Jornada para productores en el norte

En busca de la eficiencia ganadera

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Atentos a las vacas. Las charlas se hicieron sobre el terreno para apreciar el estado corporal de los animales.

Foto: Juan Manuel Fernández

El IPCVA realizó su segunda jornada en el norte santafesino bajo la consigna “Más terneros es mejor negocio”. Se mostraron los resultados logrados en un campo de cría gracias al pastoreo intensivo, destete precoz y manejo del estado corporal de los animales.

Juan Manuel Fernández

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Enviado Especial a Campo Hardy

“Si uno mira los porcentajes de preñez, que son la manera de medir la eficiencia de los productores de cría, estamos atrasados. A nivel país nunca superamos el 60%. Hay gente que saca el noventaipico, así que si el promedio te da 60 hay gente que está por debajo del 50”.

En esos términos el titular del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), Dardo Chiesa, señaló el talón de Aquiles de la ganadería y atribuyó esa ineficiencia a las limitantes culturales que demoran la adopción masiva de tecnología por parte de los productores.

Justamente para corregir este rumbo es que el IPCVA realizó el pasado miércoles 28 de abril la jornada “Más terneros es mejor negocio” en el establecimiento “Don Ricardo” ubicado en Campo Hardy, departamento General Obligado. Se trató del segundo encuentro en ese sitio, esta vez para observar los resultados de las principales técnicas que se habían mostrado en noviembre de 2009: destete precoz, pastoreo rotativo y manejo de la condición corporal del rodeo.

Los resultados del cambio

“Todo esto empezó con los grupos de Cambio Rural”, comentó el anfitrión y dueño del establecimiento, Osvaldo Muchiut, quien hoy puede exhibir verdaderos avances productivos.

El campo tiene 700 hectáreas ganaderas en las que se trabaja sólo a pasto natural, excepto suplementaciones puntuales en épocas con complicaciones climáticas como la última sequía. Allí, hay 500 madres y más de 100 vaquillas para reposición.

El productor relató que antes hacían ganadería de ciclo completo pero desistieron “porque el novillo tardaba mucho en hacerse en estos campos o había que suplementarlo”. Luego, cuando tomó contacto con Cambio Rural, aplicó las primeras técnicas: sanidad y entore estacionado. Y más recientemente incursionó en el destete precoz, que si bien no aumentó el kilaje de los terneros sí liberó más madres para entrar en celo y, por lo tanto, “hay más terneros”. Además, se intensificó el aprovechamiento del pasto subdividiendo potreros con boyero eléctrico.

Antes de decidirse a innovar, Muchiut tenía una preñez del 60%. Ahora, exhibe con orgullo un 78% promedio de preñez y una tasa de destete apenas 4 o 5 puntos menor a ese porcentaje.

Boyero y pasto, nada más

Una de las técnicas que se mostró en el campo de Muchiut fue el apotreramiento para un pastoreo intensivo rotativo. Originalmente el productor lo implementó como ensayo del INTA Reconquista y luego, gracias a los resultados, decidió continuarlo.

Se trata de 10 hectáreas divididas en 10 potreros en las que el pastizal estaba muy degradado, con pérdida de diversidad botánica, y sobre las cuales se planteó como objetivo conseguir el entore de vaquillas de reposición con 24 meses de edad, mantener una carga de 2 animales por hectárea y recuperar el recurso forrajero.

El sistema trabaja con un pastoreo de 3 días y 27 de descanso en cada parcela. Y se complementa, debido a la alta carga, con una leve suplementación: en otoño invierno el primer año y sólo invernal en el segundo. Las vaquillonas entran fin de verano principio de otoño y se quedan hasta que se decida servirlas. Luego el pastizal pasa a descanso y recuperación hasta que ingresa la nueva tanda de destete 5 o 6 meses después.

Los resultados fueron tan satisfactorios que los animales alcanzaron un peso de entore de entre 280 y 300 kilos a los 18 meses, mucho antes del tiempo estipulado. Y a su vez se comprobó la recuperación de las especies propias del pastizal que se habían perdido por el mal manejo.

Hay que ir al campo

¿Por qué no se aplican técnicas tan simples y de bajo costo que pueden generar tan buenos resultados? “Yo creo que hay una cuestión cultural que es la base de todo y que es lo que dispara estas jornadas”, apuntó Chiesa, quien se permitió ser más explícito aún: “Me parece que la ganadería, sobre todo a nivel de pequeños productores, es a ojímetro. A veces esa vaca que tenés no te dio un ternero, así que perdiste el tiempo todo el año”.

El titular del IPCVA remarcó la importancia del encuentro a campo, una metodología que vienen utilizando con gran éxito los proveedores de insumos agrícolas, ya que consiguen que los chacareros se animen a las nuevas tecnologías. “Hay que mostrar que se puede trabajar de otra forma y hay otros resultados”, insistió.


Duilio Santana, titular del Centro Operativo Experimental Tacuarendí del Ministerio de la Producción, explicó que la forma de hacer ganadería en el norte es muy diversa: hay productores de punta que usan tecnología y otros que tienen hacienda “como una reserva estratégica”.

Entre los más adelantados se encuentran los grandes empresarios que gerencian los establecimientos desde Buenos Aires, pero también hay chicos y medianos. “De todas maneras, en los últimos años se viene viendo que algunos grupos isleros se organizan y trabajan en forma racional con tecnologías muy valederas”, apuntó Santana. La innovación, en esos ambientes, pasa por un mejor aprovechamiento de los pastos.

El primer paso suele ser el ordenamiento del rodeo: dividir el campo para mejorar la receptividad. “Pero todavía estamos muy lejos de lo que uno pretende”, aclaró el funcionario.

Las más elementales tecnologías son “de procesos” y el productor las adquiere sólo con capacitación: ordenamiento del rodeo, definir época de servicio, establecer un plan sanitario, prever cómo se racionará la oferta de nutrientes durante el año, trabajar en base a condición corporal.

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Perfil del ganadero zonal