Mesa de café

¿Hay Kirchner para rato?

Erdosain

José está feliz. Hacía rato que no se lo veía tan eufórico. Según sus propias palabras, el gobierno de Cristina es el mejor de la historia nacional y en el 2011 Néstor Kirchner es número puesto. —Tenemos gobierno nacional y popular para toda la década -dice casi a los gritos.

—¿Y se puede saber por qué estás tan seguro? -le pregunto.

—Porque estamos haciendo las cosas bien -dispara-, porque mientras Europa arde por los cuatro costados, la Argentina es un remanso de paz, porque si mirás los titulares de los diarios, incluso los opositores, el país consume más, se venden más autos, los fines de semanas largos los turistas son un aluvión; y en las rutas, las colas de camiones transportando soja son cada vez más largas.

—¿No te parece que estás exagerando un poco? -le dice Marcial.

—También creo que vamos a ganar porque Reutemann se asustó y no se presenta, porque a los peronistas que están enojados con nosotros no los vota ni su tía y porque si los dirigentes más importantes que tienen los radicales son Cobos y Sanz, seguimos en punta y de orejita parada.

—¿Y se puede saber qué tenés en contra de Cobos y de Sanz? -pregunta Abel algo amoscado.

—Nada, o casi nada. Cobos es un traidor por partida doble, los traicionó a los radicales y después nos traicionó a nosotros. Me corrijo, es más que un traidor por partida doble, es un traidor compulsivo que cada día que pasa se parece más a De la Rúa.

—Vos dirás lo que dirás -interviene Marcial- pero De la Rúa puede caminar por la calle sin que lo molesten porque se habrá equivocado -y se equivocó feo-, pero no robó.

—No robó pero mandó a matar a manifestantes. Hubiera preferido que robara un poquito y que no matara a nadie -contesta José-

—Lo que vale para de la Rúa vale también para Reutemann- intervengo como para meter la chuza. Marcial me escucha pero no abre la boca.

—De la Rúa pasea tranquilo porque lleva la Banelco en el bolsillo -ironiza José.

—Te recuerdo que a la Banelco -observa Abel- la usó un peronista puesto en ese lugar por ese otro peronista que se llamaba Álvarez, peronistas de la Alianza pero peronistas al fin, y la usó no para coimear a radicales sino para coimear a peronistas.

—¿Y se puede saber por qué estás tan enojado con Sanz? -le pregunto a José.

—Porque es un gorila irredimible, porque sólo un gorila de pelo en pecho puede decir que la asignación familiar se va en paco y juego. Ni el almirante Rojas, ni Américo Ghioldi se hubieran animado a decir semejante gorileada.

—Honestamente -digo- yo no hubiera dicho lo que dijo Sanz o lo hubiera dicho de otra manera.

—Es probable -reflexiona Abel-, pero no estaría de más averiguar cuánto creció el consumo de la droga en los barrios después de que se implementó la asignación familiar.

—Aunque haya crecido -enfatizo- nunca se debe perder de vista lo más importante. Y en este caso lo más importante es que millones de chicos acceden a beneficios materiales y culturales que antes no tenían; esto lo reconocen hasta los informes del diario La Nación.

—Yo a este gobierno no le creo nada -subraya Marcial- aunque los vea vestidos con túnica de santos, aunque los vea con una aureola rodeándole las cabezas y aunque los vea en la cruz, voy a seguir pensando que son unos farsantes y unos ladrones -se ofusca Marcial.

—No comparto -concluye José.