Después de la “paliza” de la campaña pasada
El girasol quiere revancha
Entre los dos períodos de sequía consecutivos, el alto nivel de retenciones, el costo del transporte, la creciente incidencia negativa de las palomas, el girasol se derrumbó en la campaña pasada. Hoy hay una fuerte movida -que encabeza Asagir, la asociación que representa al cultivo- para recuperar esta campaña el terreno perdido.
Néstor Fenoglio
Enviado especial a Buenos Aires
Argentina, en materia de girasol, es como la selección nacional de fútbol: tiene grandes jugadores, es potencia mundial, es respetada aun en los malos momentos y todos esperan que en cualquier momento vuelva a ser “uno” o a estar en el podio. No se trata sólo por la calidad y cantidad sembrada, sino por el valor agregado que tiene la industria aceitera asociada. Pero, siguiendo con el paralelismo -una concesión al mundial en marcha-, nuestra selección viene de perder el año pasado por goleada (una especie de Colombia cinco, Argentina cero) y de pasar un severo resbalón con una de las peores campañas de su historia.
Influyeron dos campañas seguidas de extrema sequía, la retención al mismo nivel que la soja, el alto costo en materia de transporte (el grueso del girasol está en zona marginal, lejos de los puertos) y la creciente influencia de una nueva plaga, la paloma (sí, la tierna y casta paloma) que hace estragos. El productor, el agricultor, el decisor en última medida, el tipo que suma o resta un puñado de hectáreas al global, se retrajo y decidió, viene decidiendo, abandonar el girasol, aun cuando nuestro país y esa misma persona tiene “cultura girasolera”, conoce la oleaginosa y sabe de manejo.
Pues bien, hace diez días, todo el quinto congreso organizado por Asagir (la Asociación Argentina de Girasol) estuvo prácticamente en bloque y desde distintas perspectivas a demostrar que el girasol es rentable y funcional en el esquema total. Y se notó una fuerte energía reivindicativa que tiende a convencer a todos los actores para que se produzca “el regreso”.
El propio Ricardo Negri, titular de Asagir, no anduvo con vueltas: “el girasol hoy es negocio”, insistió, confiado en la demanda creciente de aceites, en los mejores precios internacionales y en la esperanza de que se dé una rebaja en el nivel de retenciones que pesa sobre la oleaginosa.
Negri admitió que “estamos saliendo de la peor cosecha de los últimos 34 años” y si bien “la primera tentación es echarle la culpa a los precios y a las retenciones, porque castigar con 30/32% de retenciones al girasol, cuando en otros países se subsidia, es absurdo”, un gran porcentaje de la pérdida de área es por la incidencia climática.
Luego, a lo largo del congreso, se expusieron algunas cuestiones que incidirían en un recupero de hectáreas y rendimiento en materia de girasol para esta campaña, desde factores climáticos hasta adelantos genéticos.
Graciela Magrín, por ejemplo, especialista en cambio climático y agrometeorología del INTA, destacó que el girasol obtuvo mejores rendimientos en los años Niña. Si la temperatura del Atlántico aumenta hacia enero, es probable que los rindes se vean afectados positivamente. “A diferencia del maíz y de la soja, en los años Niña, el girasol ha mostrado mejores rindes que en otros momentos.
“Durante los años Niño -precisó-, tenemos más posibilidad de lluvias en noviembre, diciembre y marzo. Mientras en los años Niña, las precipitaciones son menores, los inviernos muestran heladas prolongadas y los veranos son muy calurosos. El girasol tiende a tener rendimientos más bajos con el Niño y más altos con la Niña, de manera inversa a lo que sucede con la soja y el maíz. Este un elemento a tener en cuenta a la hora de decidir qué se hace”.
Magrín resaltó que “en el caso de las lluvias, en la fase vegetativa, cuanto más llueve, es más probable que tengamos rendimientos elevados. En cambio, durante la fase reproductiva, sucede lo contrario”.
Por último la especialista dijo que “hay una variación positiva cuando la temperatura del Atlántico es elevada en marzo; si esto sucede, en la zona centro-norte es muy probable que los rendimientos del girasol sean más elevados”.
En materia de genética, lo mismo. Nidera Semillas, en conjunto con Basf lanzaron una nueva Generación de Híbridos y Herbicidas con relación a la Tecnología Clearfield en Girasol, que en la práctica pretenden que se constituya en una revolución similar a lo sucedido con soja y maíz respecto de genes resistentes a los herbicidas.
En el abanico generoso de oferta de híbridos, ahora se presenta un nuevo gen que mejora la ya excelente experiencia de la tecnología Clearfield y que se muestra como una esperada “devolución” de la genética hacia los otros cultivos, después de centrase en los más masivos soja y maíz. Todos vaticinan nuevos episodios y eventos en que la genética aportará mejoras que incidirán en mayores rendimientos.
Luego de la primer jornada del V Congreso de Asagir, Nidera y Basf hicieron el lanzamiento oficial de la nueva tecnología Clearfield Plus en el Hotel Hilton de Bueno Aires frente a mas de 300 personas.
Esta tecnología “se lanza como primicia mundial en la Argentina y nos proyecta fuertemente a otras latitudes, lo que es un motivo de gran orgullo para la empresa dado que el gen, testeado en los ambientes más exigentes, se patentó en 40 países’. O sea que esa experiencia girasolera le permite a nuestro país, que hoy tiene una merma considerable de superficie, “compensar” en otros territorios.
El Gerente de Investigación del Departamento de Biotecnología de Nidera, ingeniero Carlos Sala, explicó en el lanzamiento, que en el año 2003, Basf había lanzado la tecnología Clearfield e inscribía junto con la semillera los primeros materiales de girasol con resistencia a los herbicidas de la familia de las imidazolinonas. Hoy después de un camino transcurrido se lanza al mercado una nueva innovación de la tecnología con Clearfield Plus, cuya primera formulación comercial es el Paraíso 1.000 CL Plus, que es el primer híbrido de girasol del mundo con la resistencia al herbicida Clearsol Plus, que contiene el nuevo gen.
Esta innovación abrirá puertas a los semilleros y mejoradores por cuanto se podrá utilizar el material para apilar con otros genes (control de enfermedades, mejora en la calidad de los aceites, etc.) y acortar los tiempos para la obtención de nuevos híbridos con esta tolerancia.
Lo dicho: hay mucha gente trabajando y poniéndole energía al girasol para que Argentina vuelva a ser la potencia que siempre fue en girasol. Tiene los jugadores, tiene historia. Después de la goleada en contra de la temporada pasada, el girasol quiere la revancha.