“Locura incontrolable”

Así describió un periodista televisivo local la reacción de los hinchas sudafricanos cuando sus queridos “bafana bafana” iban ganando el partido contra México que inauguró el Mundial 2010.

Media hora después, cuando los aztecas empataron, el espíritu era al menos de satisfacción y celebración, mezclado con la sensación de lo que podría haber sido.

“Antes del partido, pensé que probablemente perderíamos”, dijo Senzo, un trabajador del estadio de Port Elizabeth que, al igual que la mayoría de sus compatriotas, abandonó sus tareas para mirar a la Selección Nacional en acción.

“Por eso estoy contento con el empate. Es triste que no hayamos ganado, pero, más que nada, me siento aliviado con la igualdad”.

Esta sensación es la que compartieron muchos sudafricanos. “África se impuso”, destacó un experto de la emisora estatal South African Broadcasting Corporation durante la cobertura del gran partido.

En Ciudad del Cabo, donde Francia jugó contra Uruguay en el segundo choque del Grupo A, decenas de miles salieron a las calles para disfrutar del ambiente. Delgados árboles se tambaleaban bajo el peso de decenas de hinchas que quisieron espiar desde arriba la pantalla gigante que mostraba el partido.