Llegan cartas
Llegan cartas
Maestro
Dolly Campana.
L.C. 1.049.195.
Maestro, que siempre fuiste olvidado, por los que al poder llegaron.
¿Acaso no recuerdan que cuando niños el ABC les enseñaron y sus ojitos brillaban al leer nuevas palabras?
Te daban sus manitas y amor te demostraban.
Pero ahora, maestro, a ellos los “grandes”, cómo vives no les interesa. Ya no tienden sus manos, te tienen relegado sin pensar en tus ingresos magros y que tú fuiste el comienzo de sus triunfos logrados.
Anses
Gladis Fridman
LC 6.480.789
Señores directores: Agradezco la oportunidad que brinda este medio para reflexionar sobre un problema particular, que sin dudas- también afecta a muchos argentinos. A través de las vías legales pertinentes, iniciamos una contienda con el Anses, con el objetivo de reclamar el pago del beneficio jubilatorio a mi madre, Cecilia Hodos (DNI 2.475.613), una anciana de 93 años que precisa de ese dinero para solventar los costos médicos y farmacológicos propios de una mujer de su edad.
Dos años le tomó a la Justicia expedirse y cuando llegó el momento del cobro, el Anses decidió ignorar ese recurso de amparo. ¿Qué está esperando? ¿Acaso especula con que una anciana de 93 años no llegue a cobrar su jubilación? ¿Quizás, con que los parientes desistamos de reclamar por lo que a ella le corresponde? ¿O que tengamos que volver a reclamar por la ejecución de las órdenes de la Justicia? Todo indicaría que debemos pensar que, a pesar de las expresas intenciones del gobierno nacional, ¿hay eslabones burocráticos de la Justicia y el Anses que traban esas voluntades, cayendo en la arbitrariedad y en la falta de humanismo?
¿No fue suficiente retraso el tiempo que le tomó a la Justicia expedirse? ¿Hasta cuándo deberemos soportar esta manipulación de esperanzas, decepciones y desesperación? ¿Cuánto más debe esperar mi madre?