Patrimonio ciudadano
Progresivo y rápido deterioro del
remodelado parque Sarmiento
Sergio Ferrer
A menos de tres años de la habilitación de la obra de remodelación del parque Sarmiento de Santo Tomé, este espacio verde ya presenta un visible estado de deterioro y un significativo número de problemas, lo que pone en evidencia la importancia que tiene el estricto contralor de la obra pública y su seguimiento en el tiempo -más allá de las responsabilidades por su ejecución-, como deber del Estado municipal fundamentalmente, pero también del ciudadano, en su carácter de contribuyente cuyo dinero o aporte es el invertido en dichos emprendimientos.
En la actualidad, en el nombrado parque se pueden observar falencias y daños que el municipio santotomesino debiera reparar antes que se sigan deteriorando (para contrarrestar el natural desgaste y los futuros costos de reparaciones integrales); o hacer reparar, si es que todavía le corresponde esa tarea a la firma constructora que en su momento realizó la obra.
Deficiencias y roturas
Algunas de las variadas deficiencias que se detectan en el parque estarían reflejando un incorrecto procedimiento anticorrosivo general, ya que tanto las bases de las columnas de alumbrado, como las puertas de los tableros eléctricos, las cajas porta artefacto de luces de los árboles y los cestos para la basura están oxidados. De igual modo, dieciocho columnas de iluminación no funcionan (poseen dos equipos lumínicos cada una), lo que afecta notoriamente la visibilidad de quienes transitan por la noche por las veredas laterales del predio, puesto que los senderos que confluyen hacia el centro del parque están un poco más iluminados.
Además, varios de los artefactos eléctricos de los bancos están inutilizados y con cables sueltos y se vislumbran fallas en las juntas de dilatación, las que parecieran no actuar correctamente en los paños de las veredas, así como la capa dura de cemento-color se despega o levanta, volviéndose muy peligrosas por lo resbaladizas, algo que se comprobó durante una noche lluviosa.
Primeras falencias
Paralelamente, algunos canteros se encuentran rotos, mientras que los bebederos, que no tienen vía de desagüe a la red respectiva sino que derivan a la vía pública -tal como se reflejó en nuestra edición del 6 de octubre de 2007-, no funcionan porque le faltan las canillas, lo que agrega mal aspecto a la inutilidad descripta. Además, se aprecian ladrillos premoldeados faltantes; zonas de hamacas escasas de tierra; bancos que tienen -en su mayoría- las aristas rotas y areneros que no resguardan el material adecuadamente, por falta de la debida demarcación.
Justamente, en el nuevo parque los inconvenientes empezaron a aparecer a pocos días de inaugurarse el mismo, al verse afectadas las bases de algunos de los juegos infantiles colocados en el lugar, tal como lo reflejó este medio en artículos publicados el 27 de junio y 4 de julio de 2007. Esto último hace pensar que, para evitar el costo de reparaciones futuras, la ingeniería y la arquitectura aplicadas en los espacios públicos deberían requerir de una tecnología que sea capaz de garantizar su máxima durabilidad y seguridad, porque la permanencia en óptimas condiciones de esas instalaciones es tan o más importante que la propia realización.