Dos son vigiladores y otros, delincuentes

Son cinco los detenidos por

el robo en la joyería El Rubí

La pesquisa no permitió saber hasta ahora qué fue de las joyas más valiosas, pero abrió un curso investigativo.

José Luis Pagés

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Suman cinco las personas detenidas en el marco de la investigación policial que siguió al robo denunciado en la Seccional 1a. por la dueña de la joyería El Rubí la mañana del 28 de mayo.

Dos de esas personas son jóvenes empleados de la empresa que tenía a su cargo la seguridad del establecimiento. Estas fueron arrestadas e inspeccionados sus domicilios de Edmundo J. Rosa al 8300 y Gorritti al 3900, nada de interés habría surgido para la causa.

No obstante, el día después, el juez instructor en turno, Dr. Jorge Patrizi, dispuso la detención e incomunicación de los vigiladores que dijeron que nada anormal advirtieron aquella noche en el establecimiento de peatonal San Martín al 2300.

El primero de los detenidos a disposición del juez Patrizzi es Maximiliano V., (22) quien como empleado de la empresa Búsqueda Group cubrió el turno de vigilador nocturno entre las 22 y las 6 de la mañana.

El segundo es el compañero de Maximiliano V, Cristian B. (24), quien tenía a su cargo la instalación y control de los sistemas de seguridad que presuntamente no detectaron la presencia de los ladrones y tampoco registraron sus imágenes. Luego en pleno centro de la ciudad de Córdoba serían detenidas otras tres personas, dos hombres y una mujer.

Los varones se conducían en un automóvil VW Suran y llevaban con ellos un bolso cargado con bijouterie que la dueña de El Rubí reconoció como propia.

Esos hombres resultaron ser Armando F. y Roberto R., quienes contaban con un pedido de captura librado a comienzos de marzo por el juez de Instrucción de la ciudad de Cañada de Gómez.

El magistrado los requería por su presunta responsabilidad en el robo cometido en la fábrica Super Walter de Las Parejas, un golpe que reúne características idénticas al perpetrado en El Rubí.

La quinta persona detenida es una mujer, precisamente la compañera de Armando F., Valeria C. quien tenía con ella un equipo de telefonía Nextel.

Ese aparato, en el marco de las pericias ordenadas por la Justicia, tendría especial significación para la causa que se instruye en Cañada.

Por lo demás, los avances de la pesquisa en dirección de recuperar las más valiosas alhajas que desaparecieron de la joyería céntrica son magros, hasta el momento.

Las fantasías encontradas en poder de Armando F. y Roberto R., representarían una mínima parte del botín, no obstante su escaso valor material, importan en cuanto revelan una conexión entre sus poseedores y el delito investigado.