Buenos Aires en 1810

El contexto urbano en tiempos de la Revolución

En la Alianza Francesa se realizó una conferencia presentada por el Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe.

De la redacción de El Litoral

El Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe sumó otro éxito a sus actividades. La conferencia del magister arquitecto Rubén Chiappero, dictada recientemente en los salones de la Alianza Francesa de Santa Fe, convocó a una nutrida concurrencia, que siguió atentamente la puntillosa disertación. La directora de la casa de estudios, Prof. Silvia Clement, dio la bienvenida, y la presidenta del Instituto de Cultura Hispánica, Prof. Graciela Pacheco de Balbastro, presentó al disertante, quien explicó de manera amena y documentada que la Revolución de Mayo de 1810 tuvo como contenedor físico el ámbito urbano de la ciudad de Buenos Aires y, particularmente, el conformado por la plaza y sus bordes, en los que se destacaban el Cabildo, el Fuerte y la Iglesia Matriz, todavía en construcción.

La plaza, despojada de todo ornamento y con un suelo fangoso en esos días, tenía como puntos focales de tensión edilicia del Cabildo, sede del poder comunal, y el Fuerte, sede del poder real. Intermediando, la Recova Vieja, levantada en medio del gran recinto rectangular que resultó de la plaza y la manzana de los solares de las autoridades que nunca se ocupó efectivamente.

El Cabildo poseía un diseño inspirado en el Renacimiento en su portal central, articulando las arquerías superiores e inferiores con la torre campanaria; y en la Recova Vieja, una línea de cuartos destinados a contener los comercios, abría el paso a uno y otro sector de la plaza dividida, con un gran arco de triunfo central, de inspiración neoclásica, llamado “Arco de los Virreyes”.

Otros ámbitos

El Fuerte, con sus murallas y baluartes de tradición renacentista, más su arco principal para ingresar al recinto, daba relación de masa y volumen a la plaza, con sus edificaciones civiles, religiosas y particulares.

La Iglesia Matriz no tenía fachada ni torres, pues se habían derrumbado. Se debió llegar al gobierno de Rivadavia para la construcción del pórtico dodecástilo neoclásico, que daría una imagen más “europea” a la plaza y a la ciudad.

La plaza de Buenos Aires, con sus edificios más emblemáticos, sufrió muchas modificaciones y pérdidas del patrimonio colonial. Las nuevas ideas fueron imponiéndose y la plaza afrancesada con sus edificios eclécticos asistió al Centenario. En el Bicentenario, la Plaza de Mayo tendrá su protagonismo, no sólo para los porteños sino para la Argentina toda, ya que allí se dio el primer paso para que, en 1816, “nos declarásemos libres y soberanos de toda dominación y potestad”, expresó con énfasis Chiappero.

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El Arq. Rubén Chiappero puntualizó diversos aspectos de cada uno de los ámbitos ciudadanos de aquellos tiempos.

Foto: Pablo Aguirre