Anhelada aurora

Rubén Elbio Battión.

Traspasar el sueño con la caricia/ de lunas y diamelas,/ y recordar los oros/ del canto y de la risa./ Tener los días/ en rosario de alas/ y de brisas,/ suaves, y ver/ las delicias/ de la miel/ en la noticia/ del amor./ Y resbalar la vida/ en la copa de la paz./ Estar en la senda propicia/ de la fraternidad sin el pecado

de la humana envidia;/ y despertar con las manos limpias/ que acojan las hostias estrelladas/ con la segura bendición divina.// Es mi anhelo, mi fortuna, mi medida.// Señor, ayúdame a soñar/ y pon entre las sienes

la huella de palomas cantarinas./ Traspasar el espejo/ de negras pesadillas/ y cubrirme de sol/ con tus aguas bendecidas./ Que se esfume/ la espesura de la noche/ con la aurora eterna de la Biblia.

Imposición política a una sala cultural, III

José María Pedroni.

Señores directores: Soy hijo del poeta Pedroni y, por una solicitada de la viuda de Ariel Ramírez en un medio local, supe que a nivel de ciertas esferas del gobierno se está considerando dar el nombre de Paco Urondo a la Casa de la Cultura de la provincia en igual condición que el de Ariel Ramírez.

Atento a ello, manifiesto mi asombro y preocupación.

Si desean nominarla recordando a un escritor y no un músico, cosa que tampoco se sostiene, Santa Fe tiene nombres ilustres como Mateo Booz o Carlos Carlino o, incluso, algunos más recientes, con méritos literarios muy superiores a los de Urondo. La obra de Ariel Ramírez también está muy por encima de lo que pudo aportar Urondo, a menos que el haber pertenecido a una organización que creyó tener derecho a matar a sus semejantes se considere un hecho cultural de significación. Admiramos a Borges o a De Benedetti no por sus ideas políticas, muy distintas por cierto, sino por su obra literaria. La cultura vale por sí misma, no necesita otros aditamentos.