A toda orquesta

En una semana cierra formalmente la mayor cosecha de soja de la historia. El crecimiento de la oleaginosa obliga a instalar un debate de fondo.

Federico Aguer

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Lo decíamos en el suplemento Campolitoral pasado: no todo lo que brilla es oro. Este verdadero “campañón” para la soja esconde algunas verdades difíciles de desentrañar para los noticieros de la televisión.

La Bolsa de Cereales sigue ampliando las proyecciones de cosecha para la oleaginosa, la cual trepa hasta las 55 millones de toneladas.

El norte santafesino se encuentra próximo a finalizar las recolecciones, manteniendo un muy buen promedio productivo gracias a los mejores resultados recolectados anticipadamente en el sur de la región que, por otra parte, contribuye con mayor superficie. Finalmente, de cumplirse las perspectivas climáticas previstas para los próximos siete días, podría verse demorado el cierre de campaña.

La suspensión de compras de aceite de soja por parte de China sigue manteniendo firme la cotización en Chicago, y en Rosario esta semana se alcanzaron los $ 900, una señal de luz verde que muchos estaban esperando para largarse a vender.

Pese a esto, según la prestigiosa publicación Oil World, en pocas semanas la imperiosa necesidad de este insumo forzará a los chinos a volver a estrechar las manos de su impredecible socio argentino. A propósito de esto: ¿A nadie se le ocurrió preguntar a qué destina el gigante asiático semejante volumen de aceite?.

Es para alimentar cerdos, principal recurso alimenticio proteínico para más de 1.500 millones de chinos. Ese volumen inimaginable proveniente de nuestros campos, que además se lleva gran parte de nuestros macro y micro nutrientes, se traslada por el océano en barcos de bandera extranjera. ¿Tan descabellado es proponer una política de estado para reemplazar la exportación del aceite por el producto final, el cerdo?. ¿Es una utopía creer que se puede recobrar la línea de bandera para una flota de mar, como la que supimos tener? ¿Porqué ningún político habla de estas cosas?.

Mientras tanto, nadie quiere quedar afuera de las utilidades de la supercosecha. Se estima un alza del 10 al 15 por ciento en el valor de los alquileres, pese a que la cotización es aún menor que el año pasado, campaña que quedó marcada a fuego por la feroz sequía. “El tope al valor de los alquileres estaría determinado por la incertidumbre sobre las políticas que aplicará el Gobierno para el sector; el aumento del costo de los insumos, en especial el gasoil y las probabilidades de que este ciclo sea más seco”, dice la Bolsa.