaba de las críticas de la prensa internacional al Papa por los casos de curas pederastas, al que acusan de haber “escondido” algunos de ellos.

“Sigo con disgusto el ataque violento y concéntrico contra la Iglesia, el Papa y todos los fieles. El uso del estereotipo, echar las culpas personales a la colectividad me recuerda los aspectos más vergonzosos del antisemitismo”, le dijo a Cantalamessa el amigo judío, que no fue identificado por éste.

En la misma homilía Catalamessa condenó la violencia contra los niños, “de la que -dijo- se han manchado desgraciadamente no pocos miembros del clero”.

Las palabras del franciscano fueron inmediatamente criticadas por varios diarios de EEUU e Israel y por el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, quien en declaraciones al New York Times, expresó su “incredulidad” por lo escuchado.

Di Segni afirmó al diario, con ironía: “Visto que el Viernes Santo es el día de la plegaria de los católicos para que Dios ilumine nuestros corazones para que reconozcamos a Jesús, también nosotros rezamos al Señor para que ilumine los suyos”.

También una asociación de estadounidenses víctimas de curas pederastas criticó al Predicador del Papa al considerar sus palabras “un insulto” y al franciscano de “insensible”.

En defensa del Papa salió también el cardenal emérito de Milán, Carlo Maria Martini, quien dijo que las acusaciones contra Benedicto XVI por la supuesta ocultación de denuncias sobre casos de sacerdotes pederastas son “innobles” y “falsas” y que, frente a esos casos la Iglesia debe actuar con “humildad”.

“El Papa no necesita que le defiendan, porque para todos está clara su conducta irreprochable, su sentido del deber y su voluntad de hacer el bien”, dijo el jesuita.

Acusación protestante

El arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra (protestante), Rowan Williams, acusó a la Iglesia Católica en Irlanda de haber perdido “toda credibilidad” por su gestión de los casos de abusos a menores cometidos por el clero en la isla.

En declaraciones a un programa radiofónico de la BBC, Williams afirma que los casos de abusos destapados suponen un “trauma colosal” para el país vecino, donde la religión católica está muy arraigada en la sociedad.

“Hablaba recientemente con un amigo irlandés que me dijo que es bastante difícil en algunos lugares de Irlanda pasearse por la calle con alzacuello”, declaró al espacio “Start the week” de Radio 4, que se emitirá el lunes.

Al ser la Iglesia Católica irlandesa “una institución tan profundamente ligada a la vida de la sociedad, perder de repente toda la credibilidad... eso no es sólo un problema para la Iglesia, es un problema para todo el mundo en Irlanda”, argumentó el primado protestante.

La Iglesia Católica en Irlanda ha sufrido un duro revés al revelarse que durante décadas ocultó los abusos sexuales con menores cometidos por miembros del clero en la isla.

El pasado 20 de marzo, el Papa Benedicto XVI pidió perdón en una carta a las víctimas de los curas pederastas irlandeses y abroncó a los obispos por la “lamentable” gestión de lo sucedido.

Sin embargo, la carta pastoral, que fue leída en todas las misas oficiadas ese domingo en las iglesias de la República de Irlanda e Irlanda del Norte, no satisfizo a las víctimas al no abordar aspectos claves de los delitos cometidos contra los niños.

Durante la explosión del escándalo, varios obispos irlandeses admitieron haber encubierto abusos en sus diócesis, entre ellos el de Clogher, Joseph Duffy, el obispo de Derry, Seamus Hegarty, y el propio primado de la Iglesia Católica de Irlanda, el cardenal Séan Brady, quienes, no obstante, se negaron a dimitir si no se lo pide el propio Papa.


El rito del fuego en Jerusalén

La Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén celebraba hoy la tradicional ceremonia del “fuego sagrado“ con la que las distintas iglesias de Tierra Santa conmemoran el milagro de la Resurrección de Cristo. El Sábado de Gloria era celebrado a primera hora de la tarde con el ritual, que data del año 1106, en la rotonda de la basílica, donde la tradición sitúa la tumba de Jesús.

El acto se lleva a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, pues encierra cierto peligro ya que la iglesia sólo cuenta con una puerta principal, lo que entraña siempre un riesgo de incendio debido a que centenares de feligreses siguen la ceremonia en el interior del recinto.

El patriarca de la Iglesia Ortodoxa, Teófilos III, entraba en la tumba donde, después de rezar una plegaria que los feligreses acompañan cantando, recibe la “llama sagrada” que “desciende” del cielo -el milagro- en una lámpara de aceite, antes de que mañana, domingo, se recuerde la Resurrección en el Monte de los Olivos.

En virtud del status quo que regula quién puede hacer qué y cómo en el lugar más sagrado para el cristianismo, el patriarca armenio, el primer pueblo que adoptó el cristianismo como religión de Estado en el año 301, acompaña al líder de la Iglesia ortodoxa al recibir la llama.

Y con ella los dignatarios religiosos encienden las velas de los feligreses que, en multitud, se acercan hasta ellos antes de salir de la basílica para distribuir el fuego por todos los peregrinos venidos de distintos rincones del planeta, así como a las casas de los creyentes de la comunidad palestina que residen en la ciudad.

Vecinos palestinos de la ciudad se han quejado de que las fuerzas de seguridad israelíes han levantado puestos de control para impedir su acceso a la ciudadela vieja de Jerusalén. “Israel cierra las puertas de Jerusalén para cristianos y musulmanes y no para judíos”, afirma un comunicado de la organización de instituciones árabes-cristianas de la ciudad.