En el sur de México

Todos los pianos del pueblo fantasma

El Triunfo, en Baja California, fue alguna vez una población próspera, con más de 19.000 habitantes y varias compañías mineras que extraían oro y plata en la región. Entre los testimonios que quedan de aquellos viejos buenos tiempos se encuentra la más importante colección de pianos clásicos de todo México, alojados en un museo que atiende un extravagante concertista.

Todos los pianos del pueblo fantasma

Algunos de los muchos pianos y otros instrumentos que guarda el Museo de la Música, que funciona en lo que fue, a fines del siglo XIX, una fábrica de herramientas destinadas a la minería.

Foto: Agencia EFE

 

Juan David Leal

Agencia EFE

La mayor colección de pianos clásicos de México se exhibe en el único museo de El Triunfo, una pequeña y silenciosa localidad del noroeste de México plagada de casas abandonadas, que en ocasiones llega a parecer un pueblo fantasma.

“¿Dónde se fue toda la gente?”, pregunta un folleto turístico que explica la historia de la población, de unos cuantos cientos de habitantes, en la que se pueden ver los restos oxidados de la maquinaria y las ruinas de ladrillo del horno de la fundidora, así como los almacenes de una antigua mina de oro y plata cerrada en 1926.

El Triunfo fue la ciudad más importante del Estado de Baja California Sur en su día, y la primera de la región en contar con servicio de electricidad y teléfono, después de que se encontraran oro y plata en las montañas en 1878, lo que atrajo a gente de países como Inglaterra, China, Alemania, Italia o Francia.

En esa época, la ciudad llegó a tener 19.000 habitantes, la mayoría de los cuales trabajaba en la Progresso Mining Company, pero hoy las calles lucen vacías y los automovilistas no se detienen en el pueblo, pues sólo disminuyen la velocidad al pasar por los badenes de la carretera que lo atraviesa.

Sin embargo, allí se encuentra el Museo de la Música, una antigua casona que sirvió como taller de herramientas para minería, la cual aloja una impresionante colección de 87 pianos antiguos, la mayor del país.

El museo se erige no lejos de “la Ramona”, una chimenea centenaria de 47 metros de altura diseñada por Gustave Eiffel en la misma época en que creó su famosa torre de París; y de “Julia”, otra chimenea de 30 metros de altura y mayor antigüedad.

El director del museo es Nicolás Carrillo, un pianista profesional de 69 años, originario de El Triunfo, quien tras una exitosa carrera como concertista regresó a su tierra natal.

En entrevista con EFE, Carrillo, curador del museo y quien atiende personalmente a los escasos visitantes, a los que cobra 20 pesos (1,5 dólares) de entrada, explicó que la Casa de la Música se estableció en 2003 en convenio con la Secretaría de Turismo de Baja California Sur.

“Como base de la colección se tomaron los pianos que existían en el Teatro de la Ópera, actualmente sede de algunas oficinas del Estado, donde se encontró el más viejo de los ejemplares del museo, un piano de 1796 fabricado por Jonas Chickering en Boston (EE.UU.)”, señaló.

“Hay decenas de pianos de principios del siglo XIX, algunos de los cuales fueron donados por ciudades y pueblos vecinos como Todos Santos, Los Barriles, La Paz, Cabo San Lucas o San José del Cabo”, agregó.

Algunos instrumentos tienen historias curiosas, como un piano Monarck construido en 1880, que fue enterrado cinco años para evitar que cayera en las manos de las huestes revolucionarias de la guerra civil desatada en 1910 y, posteriormente, rescatado y restaurado.

Asimismo, el museo cuenta con otros instrumentos como chelos, violines y viejos reproductores de música, algunos producidos por Tomás Alva Edison.

Muchos de los pianos eran propiedad de las compañías mineras que se ubicaron en el pueblo, durante el breve período de florecimiento cultural que vivió El Triunfo, momento en el que los conciertos y los espectáculos de música clásica eran comunes.

Entre clavicordios y hasta un piano provenzal francés blanco, Carrillo, un hombre extravagante que usa zapatos de tacón y maquillaje, ofrece recitales de piano a los pocos habitantes del lugar, al estilo de un “Liberace” mexicano.

En la tienda del museo se pueden comprar recuerdos del museo, postales y discos compactos con grabaciones de Carrillo, quien también da clases de piano.


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El antiguo edificio que ocupa La Casa de la Música, en El Triunfo. Una de las piezas más valiosas que guarda es un piano fabricado en Estados Unidos en 1796.

Foto: Agencia EFE